jueves, 28 de mayo de 2020

Barrio

Los azares y mayo me han devuelto al barrio. La vieja Prosperidad... Todo sigue más o menos en su sitio. López de Hoyos, Clara del Rey, Juan Bautista de Toledo. Hasta quedan algunas casas humildes y bajas de la posguerra. El olor a fritanga, los bocatas de chorizo. Los muchachos fumando y bebiendo cañas, deseando quemar la vida cuanto antes. El Claret, donde quedábamos a jugar al fútbol "después de la peli del sábado". La iglesia a la que íbamos a ver cantar a las niñas (no había otro medio de hacernos ir... Merche Medina, la recuerdo como si la viera). Las calles que recorrimos tantas veces. Los cielos rojos de invierno. La pintada "Vota comunista", señal de que estábamos en otro mundo. A salvo de militares que solo sabían ser militares cuando tenían que enfrentarse a chavales desarmados. Ahí sí que derrochaban testosterona. En las Malvinas fue algo distinto...

Cuándo nos dimos cuenta de que no había forma de regresar a casa. Uno a uno los seres queridos iban desapareciendo. Cartas que tardaban una eternidad en cruzar el mar. La sensación de no pertenecer, de que, hicieras lo que hicieras nunca serías uno de ellos. Cuándo aprendí a hablar como un español... a lo largo de estos años me ha tocado escuchar ciertos comentarios, en fin.

Cuando uno se va de su país ya no es de ningún sitio. Los que se quedaron no te reconocen, dicen que cambiaste, que te hiciste más duro, más frío. Sobrevivir lejos de los míos. Entonces cuál es mi sitio. Mi lugar es estar siempre de viaje.

Si regreso a mis calles siempre pienso en todos. Los abuelos, el tío Santiago, Manuel, Pedro Gaeta, los pibes del barrio. Mi hermano que se fue a los 17. Ellos siguen estando igual que cuando los vi por última vez. Sonríen y son eternamente jóvenes, mirando la vida de frente.

El reflejo en las vidrieras ha cambiado. Los espejos me devuelven mi imagen algo cansada.

Tal vez porque antaño soñé mucho. Día y noche.

2 comentarios:

Óscar San José Herrero dijo...

No sé cómo descubrí este blog, pero desde entonces está usted en mi lista de lecturas. Me gusta su visión. Esas anécdotas y crónicas que son instantáneas del pasado (o no). Saludos de un español en Brasil. Los acentos son lo de menos; lo importante es tener algo que decir.

Óscar San José Herrero dijo...

No sé cómo descubrí su blog, pero desde entonces está en mi lista de lecturas habituales. Esa visión de la vida, esas descripciones que son instantáneas del pasado... Saludos de un español en Brasil. Los acentos son lo de menos, lo importante es tener algo que decir y decirlo (o no).