viernes, 15 de enero de 2010

Ocurrió ayer

Entre las múltiples diferencias que existen entre los usos y costumbres de España y las repúblicas hermanas de allende los mares está el comportamiento de los distintos cuerpos de policía ante la posibilidad de aceptar un soborno, sobre todo si se trata de policía de carreteras. Quien desconozca este código, además de la correspondiente multa, puede pasar un rato más que desagradable e incluso acabar entre rejas. A continuación, una historia alusiva. Sin retoques. Tal cual. La fábrica de guiones de la realidad ya se sabe...

"Si con este dinero no tiene bastante, llevo mucho más en la riñonera". Un conductor de 59 años y residente en Salou ofreció 200 euros y prometió más a dos agentes de la Guardia Urbana de Tarragona para que obviaran las cuatro multas que le acababan de imponer y que suponían 2.615 euros de sanción. Ante la insistencia del hombre, que blandió varios billetes de 100 euros e intentó entregárselos repetidamente a los policías, éstos le acusaron de un delito de cohecho, castigado con penas de tres a seis años de prisión.

Los hechos ocurrieron el pasado miércoles en una céntrica rotonda de Tarragona, ubicada a sólo unos cien metros de la comisaría de la Guardia Urbana de la ciudad. Dos agentes detuvieron el vehículo tras comprobar que tenía caducado el documento de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) desde hacía varios meses. El conductor resultó ser una mina para imponer sanciones: cargaba con varias piezas pequeñas de hachís y un spray de defensa personal, por lo que los agentes le impusieron dos multas de 1.200 euros cada una. El carnet de conducir también estaba caducado -65 euros más- igual que la ITV del vehículo -150 euros-.

Apabullado por la avalancha de sanciones, el hombre aseguró que la Guardia Urbana de Barcelona le había sancionado por idénticos motivos el día anterior, lo que demostró entregando los resguardos de esas multas. Cuando los agentes le entregaron los boletines de las denuncias para que el hombre las firmara, recibieron a cambio una hoja doblada. En su interior había cuatro billetes de 50 euros. "¿Pueden hacer la vista gorda?", rogó el conductor. "A ver si te apañas con esto. Esto es para ti", le insistió a un agente.

El guardia le devolvió el dinero pero el conductor no se dio por vencido. "Si no tiene bastante le doy más", dijo mostrando varios billetes de cien euros. Tras varios minutos de discusión, los agentes cogieron los 200 euros iniciales y le informaron de que se le abrían diligencias judiciales por cohecho. También le advirtieron de que inmovilizarían el vehículo a menos que otra persona con el carnet de conducción en regla no se hacía cargo de él. El conductor llamó a su esposa, que llegó minutos después en otro coche. Los agentes comprobaron que la mujer también tenía caducado el permiso, por lo que la multaron -otros 65 euros- y procedieron a inmovilizar el segundo vehículo. Ambos fueron retirados ayer por la tarde por un familiar del matrimonio, informó la Guardia Urbana.

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