martes, 26 de mayo de 2020

Lo que te mata

Una de las ironías de la vida más dificiles de asumir es que aquello que te mata no es lo que no sabes, sino lo que CREES que sabes pero resulta no ser así. Not even close! Dios tiene un sentido del humor muy especial. Canela fina.

En mis años mozos fui editor -fugazmente- en una de las principales revistas "esotéricas" de España. Vendíamos 125 mil ejemplares por mes. Publicando cosas absurdas. El resto de los periodistas se reían de mí porque decían que mis artículos intentaban "tener sentido".

Aquello duró poco pero me divertí muchísimo entrevistando a toda clase de marcianos. Literal. Incluso fui a hacer una nota a una señora gallega que estaba convencida de que su hijo era marciano. Yo lo vi y le di la razón de inmediato. Ese tipo no era de por aquí. Ni siquiera podía decirse que fuera gallego.

Mi jefe era un pesado. Era argentino y me daba la vara con que había que ahorrar. Yo trabajaba part-time y el resto del tiempo tocaba en Madrid o alrededores. Muchas noches seguía de largo e iba a la oficina sin dormir. Para hablar con extraterrestres mi estado mental bastaba. El jefe me decía: "tengo un plan. Todo está calculado. Ahorro dos millones de pesetas por año y cuando regrese a Argentina me retiraré a los 50. No tendré que volver a trabajar nunca". Para lograrlo se privaba de todo. No iba de copas. No salía de vacaciones. Evitaba la compañía femenina. Decía que las mujeres eran un vicio caro.

Por fin logró juntar un capital. Regresó a Buenos Aires. La Reina del Plata. Tres meses antes del corralito.

Recuerdo que lo entrevistaron en El País cuando se armó el quilombo. El titular era algo así como "en este país hay la mayor cantidad de hijos de puta por metro cuadrado" y otras lindezas. Creo que después le dio un ataque al corazón y hasta ahí llegó.

No existe el 'después'. Es una estafa, un engañabobos. Fugate conmigo, piba. Largá todo. Voy a buscarte esta misma noche. Hoy. Sos mayor de edad me dijiste... ¿no? Bueno, está bien. No importa. Me hago pasar por tu tío. El tío pródigo.

En cualquier caso, si vas a regresar más temprano de la oficina, avisa. Hazme caso.

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