sábado, 12 de septiembre de 2020

Lesbos

En Lesbos existe un infierno. La isla de Safo, en tiempos heroicos de dioses y humanos sobrenaturales, ahora es sede de un campo de refugiados absolutamente abarrotado. Un No Lugar donde hasta los niños piensan en el suicidio. Y muchos lo llevan a cabo.

¿Cabe imaginar algo más espantoso que un niño suicida? Soy escritor y no se me ocurre. Es el mayor crimen contra todo lo que hay de humano en nosotros. Un niño al que se le han extirpado las sonrisas. 

Los refugiados de una de las guerras olvidadas y más crueles de este siglo. Las guerras civiles de Siria.

Millones de seres humanos expulsados a la nada. Occidente, como es su costumbre desde siempre, mira hacia otro lado.

Es falso que los sistemas políticos sean neutros. Solo un imbécil puede hablar así. Solo alguien que no sabe nada de nada. ¿Tienes alguna duda acerca de que este sistema es inhumano e inmoral? Solo hay que ver la clase de individuos que produce en serie. El gesto más solidario es marcharse de vacaciones. Esa es la escala de valores del mundo liberal. La inexistencia de escala de valores. Hasta el uso de una putísima mascarilla para proteger a la gente mayor o a las personas más vulnerables en virtud de su estado de salud genera olas de INDIGNACIÓN, como si se pidiera a la gente que vaya a juntar escombros radioactivos con las manos en Chernobyl.

Nuestro sistema, donde lo que llamamos "socialistas" no son otra cosa que tibios socialdemócratas, ha generado esto que somos. Gente que solo se acuerda de Dios cuando va a morir.

Lesbos y los miles de Lesbos son el resultado de la desidia y la frialdad de corazón de millones de seres humanos por los que el propio Dios no siente nada.

Es el resultado de esta auténtica fábrica de picar carne que es el reinado de los marchantes de hombres, del tanto tienes tanto vales. El mundo donde el espíritu no encuentra su sitio.

Lesbos somos todos nosotros. Somos responsables. TODOS. No hay infierno suficientemente grande. Y pagaremos antes o después ser esta mierda de gente sin lágrimas, sin entrañas. Mirando exclusivamente por su culo. La feria de las vanidades de la cual este Facebook de los cojones que estoy pensando seriamente en tirar por la ventana es una muestra de primera clase. 

No es que Dios no exista. Existe, pero no quiere tener nada que ver con nosotros.

Hay un crimen. Y habrá un castigo. Esta puta pandemia es solo la punta del iceberg.

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