miércoles, 7 de febrero de 2018

El servicio doméstico del pequeño burgués

Según afirma el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, "ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose".

Concuerdo. Ahora bien, la única forma de explotación moralmente admisible es la autoexplotación. Esto excluye al personal de limpieza (esa señora que ayuda en casa y que es "como de la familia", a la que tanto se quiere y se le pagan escasos centavos para que mantenga limpios nuestros inodoros). Y de paso le dé un repasito a la conciencia del pequeño burgués.

Conozco gente de izquierdas de toda la vida que renunció a todo casándose con ricos herederos de la gauche divine y que está orgullosísima de su servicio doméstico. Qué haría yo sin María, sin Carmen, sin Herminia...

Por los pulgares. Los mismitos.

El mundo sigue muy mal repartido. Estamos rodeados de aprendices de pijo por los cuatro costados.

Nadie, ni hombre ni mujer ni lo que ustedes gusten, debería ser esclavo de nadie. Si hay algo peor que un pijo de derechas -alguien que nació por la única razón teológica de que en el mundo tiene que haber variedad- es un pijo de izquierdas, que sabe lo que se cuece en la calle, que tuvo que luchar y que tiene las herramientas para comprender la realidad.

Un traidor a su clase. Y ROMA NO PAGA TRAIDORES.

¡A las barricadas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me viene a la mente el cuento de Pessoa " el banquero anarquista"