lunes, 5 de febrero de 2018

Mi viejo

Tarde hermosa, de nieve y claridad boreal. La tenue luz, de bosque encantado de Nemi, de los misterios del tiempo y sus servidumbres, trae recuerdos imborrables. Vividos intensamente.

Recuerdos del futuro.

1970. El estudio de fotografía. La luz roja. La radio portátil. El revelador, el fijador. Las cubetas. La ampliadora. Las cajas de papel fotográfico. 1974. Mi primera guitarra me espera. Corremos por las pistas de Ezeiza. Se nos van los amigos... 1976. El viaje a los lagos del sur. Una guitarreada infinita junto al mar. En esa fogata roja, entre médanos eternos, por primera vez una mujer arrebatadora puso sus ojos en mí. Pero el hechizo duró apenas un instante y se desvaneció en el aire cuando oí su pálida voz. "Nene... ¿me prestás la viola? Gracias, lindo". 1978. La galería Libros de Zaragoza, los relatos de Tólstoi. La nieve española en Soria. La alegría de estar juntos.

El circo "Águilas de plata" con sus lonas raídas que dejaban ver la noche estrellada.  Aquellos artistas pobres, humildes poblaron luego tus cuadros de la exposición que hiciste antes de partir de Buenos Aires. Pedrito Gaeta, que se debe eternamente al amor. La poesía de Luis Luchi, que calienta el corazón. ¡Tan condenadamente lejos de los marchantes de almas y sus infinitas miserias!

La tarde quiere irse. El viento es un caballo, óyelo cómo corre, por el mar, por el cielo. Ya viene a buscarme.

Mi hijo Pablo toca dulcemente un embriagador Nocturno de Chopin y el que suscribe orienta el velamen en dirección a poniente, atento siempre a mantener el rumbo. Feliz porque encontró la solución de la novela que está escribiendo.

Mi padre, el artista Abel Rasskin, hoy cumple años. Don Abel es una persona maravillosa, con un corazón grande y generoso. Alguien que fue a lo esencial desde muy joven, que atravesó desiertos infinitos a fuerza de coraje y talento, y que no perdió un solo instante de su preciosa vida viviendo los sueños de otro.

Que no les confunda lo de Don Abel. El viejo juega al tenis todas las semanas y es un adversario temible. Se me está ocurriendo un business. Podríamos ir recorriendo los pueblos de la Piel de Toro al estilo Paul Newman en El buscavidas... Después de todo, los dos tenemos los ojos azules. Ollos verdes son traidores, azuis son mentireiros, os negros e acastañados son firmes e verdadeiros.

Retamos a los lugareños a un par de sets, vos te movés de forma errática en los cuatro primeros juegos, yo me ocupo de las apuestas y después... cañazo. Ya está. No se hable más. Nos vamos a forrar.

Y tiene gente que lo quiere en todas partes. En las dos orillas del mundo.

Crecí rodeado de acuarianos. ¡Un escorpio del año del dragón necesita más mamparos de contención que el Lusitania!

Como los lectores de este blog me caen bien les revelaré la clave del éxito en la vida. Es muy sencilla: consiste en elegir bien a los padres.

En este sentido, he de confesar que yo nací con una escalera real de mano. Nunca he tenido que irme a baraja.

Sos un gran tipo, viejo querido. Hasta los cielos se han puesto de acuerdo para pintar los escenarios del sur pampeano de tus primeros años. Allá lejos y hace tiempo. Hoy. Siempre.

¡Brindo por vos! ¡Vamos todavía que las apuestas están 5 a 1! Ilusos... ¡se van a enterar!

Este mes definitivamente comemos con aceite.



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