sábado, 30 de junio de 2012

El perdón

El perdón es bueno para el alma. Un director de oficina, concretamente de Caja Madrid, Francesc Xabier Cabellera, ha dicho: “Quiero pedir perdón a mis clientes por haberles vendido acciones de Bankia”. Ha afirmado que lo hizo basándose en la información que le transmitieron sus superiores “y que se ha demostrado fraudulenta”. Ha agregado que se deben pedir responsabilidades a los gestores que llevaron a esa situación, y ha citado a Miguel Blesa y a Rodrigo Rato, que “agrandó la estructura y aceptó el SIP con Bancaja”.

El señor Cabellera ya ha pedido perdón. A otra cosa. A planear la próxima engañifa durante las vacaciones...

viernes, 29 de junio de 2012

Auf Wiedersehen!

Frau Merkel da su brazo a torcer (ya veremos hasta dónde: TIMEO DANAOS ET DONA FERENTES...), Italia elimina a Alemania en un partido vibrante y la final de la Eurocopa la jugarán dos reputados "pigs", España e Italia. Sabido es que allí donde no llegó el Imperio Romano... sombras y cenizas.

Monti lo dijo claramente antes de comenzar la enésima cumbre del siglo en Bruselas: "no me moveré de la silla hasta resolver la cuestión", como hizo Unamuno cuando se trataba de dilucidar la existencia de Dios.

La austeridad es una cosa y la humillación nacional como está sucediendo en Grecia es otra muy distinta. Harían bien los alemanes en recordar los años 20 y los años inmediatamente posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial. El país no se levantó de las ruinas solo.

Italia y España, trabajando juntas, parecen haber encontrado la forma de equilibrar una partida en la que la desgracia de unos (bonos al 7%) supone la alegría de otros (financiación a coste 0).

Para jugar bien al póker no basta con tener la cabeza cuadrada, también hace falta imaginación.

jueves, 28 de junio de 2012

Recortes

Desde París, la inefable Natalia Bolívar nos comenta que los recortes en cultura ya empiezan a notarse. O Tempora, O Mores!

martes, 26 de junio de 2012

Basta ya

Os escribo con mi i-Pad desde La Moraleja. Mi nombre es Ana del Lago de Leoni, he ido a colegios de pago y papá ha construido muchas urbanizaciones, dando trabajo a un montón de gente de aquí y de allá. Lo habitual en España. Bueno, pero no quiero hablar de mí (papá y mis hermanos me dicen que evite dar publicidad a nuestras propiedades, no sea que me secuestren y exijan un rescate que en mi familia no meten la mano en el bolsillo ni en invierno).

Es que acabo de enterarme de que las autopistas radiales de acceso a las grandes ciudades, de peaje, naturalmente, están teniendo un montón de dificultades. Y estoy HORRORIZADA. ¿Significa esto que este verano voy a tener que conducir nuestro 4x4 por las carreteras nacionales, sufriendo atascos, calor y calamidades? Hay que salvar nuestras radiales. Exijo que el Gobierno de España empiece a desviar fondos destinados a educación y pensiones no contributivas a las concesionarias de nuestras autopistas de peaje. ¡Ya está bien de defender derechos para todos! La minoría hace la diferencia. ¡Basta de 15-M! ¡Por unas vacaciones dignas, largas y placenteras! ¡Hay que defender al ciudadano que consume! ¡Stop al despilfarro en la gente que no cuenta!

viernes, 22 de junio de 2012

Wikileaks descubre que en España hay gente con trabajo fijo

Según el cable 09SPAIN33546, en España existe “un grupo amplio de ciudadanos con trabajo asegurado para toda la vida a los que se denomina funcionarios”. La última filtración revela también que los funcionarios estudian en la clandestinidad, durante años, algo llamado “oposiciones”. Después de exámenes muy duros, unos pocos elegidos acceden a puestos de trabajo vitalicios. Este fenómeno llegó a inquietar a las autoridades norteamericanas, que pensaron que España estaba “trabajando en secreto para crear una nueva raza humana con horario fijo de ocho a tres”.

El cable adjunta un informe del doctor en psicología Blas Pardo. “La mente de un funcionario es diferente a la del resto de los humanos. Son seres que nunca más se van a preocupar de tener trabajo, de tener festivos, o de si cobrarán una pensión. Eso les convierte en seres radicalmente diferentes a nosotros, en algo que va más allá de lo que los simples humanos podamos comprender”.

El doctor Pardo alerta además de las posibles consecuencias de todo ello. “Podemos encontrarnos en una encrucijada similar a la que se encontró el hombre de Neandertal cuando se enfrentó al de Cromagnon: sólo podrá sobrevivir una especie”.

jueves, 21 de junio de 2012

GHDP

Titular de esta mañana: "Donald Trump anima a los inversores a aprovecharse de la situación de España".
El magnate estadounidense Donald Trump ha defendido que Europa representa una "gran oportunidad" para los inversores internacionales, ya que se puede conseguir "todo a cambio de nada", al mismo tiempo que ha animado a aprovecharse de que España, "un lugar asombroso", "tiene fiebre". Perfecto. Esa es la verdadera esencia del capitalismo. Alguien se enriquece ilimitadamente aprovechándose de la desgracia de otros. "Espera que estén con el agua al cuello, entonces te rogarán de rodillas que les compres sus pertenencias. Como tú tienes el dinero, las reglas las pones tú".

Sucedió en Buenos Aires en los meses posteriores al "corralito". Nutridas expediciones de españoles con dinerito fresco iban a comprar pisos por un importe equivalente al de un coche de gama baja en España. Ahora le toca el turno a la Piel de Toro. Lo destacable de la delaración de Trump es su franqueza yanqui, estilo "me enorgullezco de ser un cabrón, que lo sepa todo el mundo". Un hito en la historia de la evolución del género.

Da igual si "oportunidad" para unos significa "sufrimiento brutal" para millones de seres humanos. Sin eufemismos, las cosas por su nombre. La guerra es el paroxismo del sistema capitalista. Es el negocio perfecto: vendo armas a los dos bandos y, cuando ambos han sido barridos del mapa, les ofrezco estar endeudados los próximos cien años y me llevo todos los contratos de reconstrucción de las ruinas. En eso estaba el tipo de "Buried" hasta que acabó bajo tierra. Fundamental la escena en que su propia empresa le comunica dentro del ataúd que rescinde sus compromisos y se lava las manos. Una empresa es como la Gestapo. Su objetivo es aplastar tu amor propio, eliminar la individualidad, desterrar el criterio. Se trata de anularte, de reducirte a la mínima expresión: "a ti no se te paga para pensar", ergo "a ti se te paga para bajar la cabeza, ponerte mirando a Cuenca y someterte como un mono en la selva". Las reglas que se aplican en las empresas son como las que se aplican en la cárcel, sólo que con un ligero barniz de civilización.

Titular alternativo propuesto por el que suscribe: "Donald Trump es un GRANDÍSIMO HIJO DE LA GRAN BRETAÑA y el capitalismo es un montón de mierda apestosa y sin entrañas".

martes, 19 de junio de 2012

Alivio

La crisis ruge, pero no todo van a ser malas noticias. Los ricos, aquellos que en virtud de su inteligencia, su sensibilidad, su sabiduría, su altruismo y su permanente preocupación por el bien común son los amados de Dios, apenas notan nada. Eso nos permite deducir que, sobre todo en momentos de crisis, resulta mucho más aconsejable ser rico que ser pobre. Los ricos viven más, siempre se han llevado bien con los representantes espirituales del Altísimo en la Tierra e irradian felicidad y alegría dondequiera que vayan. Pero para ser rico hay que valer, nunca mejor dicho.

¿Por qué empeñarse en ser pobre cuando se puede ser inmensamente rico? ¿Acaso no es mejor conducir Ferraris o Lamborghinis de 300 caballos, disponer de mansiones en los cuatro puntos cardinales y degustar manjares exquisitos preparados por nuestro chef particular que pudrirse en la miseria haciendo malabarismos en Lidl, pegando sablazos a diestro y siniestro y levantándose a las 5 de la mañana para ir a un trabajo de mierda en transporte público que no te permite llegar a fin de mes y por el que tienes que dar las gracias?

Si eres pobre y te prestan estás peor que el peor de los esclavos. Si no devuelves lo prestado, te partirán las piernas, devorarán a tus hijos y te sodomizarán en las mazmorras de la Oficina del Bien Supremo, pero si eres rico dispondrás de crédito ilimitado, te podrás gastar hasta lo que no es tuyo y cuando sobrepases todos los límites disfrutando de fiestas y bacanales que harían palidecer al mismísimo Berlusconi alguien te rescatará, quitándoselo a los pobres para dártelo a ti, que eres EL ELEGIDO. Y lo que es aún mejor... todo seguirá tal cual, porque el rico todo lo merece y el pobre ha nacido para el dolor. Nadie pondrá el grito en el cielo: es el orden natural de las cosas.

El que vale para trabajar es que no vale para otra cosa. En cambio un rico... qué elegancia natural, qué saber estar, que innegable inefabilidad... Un rico es como los toros de lidia, que existen porque existe el toreo. Si no hubiera ricos no habría palacios, campos de golf, barcos impresionantes, coches de ensueño, playas en el Paraíso convenientemente cercadas. Nadie extraería diamantes ni mataría por oro envuelto en lodo. ¿Quién iba a pintar la Capilla Sixtina si no hubiera alguien dispuesto a pagarla? ¿Y Versalles, El Escorial, San Pedro, los palacios de Sintra, los 365 puentes de San Petersburgo? ¿A qué pobre se le podría ocurrir una cosa así, un puente para cada día del año? Sólo los grandes piensan en grande. A los ricos debemos todo avance, ¡luz que ilumina nuestros pasos!

No hay nada que un rico no pueda comprar. Un nonagenario repugnante logrará que la más bella de las ninfas se arrodille ante sus fondos de inversión, mientras que una vieja de 100 años con el riñón bien forrado que sólo aparenta 96 con los labios como un tomate, tetas de plástico e innumerables cerebrosucciones será virtualmente acosada por Adonis, Antínoo y Aquiles -reducidos a putos por la crisis helena- que se enfrentarán a puñetazo limpio para poder disfrutar de una noche de amour fou en su compañía. ¿Y cuál es el denominador común que encandila por igual a putas y putos? La pasta, naturalmente. La pasta es la piedra filosofal de la moderna alquimia. Pronto permitirá vivir para siempre adquiriendo todos los adelantos de la ciencia. En el mundo del futuro, los ricos se perpetuarán sin necesidad de reproducirse y los pobres se morirán, de asco y literalmente. No habrá necesidad de engendrar incómodos herederos, buenos para nada que nacen a mesa puesta. Será todo para ellos solos. Así. poco a poco, sólo habrá ricos y el mundo conocerá una nueva Edad de Oro. Entonces quedará sellada de una vez y para siempre la alianza entre ricos y Arquitecto Supremo, ya que los ricos habrán conquistado todos y cada uno de sus atributos incluyendo la inmortalidad.

¿Crisis...? No, no. ¡Oportunidad! Sólo hay que nacer en el lugar y el momento adecuados y, sobre todo, saber elegir bien a los padres. Lo demás se da por sí solo. ¡Atrévete a ser rico! ¡Deja de ser un perdedor del montón! ¡Madruga que Dios te ayudará (siempre que le pises la cabeza al que se quedó durmiendo)!

La crisis económica solo reduce un 2,6% el número de ricos en España

por Íñigo de Barrón, publicado en El País - 19-6-12

Tras cuatro años de tormenta, los que más tienen siguen a buen refugio, como suelo ocurrir. La crisis inmobiliaria, la menor inversión empresarial y la caída de la Bolsa han afectado a los ricos españoles, pero muy poco. Según el informe anual de la consultora internacional Capgemini y la gestora de patrimonios del Royal Bank of Canada (RBC Wealth Management), el número de ricos ha caído un 2,6%, al pasar de 141.000 en 2010 a 137.300 el año pasado.

Este estudio considera ricos a los que tienen propiedades valoradas en más de un millón de dólares (625.000 euros), excluyendo la primera vivienda y los bienes consumibles. En el resto del mundo, la situación es la contraria, quizá porque la parte más grave de la crisis ya ha pasado. Así, la población mundial con alto patrimonio sube, aunque el montante total que acumulan ha descendido un 1,7%. Es la primera vez que se reduce el patrimonio total desde el inicio de la crisis económica mundial de 2008, año en que la riqueza global cayó un 19,5%. Los polos de riqueza están cambiando en el mundo.

Donde más ricos hay es en la zona Asia-Pacífico Los polos de riqueza están cambiando en el mundo. La prueba es que este informe, que se ha realizado durante 16 años, demuestra que donde más ricos hay es en la zona Asia-Pacífico. En concreto creció un 1,6% el grupo de privilegiados, hasta situarse en 3,37 millones de individuos en 2011. Es la primera vez que ocurre esto. Asia-Pacífico supera a Norteamérica, que se queda con 3,35 millones de ricos. No obstante, el que tuvo retuvo y el patrimonio acumulado todavía es mayor en Norteamérica. La riqueza de los grandes patrimonios en Norteamérica se situó en 11,4 billones de dólares, frente a los 10,7 billones de dólares de la región de Asia-Pacífico.

Por países destacan EE UU, Japón y Alemania en los primeros puestos, acumulando el 53,3% de la cifra total de ricos, algo más que en 2010. Entre los doce primeros países por población, Brasil muestra el mayor aumento porcentual (6.2%) en el número de grandes patrimonios mientras que India y Hong Kong son los que registraron un mayor descenso. Otro dato significativo es la entrada de Corea del Sur en la posición número 12 por número de grandes patrimonios, desplazando a India.

lunes, 18 de junio de 2012

Los años 30

Martin Wolf es mordaz (y con razón). “Hasta ahora nunca había comprendido cómo pudo suceder lo de los años treinta”, escribía el columnista de The Financial Times en una tribuna de opinión publicada el 5 de junio. “Ahora sí. Lo único que se necesita son unas economías frágiles, un régimen monetario rígido, un debate intenso sobre lo que hay que hacer, la creencia generalizada de que sufrir es bueno, unos políticos miopes, una incapacidad para cooperar y el no anticiparse a los acontecimientos”.

Hiperrealismo

Hace un tiempo me mostré indignado por el coste del retrato de Bono, dicharachero y "ocurrente" ex Presidente del Congreso, pero todo siempre puede ir a peor. Ahora salta la noticia de que Álvarez Cascos, antiguo ministro del gobierno Aznar escogió -porque estaba en su derecho- a Antonio López, el pintor más cotizado de la Corte, para que representara su augusta faz., sueño húmedo de mujeres de toda clase y condición y fantasía sexual inconfesada de mineros, estibadores e incluso nazis griegos. Con Bono, los contribuyentes nos gastamos unos 80.000 euros para representar su mirada extraviada y su pelo implantado. Su pelo es suyo porque pagó por él. Ahora toca pagar 190.000 eurazos (eso sí, IVA incluido, algo que recuperamos vía fiscal) por el retrato de Rimbaud en sus años mozos.

Me da exactamente igual que estén en su derecho legal de hacerlo. Si es una ley, corríjase, deróguese, destrúyase, como se ha hecho en 48 horas cuando interesa. Que salga ahora mismo el propio Cascos diciendo que esto es una barbaridad, que bien puede hacerse una foto y poner a todo el equipo de Adobe a trabajar en nuevos plug-ins, que va a dar lo mismo, como decían los romanos: MONSTRUM IN FRONTE, MONSTRUM IN ANIMO. Esta gente no entiende nada. ¿En qué idioma hay que decirles que DEJEN DE HACER EL IMBÉCIL? No pueden pedir toda clase de sacrificios a la población y seguir gastando como el señor Dívar en fines de semana de 4 días, en cenitas con sus colaboradores. 32 viajes nada menos, o este nuevo esperpento de "retrato de autor".

Tenemos una clase política repugnante e irresponsable, insolidaria y manirrota. No tienen una pizca de vergüenza ni sentido común. Cualquier cosa que les suceda se la habrán ganado con creces.

jueves, 14 de junio de 2012

Dejemos que hable Onetti

Hay gente que escribe bien, que se expresa con corrección y, de vez en cuando, acierta y conmueve. Unos pocos logran ser escritores verdaderamente buenos, llegando incluso a rozar la perfección. Y luego está el uruguayo Juan Carlos Onetti, que juega en una liga en la que sólo participa él.

Y, como resulta obvio, nadie le hace sombra. Nadie puede.

Enclaustrado en su piso de Avenida América y Cartagena, en un punto absurdo de una ciudad que nunca dejó de ser pueblo, atrincherado en la cama, con un vaso de whisky a todas horas, "todo se lo debo a Dolly"... Onetti recibía constantemente llamadas de personajes pertenecientes a tal o cual departamento universitario que le agobiaban con charlas, homenajes, mesas redondas, doctorados honoríficos. A todos respondía que sí, que iría, cómo no, faltaría más, preguntaba la dirección muy solícito, indagaba si había que ir de traje o de sport y, cuando llegaba el momento de acudir, Dolly llamaba de urgencia comunicando la muerte de un familiar, un accidente doméstico, algún suceso insólito. Nunca iba. ¿Para qué, si uno puede estar leyendo y escribiendo en la cama con una buena provisión de whisky, una discoteca bien selecta y Dolly cubriéndonos de cariños y atenciones? Onetti descubrió muy pronto que afuera no hay nada. Menos que nada. Los platos fríos se preparan en casa.

Bienvenido, Bob

por Juan Carlos Onetti

Es seguro que cada día estará más viejo, más lejos del tiempo en que se llamaba Bob, del pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos de cuando entraba silenciosamente en la sala, murmurando un saludo o moviendo un poco la mano cerca de la oreja, e iba a sentarse bajo la lámpara, cerca del piano, con un libro o simplemente quieto y aparte, abstraído, mirándonos durante una hora sin un gesto en la cara, moviendo de vez en cuando los dedos para manejar el cigarrillo y limpiar de cenizas la solapa de sus trajes claros.

Igualmente lejos -ahora que se llama Roberto y se emborracha con cualquier cosa, protegiéndose la boca con la mano sucia cuando toso- del Bob que tomaba cerveza, dos vasos solamente en la más larga de las noches, con una pila de monedas de diez sobre su mesa de la cantina del club, para gastar en la máquina de discos. Casi siempre solo, escuchando jazz, la cara soñolienta, dichosa y pálida, moviendo apenas la cabeza para saludarme cuando yo pasaba, siguiéndome con los ojos tanto tiempo como yo me quedara, tanto tiempo como me fuera posible soportar su mirada azul detenida incansablemente en mí, manteniendo sin esfuerzo el intenso desprecio y la burla más suave. También con algún otro muchacho, los sábados, alguno tan rabiosamente joven como él, con quien conversaba de solos, trompas y coros y de la infinita ciudad que Bob construiría sobre la costa cuando fuera arquitecto. Se interrumpía al verme pasar para hacerme el breve saludo y no sacar los ojos de mi cara, resbalando palabras apagadas y sonrisas por una punta de la boca hacia el compañero que terminaba siempre por mirarme y duplicar en silencio el silencio y la burla.

A veces me sentía fuerte y trataba de mirarlo: apoyaba la cara en una mano y fumaba encima de mi copa mirándolo sin pestañear, sin apartar la atención de mi rostro que debía sostenerse frío, un poco melancólico. En aquel tiempo Bob era muy parecido a Inés; podía ver algo de ella en su cara a través del salón del club, y acaso alguna noche lo haya mirado como la miraba a ella. Pero casi siempre prefería olvidar los ojos de Bob y me sentaba de espaldas a él y miraba las bocas de los que hablaban en mi mesa, a veces callado y triste para que él supiera que había en mí algo más que aquello por lo que había juzgado, algo próximo a él; a veces me ayudaba con unas copas y pensaba "querido Bob, andá a contárselo a tu hermanita", mientas acariciaba las manos de las muchachas que estaban sentadas a mi mesa o estiraba una teoría sobre cualquier cosa, para que ellas rieran y Bob lo oyera.

Pero ni la actitud ni la mirada de Bob mostraban ninguna alteración en aquel tiempo, hiciera yo lo que hiciera. Sólo recuerdo esto como prueba de que él anotaba mis comedias en la cantina. Tenía un impermeable cerrado hasta el cuello, las manos en los bolsillos. Me saludó moviendo la cabeza, miró alrededor enseguida y avanzó en la habitación como si me hubiera suprimido con la rápida cabezada: lo vi moverse dando vueltas a la mesa, sobre la alfombra, andando sobre ella con sus amarillentos zapatos de goma. Tocó una flor con un dedo, se sentó en el borde de la mesa y se puso a fumar mirando el florero, el sereno perfil puesto hacia mí, un poco inclinado, flojo y pensativo. Imprudentemente -yo estaba de pie recostado contra el piano- empuje con mi mano izquierda una tecla grave y quedé ya obligado a repetir el sonido cada tres segundos, mirándolo.

Yo no tenía por él más que odio y un vergonzante respeto, y seguí hundiendo la tecla, clavándola con una cobarde ferocidad en el silencio de la casa, hasta que repentinamente quedé situado afuera, observando la escena como si estuviera en lo alto de la escalera o en la puerta, viéndolo y sintiéndolo a él, Bob, silencioso y ausente junto al hilo de humo de su cigarrillo que subía temblando; sintiéndome a mí, alto y rígido, un poco patético, un poco ridículo en la penumbra, golpeando cada tres exactos segundos la tecla grave con mi índice. Pensé entonces que no estaba haciendo sonar el piano por una incomprensible bravata, sino que lo estaba llamando; que la profunda nota que tenazmente hacía renacer mi dedo en el borde de cada última vibración era, al fin encontrada, la única palabra pordiosera con que podía pedir tolerancia y comprensión a su juventud implacable. Él continuó inmóvil hasta que Inés golpeó la puerta del dormitorio antes de bajar a juntarse conmigo. Entonces Bob se enderezó y vino caminando con pereza hasta el otro extremo del piano, apoyó un codo, me miró un momento y después dijo con una hermosa sonrisa: "¿Esta noche es una noche de lecho o de whisky? ¿Ímpetu de salvación o salto en el vacío?".

No podía contestarle nada, no podía deshacerle la cara de un golpe; dejé de tocar y fui retirando lentamente la mano del piano. Inés estaba en la mitad de la escalera cundo él me dijo: "Bueno, puede ser que usted improvise".

El duelo duró tres o cuatro meses, y yo no podía dejar de ir por las noches al club -recuerdo, de paso, que había campeonato de tenis por aquel tiempo- porque cuando me estaba por algún tiempo sin aparecer por allí, Bob saludaba mi regreso aumentando el desdén y la ironía en sus ojos y se acomodaba en el asiento con una mueca feliz.

Cuando llegó el momento de que yo no pudiera desear otra solución que casarme con Inés cuanto antes, Bob y su táctica cambiaron. No sé cómo supo mi necesidad de casarme con su hermana y de cómo yo había abrazado esa necesidad con todas las fuerzas que me quedaban. Mi amor por aquella necesidad había suprimido el pasado y toda atadura con el presente. No reparaba entonces en Bob; pero poco tiempo después hube de recordar cómo había cambiado en aquella época y alguna vez quedé inmóvil, de pie en la esquina, insultándolo entre dientes, comprendiendo que entonces su cara había dejado de ser burlona y me enfrentaba con seriedad y un intenso cálculo, como se mira un peligro o una tarea compleja, como se trata de valorar el obstáculo y medirlo con las fuerzas de uno. Pero yo no le daba ya importancia y hasta llegué a pensar que en su cara inmóvil y fija estaba naciendo la comprensión por lo fundamental mío, por un viejo pasado de limpieza que la adorada necesidad de casarme con Inés extraía de debajo de los años y sucesos para acercarme a él.

Después vi que estaba esperando la noche; pero lo vi recién cuando aquella noche llegó Bob y vino a sentarse a la mesa donde yo estaba solo y despidió al mozo con una seña. Esperé un rato mirándolo, era tan parecido a ella cuando movía las cejas; y la punta de la nariz, como a Inés, se le aplastaba un poco cuando conversaba. "Usted no va a casarse con Inés", dijo después. Lo miré, sonreí, dejé de mirarlo. "No, no se va a casar con ella porque una cosa así se puede evitar si hay alguien de veras resuelto a que se haga". Volví a sonreírme. "Hace unos años -le dije- eso me hubiera dado muchas ganas de casarme con Inés. Ahora no agrega ni saca. Pero puedo oírlo, si quiere explicarme...". Enderezó la cabeza y continuó mirándome en silencio; acaso tuviera prontas las frases y esperaba a que yo completara la mía para decirlas. "Si quiere explicarme por qué no quiere que yo me case con ella", pregunté lentamente y me recosté en la pared. Vi enseguida que yo no había sospechado nunca cuánto y con cuanta resolución me odiaba; tenía la cara pálida, con una sonrisa sujeta y apretada con los labios y dientes. "Habría que dividirlo por capítulos -dijo-, no terminaría en la noche".

"Pero se puede decir en dos o tres palabras. Usted no se va a casar con ella porque usted es viejo y ella es joven. No sé si usted tiene treinta o cuarenta años, no importa. Pero usted es un hombre hecho, es decir deshecho, como todos los hombres a su edad cuando no son extraordinarios". Chupó el cigarrillo apagado, miró hacia la calle y volvió a mirarme; mi cabeza estaba apoyada contra la pared y seguía esperando. "Claro que usted tiene motivos para creer en lo extraordinario suyo. Creer que ha salvado muchas cosas del naufragio. Pero no es cierto". Me puse a fumar de perfil a él; me molestaba, pero no le creía; me provocaba un tibio odio, pero yo estaba seguro de que nada me haría dudar de mí mismo después de haber conocido la necesidad de casarme con Inés. No; estábamos en la misma mesa y yo era tan limpio y tan joven como él. "Usted puede equivocarse -le dije-. Si usted quiere nombrar algo de lo que hay deshecho en mí...". "No, no -dijo rápidamente-, no soy tan niño. No entro en ese juego. Usted es egoísta; es sensual de una sucia manera. Está atado a cosas miserables y son las cosas las que lo arrastran. No va a ninguna parte, no lo desea realmente. Es eso, nada más; usted es viejo y ella es joven. Ni siquiera debo pensar en ella frente a usted. Y usted pretende...". Tampoco entonces podía yo romperle la cara, así que resolví prescindir de él, fui al aparato de música, marqué cualquier cosa y puse una moneda. Volví despacio al asiento y escuché. La música era poco fuerte; alguien cantaba dulcemente en el interior de grandes pausas. A mi lado Bob estaba diciendo que ni siquiera él, alguien como él, era digno de mirar a Inés a los ojos. Pobre chico, pensé con admiración. Estuvo diciendo que en aquello que él llama vejez, lo más repugnante, lo que determinaba la descomposición era pensar por conceptos, englobar a las mujeres en la palabra mujer, empujarlas sin cuidado para que pudieran amoldarse al concepto hecho por una pobre experiencia. Pero -decía también- tampoco la palabra experiencia era exacta. No había ya experiencias, nada más que costumbre y repeticiones, nombres marchitos para ir poniendo a las cosas y un poco crearlas. Más o menos eso estuvo diciendo. Y yo pensaba suavemente si él caería muerto o encontraría la manera de matarme, allí mismo y enseguida, si yo le contara las imágenes que removía en mí al decir que ni siquiera él merecía tocar a Inés con la punta de un dedo, el pobre chico, o besar el extremo de sus vestidos, la huella de sus pasos o cosas así. Después de una pausa -la música había terminado y el aparato apagó las luces aumentando el silencio-, Bob dijo "nada más", y se fue con el andar de siempre, seguro, ni rápido ni lento.

Si aquella noche el rostro de Inés se me mostró en las facciones de Bob, si en algún momento el fraternal parecido pudo aprovechar la trampa de un gesto para darme a Inés por Bob, fue aquella, entonces, la última vez que vi a la muchacha. Es cierto que volví a estar con ella dos noches después en la entrevista habitual, y un mediodía en un encuentro impuesto por mi desesperación, inútil, sabiendo de antemano que todo recurso de palabra y presencia sería inútil, que todos mis machacantes ruegos morirían de manera asombrosa, como si no hubieran sido nunca, disueltos en el enorme aire azul de la plaza, bajo el follaje de verde apacible en mitad de la buena estación.

Las pequeñas y rápidas partes del rostro de Inés que me había mostrado aquella noche Bob, aunque dirigidas contra mí, unidas a la agresión, participaban del entusiasmo y el candor de la muchacha. Pero cómo hablar a Inés, cómo tocarla, convencerla a través de la repentina mujer apática de las dos últimas entrevistas. Cómo reconocerla o siquiera evocarla mirando a la mujer de largo cuerpo rígido en el sillón de su casa y en el banco de la plaza, de una igual rigidez resuelta y mantenida en las dos distintas horas y los dos parajes; la mujer de cuello tenso, los ojos hacia delante, la boca muerta, las manos plantadas en el regazo. Yo la miraba y era "no", sabía que era "no" todo el aire que la estaba rodeando.

Nunca supe cuál fue la anécdota elegida por Bob para aquello; en todo caso, estoy seguro de que no mintió, de que entonces nada -ni Inés- podía hacerlo mentir. No vi más a Inés ni tampoco a su forma vacía y endurecida; supe que se casó y que no vive ya en Buenos Aires. Por entonces, en medio del odio y del sufrimiento me gustaba imaginar a Bob imaginando mis hechos y eligiendo la cosa justa o el conjunto de cosas que fue capaz de matarme en Inés y matarla a ella para mí.

Ahora hace cerca de un año que veo a Bob casi diariamente, en el mismo café, rodeado de la misma gente. Cuando nos presentaron -hoy se llama Roberto- comprendí que el pasado no tiene tiempo y el ayer se junta allí con la fecha de diez años atrás. Algún gastado rastro de Inés había aún en su cara, y un movimiento de la boca de Bob alcanzó para que yo volviera a ver el alargado cuerpo de la muchacha, sus calmosos y desenvueltos pasos, y para que los mismos inalterados ojos azules volvieran a mirarme bajo un flojo peinado que cruzaba y sujetaba una cinta roja. Ausente y perdida para siempre, podía conservarse viviente e intacta, definitivamente inconfundible, idéntica a lo esencial suyo. Pero era trabajoso escarbar en la cara, las palabras y los gestos de Roberto para encontrar a Bob y poder odiarlo. La tarde del primer encuentro esperé durante horas a que se quedara solo o saliera para hablarle y golpearlo. Quieto y silencioso, espiando a veces su cara o evocando a Inés en las ventanas brillantes del café, compuse mañosamente las frases del insulto y encontré el paciente tono con que iba a decírselas, elegí el sitio de su cuerpo donde dar el primer golpe. Pero se fue al anochecer acompañado por tres amigos, y resolví esperar, como había esperado él años atrás, la noche propicia en que estuviera solo.

Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra "mi señora"; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.

Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.

No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.

Una ha de helarte el corazón

La miseria del momento actual permite que aflore la verdadera esencia de lo español. Me refiero a la clase política. La gente va por otros derroteros, como nos recuerda Coca-Cola en su anuncio de la Eurocopa (manda huevos, Coca Cola). Esencia que incluso ha sido transmitida, corregida y aumentada allende los mares. Las antiguas colonias han perfeccionado el modelo.

El odio al otro, al diferente, al que piensa distinto. Odio sarraceno. La cosa ya va más allá de la imbecilidad y la mediocridad de nuestra actual clase política. Que si "rescate", que si "tomate", que si Rubalcaba tira un torpedo tras otro a la línea de flotación del actual gobierno como si él -justamente él, Vicepresidente y Ministro del Interior con Zapatero- no tuviera nada que ver con la herencia catastrófica del último gobierno socialista que ahora estamos sufriendo ¿o los desastres que ahora se destapan se fraguan en seis meses?, que si el gallego con su sonrisa etrusca y sus medias mentiras saca de quicio a los líderes europeos y un etcétera kilométrico. Las formas de hacer las cosas. Rosa Dïez: "me recontracago en su alma, es usted un mentiroso patológico ¿por qué no me llama para hacer un gobierno de unidad nacional?" "A ti te voy a llamar", responde el otro. Todo hecho con una diplomacia, un tacto político, un sense of timing a prueba de bombas. Ellos se entretienen mientras reciben sus salarios y sus prebendas y el barco no avanza ni un metro.

Nadie asume responsabilidades por nada. Ahora la gilipollez de la Eurocopa, ¡todos unidos por un ideal! Como si tuviéramos 4 años de edad.

Cualquier cosa antes que remar en la misma dirección y sacar la cabeza del fango. Un gobierno de unidad nacional, ¿para qué si tengo mayoría absoluta?

Del espíritu de la transición, de los Pactos de la Moncloa, que permitió desbloquear una situación enquistada en condiciones macroeconómicas muy complejas, con ETA asesinando cada tres días y el ejército franquista permanentemente soliviantado, la crisis del petróleo de los años setenta, una inflación del 16 por ciento y una estructura post-autarquía, nada de nada. Eran otros tiempos. Incluso Fraga, a primera vista mucho más rancio que Rajoy, tuvo gestos de grandeza para que el país avanzara.

Un buen garrotazo en la cabeza del contrario (todos los demás) y me quedo tan a gusto. El Cid, Torquemada, la Leyenda Negra, las 5.000 guerras civiles. A arrancarle los ojos al vecino, a galopar hasta que no quede ni playa ni caballo ni nada de nada, unos y otros, sin piedad. No hay prisioneros. Repetid conmigo: EJ-PA-ÑA ¡Bien!


jueves, 7 de junio de 2012

Aquí hay Rato encerrado

Rodrigo Rato, un genio inmortal de las finanzas, ha de ir a los tribunales a explicar qué cojones ha pasado en Bankia. Si tuviera un poco de vergüenza se presentaría él solito, pero no. Hay que "invitarle" a ir. Pues bien, la gente se está organizando y, mediante el llamado crowdfunding, que es un palabro gringo para decir "juntamos moneditas y las gastamos en lo que nos parece", se ha conseguido reunir en tiempo récord la pasta para que este pájaro nos cante su dulce canción. Hasta sobra dinero para contratar un depósito en Bankia y conseguir una toalla de Spiderman.

Así funciona este planeta. Para que un "alto ejecutivo", responsable último de los desastres de su entidad, explique qué ha hecho y qué ha pasado bajo su mandato hay que adelantar dinero para abogados, procuradores, tasas, etc. etc., cuando debería ser el propio Estado a través de la Fiscalía quien se ocupara de estos asuntos (parece que por ahí también se mueve la cosa, mal que les pese a los calientasillas del gobierno).

En fin... Qué suerte que ahora viene la Eurocopa para desviar un poco la atención.

http://www.goteo.org/project/crowdfundparato/home
http://15mparato.wordpress.com/a-por-rato/
http://www.publico.es/435782/enfrentarse-a-rato-supone-un-gesto-de-dignidad-enorme

Comunicado al pueblo soberano (publicado en Goteo.org)

#CrowdfundPaRato

El 20 de julio de 2011, un exultante Rodrigo Rato presentaba la salida a bolsa de Bankia asegurando que la entidad pretendía "crecer y crear rentabilidad de forma sostenible".

Las acciones cotizaban, ese mismo día, a 3,75€ y con una millonaria campaña publicitaria Rodrigo captó los ahorros de muchísima gente, convenciéndolos de que ellos también podían ser 'bankeros'.

Apenas 10 meses más tarde, las acciones de este esperpento financiero se venden a un €uro y día a día crece un agujero de miles de millones que nadie quiso ver, ni Rodrigo, ni su Consejo de Administración, ni Deloitte que auditó sus cuentas, ni la Comisión Nacional del Mercado de Valores que tenía que autorizar su salida a bolsa, ni el Banco de España.

Hoy, el capricho de Rato es un problema de Estado, ya que el salvamento que sus amigos y compañeros de partido han prometido nos va a costar a tod@s un pico, aunque no seamos Bankeros, ni recibamos los suculentos bonus y dividendos que ellos se han embolsado, ni tengamos planes de pensiones millonarios.

Rato dimitió como presidente de Bankia, pero a pesar de su mala gestión sigue ocupando la presidencia de Caja Madrid, sin haber aclarado si renunciará a este cargo

¿Pero cómo se gestó esta estafa? ¿Cómo permitieron a un agujero gigante salir a bolsa? ¿Cómo se tragaron las cuentas? Evidentemente, aquí hay "Rato encerrado", y hay que encerrar a Rato.

En consecuencia, la ciudadanía organizada en torno a @15MpaRato (15mparato.wordpress.com/) ha decidido presentar la primera querella del pueblo contra la banca.

Se ha acabado la impunidad.

miércoles, 6 de junio de 2012

Dedicado a los inútiles de Bruselas


Viejo Ray

Se ido Ray Bradbury, un genio que a fuerza de estar presente en mi vida se convirtió en mi hermano. Es uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Pero no hay por qué estar triste. Ahora mismo está en Marte, ataviado para un encuentro nocturno. Más tarde visitará la feria de las tinieblas, tomará el remedio para melancólicos, charlará con el hombre ilustrado, contará historias en los trenes que conducen al abismo de Chicago, beberá el vino del estío, se estremecerá en el país de octubre...

Tanto banquero vivo y se nos va un ser de luz.

Hablando en plata

Aquí está la solución de este sindiós que estamos viviendo. Abrir bien esas molleras...


Cráneos privilegiados


martes, 5 de junio de 2012

Vuelo Madrid-Rabat con energía solar

En estos precisos instantes, el avión Solar Impulse, pilotado por Bertrand Piccard, vuela hacia Marruecos sin consumir una sola gota de petróleo.

El Solar Impulse despegó a las 5:22 hora local del aeropuerto madrileño de Barajas y está a punto de entrar en Andalucía, la tierras de los dioses del flamenco.

Viaja a una velocidad media de 52 km/h y a una altitud de 3.500 metros. Baterías solares: cargando. En estos momentos, al 50 por ciento. Condensador de fluzo: ¡fluzeando!

El viaje se puede seguir en directo desde la página web de Solar Impulse, que permite ver el paisaje con tempo de dirigible y asistir a múltiples conexiones de radio con el piloto y el control en tierra. Piccard acaba de ser entrevistado por un periodista marroquí y una periodista china. Ahora mismo habla con una periodista francesa escasamente simpática, corrijo, una tía borde. Debe ser de París.

Superadas las turbulencias de primera hora de la mañana, las condiciones de vuelo son inmejorables, el cielo está completamente limpio y el Solar Impulse se dirige hacia el Estrecho de Gibraltar, hacia la capital de Marruecos, hacia un futuro posible y necesario, libres para siempre.

Bon vol mes amis! À tout à l'heure!


http://live.solarimpulse.com