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miércoles, 21 de mayo de 2014

Nuestros bancos malos son los mejores del mundo

El banco malo tuvo en 2013 un gasto medio por empleado en sueldos y salarios de 105.127 euros, una cifra superior a la de cualquier empresa del Ibex y que duplica el sueldo medio por empleado de grandes bancos como el Santander o el BBVA. La cifra está calculada con los datos del informe anual de 2013 de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el nombre oficial de la entidad. La alta retribución media se debe a la peculiar estructura del banco malo, que consta sobre todo de la parte directiva de la estructura y subcontrata la mayoría de los servicios. Además, viene marcada por un ejercicio irregular en el que el número de empleados ha ido creciendo.

Según la memoria de sus cuentas anuales, la Sareb destinó 13,246 millones a retribuir a su plantilla, que pasó de las 17 personas de enero a las 207 con que cerró el año. Para calcular la retribución por empleado en términos anuales lo relevante es la plantilla media, esto es, el número equivalente de personas si hubieran trabajado todo el año, que según la empresa fue de 126. Eso da una media de 105.127 euros por empleado. Fuentes de la Sareb consideran que el dato está distorsionado por el hecho de que la plantilla no estaba completa durante la mayor parte del año y la Sareb contrató primero a directivos con sueldos más altos. Dichas fuentes aseguran que con los datos más recientes, los de abril de 2014, el sueldo medio de la plantilla, una vez que se ha alcanzado una configuración más estable, es de unos 80.700 euros anuales.

La retribución media de la empresa en 2013, en la que el primer accionista es el Estado con un 45% del capital, fue de casi cinco veces el salario medio en España. La Sareb tiene una estructura peculiar. De la media de 126 empleados de 2013, 31 eran directivos, 62 jefes y técnicos y 33 administrativos y comerciales. Esa abundancia de directivos en proporción a la plantilla se debe no solo al perfil creciente sino también a la peculiar estructura de la Sareb. La empresa ha preferido contratar como empleados a quienes se sitúan en la punta de la pirámide y subcontratar buena parte de los servicios. Por ello, su configuración es diferente de la de empresas que, por así decirlo, tienen dentro a empleados de todo el escalafón. La entidad considera que así minimiza su plantilla y que eso le da mucha más flexibilidad futura, teniendo en cuenta que su balance se irá reduciendo y que la vida del banco malo tiene fecha de caducidad en 2028.

En su informe anual la empresa explica que su política de remuneración y compensación “tiene como elemento principal el de equidad, tanto en funciones como entre personas”. Sareb también señala que el 88% de la plantilla está formada por titulados, que “trabaja para que su labor permita mejorar la economía española, de forma que repercuta favorablemente en el conjunto de la sociedad” y que en ese proceso “es clave la cualificación profesional y ética de sus empleados”. Al presentar los resultados del primer ejercicio completo de la Sareb, su presidenta, Belén Romana, aseguró que recibió en 2013 una retribución de 295.000 euros, por debajo del tope máximo de 500.000 euros establecido, y que además había renunciado a cobrar sueldo variable. En 2013, la firma sufrió unas pérdidas de 261 millones de euros. Según el informe anual de Sareb, la cúpula directiva del banco malo (consejo de administración y alta dirección) cobró 3,458 millones en 2013. De esa cifra, 1,435 millones corresponden al consejo de administración, incluidos 680.000 euros para la presidenta y el consejero delegado, Walter de Luna, y otros 2,023 millones, a la alta dirección. El informe anual no desglosa las retribuciones que ha cobrado cada uno de los consejeros, pese a que destaca como primer compromiso de Sareb y como uno de sus tres valores clave la transparencia, pues la firma asegura que es “consciente de que actúa bajo la mirada atenta de la sociedad en su conjunto”.

lunes, 27 de agosto de 2012

Confirmado: para ser político en España hace falta tener diploma de imbécil

Ni 24 horas ha tardado el diputado orensano Collarte en pedir disculpas por decir públicamente que "las paso canutas para llegar a fin de mes con mi sueldo de 5.100 euros". Pero las razones que aduce -que tiene 2 viviendas en propiedad y que ha puesto una a la venta y que como no la vende tiene que hacer frente a 2 hipotecas muy caras- son propias de un RETRASADO MENTAL. Es como echar dinamita al fuego. Es como decir "como me he comprado 2 Ferraris y 1 Lamborghini es que voy un poco justo, necesitaría unos 100.000 al mes para respirar un poco". Y decirlo en la España apocalíptica de 2012, con su partido en el gobierno clavándole un cuchillo en el hígado a todos los españoles día tras día vía impuestos, recortes, tasas, multas y toda clase de formas de hacer que uno desprecie a los políticos en bloque, es una patada en las partes nobles a todos y cada uno de los habitantes de este país, independientemente de su filiación política, sus orígenes o sus creencias. Este señor nos insulta a todos.

Resulta patético que personas tan limitadas tengan cargos relevantes y supuestamente representen al pueblo. Es infinitamente preferible un malvado a un gilipollas. No me cabe la menor duda de que la dirección del PP no hará nada con este energúmeno, como ya hizo en el caso de la diputa da Fabra. Se trata de un partido repleto de servidumbres caciquiles, de compromisos adquiridos por doquier. Un partido que defiende lo indefendible.

La pregunta es qué se puede hacer con esta gente. Cuando Cristóbal Colón, almirante de la Mar Océana, navegó por lo que hoy es la República Dominicana y Haití, llegaron a sus oídos inquietantes historias acerca de unos indios llamados caribes que procedían de extrañas islas situadas más al sur, cuarta al sureste, a dos jornadas de navegación con vientos favorables y que raptaban a sus víctimas, las ataban a un poste, les daban de comer para que engordaran y luego se los comían como si fueran cerdos. De ellos no quedaba ni el recuerdo. No sé. Me ha venido a la mente. Así, de repente.