miércoles, 28 de febrero de 2018
El otro
Nadie se conoce realmente a sí mismo. Nadie debería analizarse, puesto que no sabe quién es.
jueves, 15 de febrero de 2018
Troilo y Fiorentino
Esta dupla es un clásico en las milongas. Hay compás pero también hay emoción contenida en el fraseo de Fiorentino. Una dicción impecable y una manera de enlazar cromáticamente que, como bien observó una amiga milonguera con un oído muy fino, recuerda de algún modo a los melismas del flamenco.
Garúa. En noviembre pasado puse la versión de Goyeneche, también con la orquesta de El Gordo. Ahora la misma orquesta con la voz del gran Francisco Fiorentino.
Buenos Aíres, la Reina del Plata. Agosto de 1943. La suerte de los nazis está cambiando definitivamente. Tras la batalla de Kursk comienza la carrera hacia Berlín. Sabido es que el gobierno argentino de aquel entonces coqueteaba con el Eje. Y lo hizo prácticamente hasta 1945. Aquello debía ser una Lisboa del fin del mundo. Un hervidero de espías y desesperados de toda condición.
Una ciudad, una milonga, una mina -cómo no.
Y por más que quiera odiarla, desecharla y olvidarla... la recuerdo más.
Hay que ser muy, muy hijo de puta para escribir así. Me oíste, che Cadícamo?
El Gordo pone la música. Siga el baile.
Garúa. En noviembre pasado puse la versión de Goyeneche, también con la orquesta de El Gordo. Ahora la misma orquesta con la voz del gran Francisco Fiorentino.
Buenos Aíres, la Reina del Plata. Agosto de 1943. La suerte de los nazis está cambiando definitivamente. Tras la batalla de Kursk comienza la carrera hacia Berlín. Sabido es que el gobierno argentino de aquel entonces coqueteaba con el Eje. Y lo hizo prácticamente hasta 1945. Aquello debía ser una Lisboa del fin del mundo. Un hervidero de espías y desesperados de toda condición.
Una ciudad, una milonga, una mina -cómo no.
Y por más que quiera odiarla, desecharla y olvidarla... la recuerdo más.
Hay que ser muy, muy hijo de puta para escribir así. Me oíste, che Cadícamo?
El Gordo pone la música. Siga el baile.
Etiquetas:
Cadícamo,
Fiorentino. Troilo,
tango. Garúa
Lógica
Conversación fascinante con Pablo sobre la lógica en la Grecia Clásica. Ambos maravillados ante la profundidad y la finura del pensamiento de los filósofos que pusieron los cimientos de nuestra tradición cultural. Desayunar trenzando silogismos compartidos da gusto.
Los griegos se educaban en La Ilíada y La Odisea. Casi nada. El concepto de Hybris: inmortal.
Operar con ideas, la lógica interna del discurso, los albores de la ciencia. La elegancia del asombro a años luz del ruido ininteligible, la cacofonía de los dementes irrecuperables. Tanto loco que anda suelto.
En la raíz están todas las respuestas. Los Fabulosos 4 de Liverpool bien lo sabían... Get back, get back to where you once belonged!
Y en el silencio.
Los griegos se educaban en La Ilíada y La Odisea. Casi nada. El concepto de Hybris: inmortal.
Operar con ideas, la lógica interna del discurso, los albores de la ciencia. La elegancia del asombro a años luz del ruido ininteligible, la cacofonía de los dementes irrecuperables. Tanto loco que anda suelto.
En la raíz están todas las respuestas. Los Fabulosos 4 de Liverpool bien lo sabían... Get back, get back to where you once belonged!
Y en el silencio.
martes, 13 de febrero de 2018
Leer
Me gusta la definición que Carlos García Gual hace de la lectura como una actividad que permite "escapar de la prisión del presente".
Vivir otras vidas. Abandonar la cárcel de lo meramente físico, la relación con lo material y la supervivencia.
Dejar de ser uno mismo aunque solo sea por unas horas. Ese ser que, por definición, aburre a las ovejas. Veganos incluidos.
Vivir otras vidas. Abandonar la cárcel de lo meramente físico, la relación con lo material y la supervivencia.
Dejar de ser uno mismo aunque solo sea por unas horas. Ese ser que, por definición, aburre a las ovejas. Veganos incluidos.
domingo, 11 de febrero de 2018
sábado, 10 de febrero de 2018
El amor de mi vida
Vivimos juntos toda la vida. Felices e infelices. Y espero que acabemos juntos.
Las numerosas infidelidades de ambos nunca han conseguido quebrar lo nuestro.
Las numerosas infidelidades de ambos nunca han conseguido quebrar lo nuestro.
miércoles, 7 de febrero de 2018
El servicio doméstico del pequeño burgués
Según afirma el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, "ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose".
Concuerdo. Ahora bien, la única forma de explotación moralmente admisible es la autoexplotación. Esto excluye al personal de limpieza (esa señora que ayuda en casa y que es "como de la familia", a la que tanto se quiere y se le pagan escasos centavos para que mantenga limpios nuestros inodoros). Y de paso le dé un repasito a la conciencia del pequeño burgués.
Conozco gente de izquierdas de toda la vida que renunció a todo casándose con ricos herederos de la gauche divine y que está orgullosísima de su servicio doméstico. Qué haría yo sin María, sin Carmen, sin Herminia...
Por los pulgares. Los mismitos.
El mundo sigue muy mal repartido. Estamos rodeados de aprendices de pijo por los cuatro costados.
Nadie, ni hombre ni mujer ni lo que ustedes gusten, debería ser esclavo de nadie. Si hay algo peor que un pijo de derechas -alguien que nació por la única razón teológica de que en el mundo tiene que haber variedad- es un pijo de izquierdas, que sabe lo que se cuece en la calle, que tuvo que luchar y que tiene las herramientas para comprender la realidad.
Un traidor a su clase. Y ROMA NO PAGA TRAIDORES.
¡A las barricadas!
Concuerdo. Ahora bien, la única forma de explotación moralmente admisible es la autoexplotación. Esto excluye al personal de limpieza (esa señora que ayuda en casa y que es "como de la familia", a la que tanto se quiere y se le pagan escasos centavos para que mantenga limpios nuestros inodoros). Y de paso le dé un repasito a la conciencia del pequeño burgués.
Conozco gente de izquierdas de toda la vida que renunció a todo casándose con ricos herederos de la gauche divine y que está orgullosísima de su servicio doméstico. Qué haría yo sin María, sin Carmen, sin Herminia...
Por los pulgares. Los mismitos.
El mundo sigue muy mal repartido. Estamos rodeados de aprendices de pijo por los cuatro costados.
Nadie, ni hombre ni mujer ni lo que ustedes gusten, debería ser esclavo de nadie. Si hay algo peor que un pijo de derechas -alguien que nació por la única razón teológica de que en el mundo tiene que haber variedad- es un pijo de izquierdas, que sabe lo que se cuece en la calle, que tuvo que luchar y que tiene las herramientas para comprender la realidad.
Un traidor a su clase. Y ROMA NO PAGA TRAIDORES.
¡A las barricadas!
lunes, 5 de febrero de 2018
Mi viejo
Tarde hermosa, de nieve y claridad boreal. La tenue luz, de bosque encantado de Nemi, de los misterios del tiempo y sus servidumbres, trae recuerdos imborrables. Vividos intensamente.
Recuerdos del futuro.
1970. El estudio de fotografía. La luz roja. La radio portátil. El revelador, el fijador. Las cubetas. La ampliadora. Las cajas de papel fotográfico. 1974. Mi primera guitarra me espera. Corremos por las pistas de Ezeiza. Se nos van los amigos... 1976. El viaje a los lagos del sur. Una guitarreada infinita junto al mar. En esa fogata roja, entre médanos eternos, por primera vez una mujer arrebatadora puso sus ojos en mí. Pero el hechizo duró apenas un instante y se desvaneció en el aire cuando oí su pálida voz. "Nene... ¿me prestás la viola? Gracias, lindo". 1978. La galería Libros de Zaragoza, los relatos de Tólstoi. La nieve española en Soria. La alegría de estar juntos.
El circo "Águilas de plata" con sus lonas raídas que dejaban ver la noche estrellada. Aquellos artistas pobres, humildes poblaron luego tus cuadros de la exposición que hiciste antes de partir de Buenos Aires. Pedrito Gaeta, que se debe eternamente al amor. La poesía de Luis Luchi, que calienta el corazón. ¡Tan condenadamente lejos de los marchantes de almas y sus infinitas miserias!
La tarde quiere irse. El viento es un caballo, óyelo cómo corre, por el mar, por el cielo. Ya viene a buscarme.
Mi hijo Pablo toca dulcemente un embriagador Nocturno de Chopin y el que suscribe orienta el velamen en dirección a poniente, atento siempre a mantener el rumbo. Feliz porque encontró la solución de la novela que está escribiendo.
Mi padre, el artista Abel Rasskin, hoy cumple años. Don Abel es una persona maravillosa, con un corazón grande y generoso. Alguien que fue a lo esencial desde muy joven, que atravesó desiertos infinitos a fuerza de coraje y talento, y que no perdió un solo instante de su preciosa vida viviendo los sueños de otro.
Que no les confunda lo de Don Abel. El viejo juega al tenis todas las semanas y es un adversario temible. Se me está ocurriendo un business. Podríamos ir recorriendo los pueblos de la Piel de Toro al estilo Paul Newman en El buscavidas... Después de todo, los dos tenemos los ojos azules. Ollos verdes son traidores, azuis son mentireiros, os negros e acastañados son firmes e verdadeiros.
Retamos a los lugareños a un par de sets, vos te movés de forma errática en los cuatro primeros juegos, yo me ocupo de las apuestas y después... cañazo. Ya está. No se hable más. Nos vamos a forrar.
Y tiene gente que lo quiere en todas partes. En las dos orillas del mundo.
Crecí rodeado de acuarianos. ¡Un escorpio del año del dragón necesita más mamparos de contención que el Lusitania!
Como los lectores de este blog me caen bien les revelaré la clave del éxito en la vida. Es muy sencilla: consiste en elegir bien a los padres.
En este sentido, he de confesar que yo nací con una escalera real de mano. Nunca he tenido que irme a baraja.
Sos un gran tipo, viejo querido. Hasta los cielos se han puesto de acuerdo para pintar los escenarios del sur pampeano de tus primeros años. Allá lejos y hace tiempo. Hoy. Siempre.
¡Brindo por vos! ¡Vamos todavía que las apuestas están 5 a 1! Ilusos... ¡se van a enterar!
Este mes definitivamente comemos con aceite.
Recuerdos del futuro.
1970. El estudio de fotografía. La luz roja. La radio portátil. El revelador, el fijador. Las cubetas. La ampliadora. Las cajas de papel fotográfico. 1974. Mi primera guitarra me espera. Corremos por las pistas de Ezeiza. Se nos van los amigos... 1976. El viaje a los lagos del sur. Una guitarreada infinita junto al mar. En esa fogata roja, entre médanos eternos, por primera vez una mujer arrebatadora puso sus ojos en mí. Pero el hechizo duró apenas un instante y se desvaneció en el aire cuando oí su pálida voz. "Nene... ¿me prestás la viola? Gracias, lindo". 1978. La galería Libros de Zaragoza, los relatos de Tólstoi. La nieve española en Soria. La alegría de estar juntos.
El circo "Águilas de plata" con sus lonas raídas que dejaban ver la noche estrellada. Aquellos artistas pobres, humildes poblaron luego tus cuadros de la exposición que hiciste antes de partir de Buenos Aires. Pedrito Gaeta, que se debe eternamente al amor. La poesía de Luis Luchi, que calienta el corazón. ¡Tan condenadamente lejos de los marchantes de almas y sus infinitas miserias!
La tarde quiere irse. El viento es un caballo, óyelo cómo corre, por el mar, por el cielo. Ya viene a buscarme.
Mi hijo Pablo toca dulcemente un embriagador Nocturno de Chopin y el que suscribe orienta el velamen en dirección a poniente, atento siempre a mantener el rumbo. Feliz porque encontró la solución de la novela que está escribiendo.
Mi padre, el artista Abel Rasskin, hoy cumple años. Don Abel es una persona maravillosa, con un corazón grande y generoso. Alguien que fue a lo esencial desde muy joven, que atravesó desiertos infinitos a fuerza de coraje y talento, y que no perdió un solo instante de su preciosa vida viviendo los sueños de otro.
Que no les confunda lo de Don Abel. El viejo juega al tenis todas las semanas y es un adversario temible. Se me está ocurriendo un business. Podríamos ir recorriendo los pueblos de la Piel de Toro al estilo Paul Newman en El buscavidas... Después de todo, los dos tenemos los ojos azules. Ollos verdes son traidores, azuis son mentireiros, os negros e acastañados son firmes e verdadeiros.
Retamos a los lugareños a un par de sets, vos te movés de forma errática en los cuatro primeros juegos, yo me ocupo de las apuestas y después... cañazo. Ya está. No se hable más. Nos vamos a forrar.
Y tiene gente que lo quiere en todas partes. En las dos orillas del mundo.
Crecí rodeado de acuarianos. ¡Un escorpio del año del dragón necesita más mamparos de contención que el Lusitania!
Como los lectores de este blog me caen bien les revelaré la clave del éxito en la vida. Es muy sencilla: consiste en elegir bien a los padres.
En este sentido, he de confesar que yo nací con una escalera real de mano. Nunca he tenido que irme a baraja.
Sos un gran tipo, viejo querido. Hasta los cielos se han puesto de acuerdo para pintar los escenarios del sur pampeano de tus primeros años. Allá lejos y hace tiempo. Hoy. Siempre.
¡Brindo por vos! ¡Vamos todavía que las apuestas están 5 a 1! Ilusos... ¡se van a enterar!
Este mes definitivamente comemos con aceite.
sábado, 3 de febrero de 2018
Macedonio Fernández y el tango
La lectura de "Adriana Buenos Aires (última novela mala)" de Macedonio Fernández supuso un antes y un después en mi adolescencia.
Como la realidad imita a la literatura, en años posteriores fui encontrando similitudes destacables entre la vida que Manuel hizo en la ciudad del Plata y los avatares del protagonista de la novela.
La sempiterna presencia de la pensión, como reducto de soledad y epicentro de planes delirantes para tentar a la suerte. Fundamentalmente, para intentar que reorientara las velas. O que simplemente mostrara alguna constante vital.
Por la avenida que corre junto a la ventana de la mugrienta pensión en que vivo...
Borges admiraba intensamente a Don Macedonio, que cantó a un Buenos Aires mágico, energético, último refugio y esperanza de una nueva oportunidad para todos los perseguidos del mundo. Eneas en busca de una nueva Troya en Italia. Previa estación en las arenas de Libia para amar a la arrolladora Dido.
Él viene de la derrota y la destrucción de su hogar. No hay vuelta atrás. Ella es una diosa irresistible avant le tango. Se encuentran en las playas. Eneas es un náufrago. Dido, una reina. Y se aman con una desesperación enfermiza, animal, instintiva. Dos, tres, doce noches seguidas con sus días. Eneas sabe que debe continuar viaje. Ella se debe a su pueblo.
Después. No existe el después. Solo la intensidad y la entrega. Borrachos de sí mismos, atados sus cuerpos a esa lava ardiente que los quema, el sueño los envuelve precipitándose dulcemente desde las estrellas. Cadentia sidera somnos... hasta en latín suena a música, a bosque de hayas.
Tangazo. Si algún día tengo una milonga en propiedad se llamará "Dido y Eneas".
Rescato esta frase de Fernández sobre la música ciudadana de la cuenca del Plata: "lo único cierto es el tango, porque es lo único que en estas tierras no necesita consultar con Europa".
Hasta el pitido final todo puede cambiar, mi viejo. Solo hay que aprender a desear. Con el mismo deseo ardiente y sin esperanza con que se baila un tango con alguien desconocido. Alguien que no veremos más, que se irá de nuestra vida para siempre, que envejecerá lejos. Que tal vez nunca estuvo allí.
Y, a pesar de saberlo, se espera que la vida comience.
Como la realidad imita a la literatura, en años posteriores fui encontrando similitudes destacables entre la vida que Manuel hizo en la ciudad del Plata y los avatares del protagonista de la novela.
La sempiterna presencia de la pensión, como reducto de soledad y epicentro de planes delirantes para tentar a la suerte. Fundamentalmente, para intentar que reorientara las velas. O que simplemente mostrara alguna constante vital.
Por la avenida que corre junto a la ventana de la mugrienta pensión en que vivo...
Borges admiraba intensamente a Don Macedonio, que cantó a un Buenos Aires mágico, energético, último refugio y esperanza de una nueva oportunidad para todos los perseguidos del mundo. Eneas en busca de una nueva Troya en Italia. Previa estación en las arenas de Libia para amar a la arrolladora Dido.
Él viene de la derrota y la destrucción de su hogar. No hay vuelta atrás. Ella es una diosa irresistible avant le tango. Se encuentran en las playas. Eneas es un náufrago. Dido, una reina. Y se aman con una desesperación enfermiza, animal, instintiva. Dos, tres, doce noches seguidas con sus días. Eneas sabe que debe continuar viaje. Ella se debe a su pueblo.
Después. No existe el después. Solo la intensidad y la entrega. Borrachos de sí mismos, atados sus cuerpos a esa lava ardiente que los quema, el sueño los envuelve precipitándose dulcemente desde las estrellas. Cadentia sidera somnos... hasta en latín suena a música, a bosque de hayas.
Tangazo. Si algún día tengo una milonga en propiedad se llamará "Dido y Eneas".
Rescato esta frase de Fernández sobre la música ciudadana de la cuenca del Plata: "lo único cierto es el tango, porque es lo único que en estas tierras no necesita consultar con Europa".
Hasta el pitido final todo puede cambiar, mi viejo. Solo hay que aprender a desear. Con el mismo deseo ardiente y sin esperanza con que se baila un tango con alguien desconocido. Alguien que no veremos más, que se irá de nuestra vida para siempre, que envejecerá lejos. Que tal vez nunca estuvo allí.
Y, a pesar de saberlo, se espera que la vida comience.
La vida en orsái
Febrero siempre está ligado en mi recuerdo al mar. Todos los meses de enero, papá fabricaba un calendario con dibujitos que reflejaba los días que faltaban para marchar a las playas del sur.
Diego y yo nos encargábamos de tachar los días que restaban para la partida. Bendita época, de días ferruginosos, humedades rioplatenses.
Esos viajes al mar forman parte de los días más felices de mi vida. Tuve una infancia maravillosa, acentuada por el hecho de que mis viejos eran casi contemporáneos nuestros: eran y siguen siendo unos pibes.
Lo único que realmente importa es estar junto a la gente que uno quiere. El resto, en mayor o menor medida, resulta prescindible.
Diego y yo nos encargábamos de tachar los días que restaban para la partida. Bendita época, de días ferruginosos, humedades rioplatenses.
Esos viajes al mar forman parte de los días más felices de mi vida. Tuve una infancia maravillosa, acentuada por el hecho de que mis viejos eran casi contemporáneos nuestros: eran y siguen siendo unos pibes.
Lo único que realmente importa es estar junto a la gente que uno quiere. El resto, en mayor o menor medida, resulta prescindible.
jueves, 1 de febrero de 2018
Plegaria fenicia
Dioses, no me juzguéis como un dios sino como un hombre a quien ha destrozado el mar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)