Barney Kessel es uno de mis músicos de jazz favoritos. Hizo sus primeras armas en la época dorada del be-bop y se convirtió en el guitarrista de sesión que todo el mundo quería contratar.
Como solista es extremadamente fino y sensible. El dominio que tiene de la guitarra es absoluto: no en vano llegaba a estudiar hasta 16 horas diarias. Su forma de improvisar es magistral, alternando líneas melódicas frescas e imaginativas con armonizaciones por sextas, terceras, progresiones de acordes, cuartas, blue notes que quitan el sentío, un manejo fascinante de la disonancia... todo ello con un nivel de contención de la destreza técnica propio de los caballeros de antaño y una naturalidad apabullante.
Como pedagogo es claro e infinitamente didáctico.
Here's that Rainy Day... para un tiempo de lluvias que no cesan. Con ustedes, Mr. Kessel!
martes, 13 de marzo de 2018
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