domingo, 19 de febrero de 2017

Depresiones

Tengo algunos amigos y conocidos que me hinchan las pelotas con sus depresiones. Que si los dejó la novia o la mujer, que si no encuentran trabajo porque tienen 722 años, que si la vida se les va. Basta. No soporto a los llorones.

No se dan cuenta de que por mal que les vaya viven en un entorno privilegiado. En un país que, pese a todo, la crisis que no cesa, los chorizos, el y tú más, es único. España es un milagro. Por su gente, su clima, su entorno. Un país que vive y deja vivir. El único país del mundo en el puedes hablar hasta con un fascista. Comunista, fascista, mediopensionista... qué más da. Aquí todo el mundo es anarquista y a los cinco minutos se olvidó de lo que dijo, que suele ser una barbaridad sin un átomo de mesura.

Vete al norte y entonces sí que tienes motivos para deprimirte. Un clima de mierda, una gente avara hasta decir basta, un egoísmo a prueba de bombas. Ciudades SIN BARES.

Vete al sur y que no te pase nada. Trata de ir a un hospital público en América Latina. Luego me cuentas. Llévate el bisturí de casa. Y los medicamentos cómpralos online.

Hazte mayor en el antiguo Imperio Español. El Estado quiere mucho a sus viejitos.

Por qué no se miran un documental de cómo vivían el día a día los soldados de la Primera Guerra Mundial. En ambos lados del frente.

Hundidos hasta el cuello en barro. Recibiendo obuses a todas horas. Se calcula que más de la mitad de los 9 millones largos de soldados que murieron en esa masacre nunca vieron al enemigo: les caía un bombazo en plena trinchera y quedaban convertidos en puré. Morían por nada en una guerra absurda en la que cada movimiento se pagaba con un río de sangre.

Y los que lograban salir de aquel infierno ya no conseguían volver a dormir tranquilos. Hace 100 años de aquella barbaridad, de aquella generación perdida para siempre.

Hay que dejarse de joder. La alegría de vivir también se puede aprender. Es un hábito. Y no hace falta ir a ningún ridículo curso de Crecimiento personal ni chorradas varias. ¡Hasta los anuncian en el metro! Crecimiento personal de sus cuentas corrientes. El otro día vi anunciado un cónclave de gurus de esta clase de engañifas más antiguas que la tos. ¡EN MADRID! Pero si aquí la gente se reía hasta en la posguerra cuando no había de nada. ¿Por qué no se van a sitios donde solo vivan tristes? Señal de que el personal está como una chota.

Este país resultaba atractivo para la gente de todo el mundo con cerebro o algo que decir incluso en los peores momentos de su historia. España no puede dejar de ser España.

Mejor te gastas esa pasta en cañas y aprovechas cualquier oportunidad para reírte de ti mismo. El que no se ríe a carcajadas de sí mismo es porque no quiere.

¡Motivos sobran en todos los casos! Sobre todo a partir de una cierta edad.

Al afeitarte ponte una nariz de payaso y no te la quites en todo el día.

Son 85 euros más IVA. Hala. A cascarla. ¡Que pase el siguiente, coño!




1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr Martin,en la maravillosa España de la que hablas hay gente que lo pasa muy mal.Si,en otros lugares estan peor,pero eso no calma el dolor.La piedad,la compasion son valores a tener en cuenta.Y esos "llorones" (llorar desahoga mucho)igual solo piden ser escuchados o quiza ilustrados por mentes privilegiadas de amigo pero sobre todo no ser relegados por que no vivieron ninguna guerra absurda.En este entorno tan privilegiado hoy no tengo para esa caña y reirme de mi. Si, me parecio un poco canibal.