martes, 29 de octubre de 2013

La sangre de un compañero

De repente el gas. La falta de oxígeno. Los canarios que se utilizaban en las minas inglesas de principios del siglo XX para detectar el aire viciado. Las sofisticadas medidas de seguridad que no logran sortear al destino.

Hombres como rocas que se quiebran viendo salir a los compañeros del pozo.

Trabajar en las entrañas de la tierra, respirando veneno. Como en las Médulas. Urgando.

Cuando toca revolución son los primeros, los más solidarios, los más valientes. Los que avanzan poniendo el cuerpo. La contracara del aprendiz de burgués. Gente de una pieza. De ley.

Mineros.

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