Todos esperando una señal. Mensajes inconexos, fragmentos de nada.
En el fondo del mar, los cables que transportan los anhelos, las dudas, los reencuentros imposibles dejan una estela que suena a soledad. Buscando restos microscópicos de pecios hundidos hace siglos. Una letra suelta, un verso calcado. ¿Hay alguien que sepa correr tan rápido? Tan veloz.
Amores en pantallas diminutas, atrapados en cajas, deseando respirar oxígeno real. Árboles.
Alguien capaz de esquivar su propio destino.
miércoles, 8 de febrero de 2017
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1 comentario:
Muy bello Martin. Quien consiga esquivar al destino, que comparta saberes...
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