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sábado, 21 de enero de 2012

Y el mundo sigue andando


¿Puede existir un partido político que aúne corrientes de ultraderecha y ultraizquierda en su seno? ¿Resulta posible que el culto a la personalidad y a la infalibilidad de un determinado dirigente/prócer lleve a aceptar la designación de sucesores o dirigentes sea cual sea su naturaleza y su preparación? ¿Cuántos jueces como Garzón, dispuestos a ensanchar el alcance del concepto de derecho internacional pese a quien pese, harían falta para castigar crímenes que no pueden prescribir?

Mis recuerdos de niño coinciden con el gobierno de Isabel Martínez de Perón, la antesala del terror. Hoy gobierna la Argentina otra presidenta, perteneciente al mismo partido pero que practica una política supuestamente de izquierdas y ha obtenido un apoyo popular masivo en las últimas elecciones. Una frase que se oye a menudo referida a estas cuestiones en boca de peronistas convencidos cuando se plantea la naturaleza esquizofrénica de este movimiento es "usted es peronista, pero aún no sabe que lo es". No alcanzo a entender si la frase se refiere a una u otra concepción del mundo dentro del mismo marco presidido por la imagen del General, un personaje que designó a su última mujer como sucesosa plenipotenciaria. En ese sentido, la frase sería una tautología: sean cuales sean sus parámetros, la ecuación siempre arrojaría un resultado de verdad. Todo el mundo sería peronista. Uno y lo contrario. El fascismo, el liberalismo, la socialdemocracia y el pensamiento revolucionario de izquierdas. Como la vida misma. Tal vez es así y dentro de una misma persona conviven todas estas sensibilidades. Uno se despierta fascista por las mañanas, se vuelve liberal hacia la hora de comida, entra en crisis a media tarde y opta por las barricadas de la Comuna de París cuando el sol empieza a declinar. Y al día siguiente vuelta a empezar.

El líder no puede ser cuestionado, sus dictados han de ser seguidos con fervor religioso y sus ideas, por peregrinas que estas puedan ser, son aceptadas como dogmas de fe. La naturaleza del hombre egregio, el proceso por el cual alguien se transforma en un pozo de sabiduría sin fondo, inagotable e incuestionable resulta un misterio. Lo realmente misterioso es el mecanismo que hace que el resto de la gente acepte que esto es así. Da igual si el líder carismático propone a un chimpancé como sucesor: los fieles verían en ello una prueba más de su omnisciencia. "Algo habrá visto en ese noble animal", pensarían.

La imagen de Isabel Perón, que aún vive en un lujoso barrio de Madrid, es suficientemente elocuente y no necesita comentarios. Una pesadilla de sombra muy alargada. Un viaje que acaba en las turbias aguas del Río de la Plata.

A continuación, un artículo de J.J. Aznárez publicado en el día de hoy sobre esta señora.

Mario Rotundo, pícaro albacea de los bienes del expresidente argentino Juan Domingo Perón (1895-1974), se declaró testigo de la pesadilla supuestamente sufrida en España por la segunda viuda del caudillo gaucho: María Estela Martínez, Isabelita, que en 1973 accedió a la jefatura del Gobierno del país sudamericano por voluntad de Perón y sin otra preparación que la propia incompetencia. Los militares la derrocaron en 1976, y desde principios de los ochenta Madrid se convirtió en su residencia habitual.

Congenió con Pilar Franco, frecuentó al Opus Dei y saraos de Madrid y Marbella

"Sufrió mucho al ser detenida en 2007; necesitóayuda psicológica", dice Aceves

"Ella dice que no entendía de política, que fue puesta en la presidencia por designio de Dios"

Verdades, misterios y fabulaciones convergen sobre la evanescente María Estela Martínez Cartas, de 80 años, que no sabe, no contesta, o se hace la loca cuando la prensa indaga sobre los episodios y responsabilidades de su pasado personal y político. La pesadilla mencionada por el albacea argentino habría ocurrido en los noventa: una noche madrileña, Isabelita despertó a Rotundo, que en esos años era su amigo, con el apremio de que acudiera a toda prisa a su domicilio de la calle de Casado del Alisal. Cuando entró en el dormitorio de la compatriota, la encontró de pie sobre la cama, pálida, desencajada, dando aterradores gritos. La alucinada habría dicho a Rotundo que durante media hora la habitación fue tomada por una luz cenital, intensa, envolvente, que salía de la cómoda donde guardaba el sudario de Eva Duarte de Perón, Evita (1919-52), primera viuda del general.

Rotundo, de 61 años, debió llevarse el mueble para que la perturbada dejara de chillar, según afirmó. "Por eso me da la risa cuando leo o escucho que López Rega [José, exministro y secretario privado de Isabel Perón, alias El Brujo] hacía acostar a Isabel junto al cadáver de Eva para pasarle su alma".

El delirio narrado por Rotundo, presidente de la nebulosa Fundación por la Paz y Amistad de los Pueblos, viene recogido en el libro El heredero del general, publicado en mayo del año pasado por el periodista Miguel Prenz, que no entra en valoraciones sobre la veracidad del relato. "En la historia que cuento, quienes podrían confirmarla o negarla murieron o prefieren callar", dice el autor, profesor de la escuela de periodismo TEA de Buenos Aires.

Analfabeta políticamente, el desgobierno de 632 días de Martínez de Perón, que sentó a militares gorilas en el Consejo de Ministros, facilitó el cuartelazo de 1976 y un terrorismo de Estado cuyos desmanes aún estremecen.

María Estela Martínez, bailarina de vocación, se casó con Juan Domingo Perón en España en 1961, donde habían decidido establecerse. El amancebamiento de la pareja repelía a las sotanas y monaguillos de la democracia orgánica, apostólica y romana de Franco. Fue nombrada vicepresidenta de Argentina el 12 de octubre de 1973, y el fallecimiento del fundador del peronismo en julio del año siguiente la colocó directamente en la presidencia, donde fue presa fácil de los conspiradores castrenses. La historiadora argentina María Sáenz Quesada dice en una biografía sobre su trayectoria que la Isabelita joven nunca representó al feminismo moderno y, contrariamente, exhalaba "un sabor añejo, casi machista". "Miren qué linda la señora, ¿qué me dicen de su vestido?", comentaba Juan Domingo Perón al paso de su señora por el Senado.

La presidenta, derrocada en marzo de 1976, arrancó su prolongada residencia española en el año 1983, cobijada por un franquismo residual deudor de Perón que había sido despachante de carne de la Pampa hacia la madre patria cuando esta padecía subdesarrollo. Isabelita congenió con Pilar Franco, hermana del Generalísimo; frecuentó sacristías del Opus Dei, mesas petitorias y alcurnias de otro siglo; hubo saraos y abolengos de Madrid y Marbella que se disputaron su presencia para vestir las tertulias. María Estela Martínez vivió en una mansión de Puerta de Hierro hasta su venta para sufragar el juicio por la herencia de Perón promovido por las hermanas de Evita, a las que debió pagar cerca de cuatro millones de euros. Al objeto de impedir que los bienes del caudillo almacenados en la casona, desde el sudario del desvarío hasta el capote de gala del general, pudieran ser objeto de nuevas reclamaciones, María Estela Martínez optó por donarlos ante notario madrileño a Mario Rotundo. La viuda se arrepintió pronto y quiso anular el trato, pero no pudo. Para entonces, el taimado adulador de Perón, quien supuestamente le había nombrado su albacea, ya había puesto a buen recaudo el patrimonio. Actualmente vende los objetos, más de 14.000, por Internet. El sudario fue comprado en 2004 en una subasta por el español Antonio Mata, entonces presidente de Aerolíneas Argentinas, para regalarlo al Congreso argentino.

El itinerario existencial de la señora discurre hoy plácido, monacal, encarrilado en el conservadurismo y en una rutina de ancianidad apenas rota por esporádicas merendolas y reuniones con amigas y comadres de salón de belleza. Coqueta y frugal, juega a cartas, charla con su amigo Octavio Aceves y sus asesores fiscales y abogados la tienen al día. Ocasionalmente, pega la hebra con las caritativas damas del rastrillo Nuevo Futuro, en cuya mesa de famosos colabora con donativos y filantrópicas manualidades. Leandro de Borbón, hijo natural del rey Alfonso XIII, ha sido compañero de cuestación. La embajada argentina asegura saber poco sobre los hábitos de una mujer que cumplió seis años de reclusión en su país tras la asonada de los generales genocidas. "Los militares la quisieron asesinar mientras estuvo detenida", afirma un argentino que la frecuenta. "Fue después de una intervención quirúrgica de ovarios. Se llegó a decir que la vaciaron y le dejaron las gasas del quirófano dentro para que se muriera".

La clausura de la anciana en Villanueva de la Cañada sufrió un sobresalto el 12 de enero de 2007, cuando la policía acudió a su domicilio después de que la justicia argentina hubiera pedido su extradición por supuestos delitos de lesa humanidad durante su presidencia. Denegada la entrega, Isabelita, ciudadana española desde 2000, pudo regresar a su cenobio madrileño, a las misas de precepto y a las timbas con pastas y reflexiones astrales. "Sufrió mucho al ser detenida y necesitó ayuda psicológica. Ese proceso le pareció inverosímil y la consumió", se duele el hispano-argentino Aceves, con despacho profesional de vidente. "La conozco desde hace más de 30 años. Fue una víctima de las circunstancias. Contrariamente a lo que algunos creen, es muy culta y divertida, muy afectiva, que ayuda a los amigos. A mí me ha ayudado mucho, incluso económicamente". El adivino es generoso, superlativo, en el elogio de la amiga y en la negación de que fuera bailarina de cabaré y de teatrillos de tercera cuando conoció a Perón en Panamá en 1955. "Isabel ha bailado danza clásica desde que era jovencita. Llegó a bailar en el teatro Colón. Todavía es capaz de hacerme posturas de ballet con 80 años. Le pides hoy en día que te haga una pose y te la hace. Pone los pies donde hay que ponerlos y levanta la pierna hasta la altura del hombro. Camina erguida, y se mantiene guapa. Tiene una agilidad fantástica", agrega Aceves.

Pero si María Estela Martínez Cuartas nunca rebatió públicamente las calumnias de quienes casi la llamaron furcia de garito, tampoco se manifestó muy combativa en la defensa de su inocencia política. Le llovieron las acusaciones y demandas de quienes atribuyen a su nulidad como presidenta, cuando no a la complicidad por acción u omisión, el nacimiento de la criminal Triple A (Alianza Anticomunista Argentina): los escuadrones ultraderechistas concebidos por quien fuera su ministro de Bienestar Social José López Rega, El Brujo, responsables de cientos de atentados y asesinatos. Les tomaron el relevo los verdugos uniformados de la dictadura militar (1976-1983), que acabaron con la vida de más de 20.000 personas en los calabozos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires y otras dependencias castrenses.

El abogado argentino Carlos Slepoy piensa que María Estela Martínez de Perón se hace la pendeja y la enferma bipolar, y establece una analogía entre la postración física y psiquiátrica esgrimida por sus abogados durante las citaciones judiciales de hace cinco años y los argumentos de la defensa de Augusto Pinochet en Londres, en 2000, para evitar su entrega a Chile. Nada más aterrizar en Santiago, el dictador chileno saltó de la silla de ruedas.

"Ella dice que no se enteraba de nada, que no entendía de política, que fue puesta en la presidencia por designio de Dios", dice Slepoy. "Pero de ninguna manera puede alegar desconocimiento. Sabía perfectamente lo que ocurría en Argentina". Baltasar Garzón la citó como testigo en 1997 y llegó a la conclusión de que María Estela Martínez de Perón poco pudo decidir porque otros, fundamentalmente los generales y sus cómplices en la vida civil, lo hicieron en su nombre.

Para el abogado español Antonio Hierro, que fue miembro del Tribunal Supremo y la defendió hace cuatro años, el capítulo reabierto por la justicia argentina está cerrado. "Las resoluciones de la Audiencia Nacional denegando la extradición ganaron firmeza con arreglo a nuestras leyes y, como usted entenderá, se acabó el asunto". No acabó para los jóvenes argentinos de la asociación HIJOS, víctimas de la Triple A y de la dictadura militar, que un día empapelaron los accesos a su chalé en la urbanización Mocha Chica de Villanueva de la Cañada con exigencias de juicio y castigo: "Aquí vive una genocida", escribieron en un afiche.

María Estela Martínez todavía es pieza apetecible para aquellos que, como Rotundo, pleitean por el resto de los bienes de Perón y por los millones supuestamente ingresados en cuentas suizas y españolas. De hecho, la jueza Pilar Saldaña, del Juzgado de Instrucción de Móstoles, ordenó en 2007 el embargo de los bienes de Isabelita en respuesta a una reclamación judicial del albacea. "La jueza Saldaña no va a decir nada, pero, de todas formas, su sentencia fue recurrida ante la Audiencia Nacional, y una resolución definitiva puede tardar tiempo", precisan fuentes de ese juzgado.

Como el tiempo es valioso, Isabelita lo aprovecha virtuosamente, según sus amigos. Le encanta hablar sobre ópera y música de cámara, y se conserva estupendamente para su edad. No camina como una abuela, sino erguida, ágil, cuentan. Isabelita fue una víctima de las circunstancias. ¿Y por qué no atiende a la prensa para explicarse? "Pues porque está harta de que le pregunten sobre Perón". Está harta de que le pregunten por Juan Domingo Perón y, muy a su pesar, por los asesinatos cometidos por pistoleros con licencia para matar durante su Gobierno.

viernes, 22 de abril de 2011

Ameba Fernández

Decir que Alberto Fernández, jefe de gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, es un Tiranosaurio Rex resulta excesivo. Habría que situarlo en un estadio de la evolución muy anterior. No, la sangre de Aristóteles tampoco corre por sus venas.

La izquierda o la supuesta izquierda debería hacer exámenes de ingreso y no aceptar entre sus filas a personajes que hacen más daño que bien. Cero en capacidad dialéctica, diez en intolerancia.

En estos tiempos miserables en que resulta preciso refundar los movimientos progresistas, ya que los problemas tradicionales no sólo subsisten sino que se han visto amplificados por la voracidad de los tiburones financieros, el cambio global en marcha necesita personas de altura y discursos como el de Alberto Fernández con motivo de la participación de Vargas Llosa y Fernando Savater en la Feria del Libro de Buenos Aires resultan patéticos y muy lamentables.

Se miren como se miren, la intolerancia y la falta de sentido del humor revelan un alma pobre. Hay que superar la fase del insulto prehistórico y discutir con argumentos. Sin acritud, como diría aquél...

jueves, 28 de octubre de 2010

Kirchner ya no está

La noticia apareció ayer, de sopetón, a la hora de la comida en España. Ando estos días ocupado en otros menesteres y apenas leo la prensa.

Hace muy poco, en este mismo blog, comenzamos con Raúl Minsburg -y con otros amigos- un diálogo desde las dos orillas sobre el populismo, el peronismo, el matrimonio K, los otros, Clarín y el presente y futuro de Latinoamérica. Con la intención de ir hacia adelante, obviamente.

Si la desaparición de una sola persona da al traste con todo un proyecto político se reforzaría la tesis del papá omnisciente, del caudillo infalible que presuntamente necesitamos para avanzar. Algo propio de culturas atrasadas.

No obstante -nunca me gustaron los K, su estilo, su forma de hablar, su intención de perpetuarse en el poder, etc.- me considero una persona de izquierda. Aunque a estas alturas no sé bien qué es eso. Supongo que la simple duda -otros lo tienen todo muy clarito- es un punto a nuestro favor. Pero la diferencia existe y da para discutir largo y tendido. No es lo mismo Rubalcaba que Soraya Sáenz de Santamaría. No es lo mismo. Pero eso es para otro día.

Cuando se critica a la izquierda es para que mejore, para que no pierda el rumbo, para que no se extravíe definitivamente siendo títere de los mercados. Todos sabemos dónde están las fuerzas negras.

Ayer murió -a los 60 años de edad- el hombre que estabilizó la República Argentina después de la peor crisis de su historia. Algún mérito tendrá, aunque sólo fuera por eso.

Voy a publicar una nota de alguien cuyo trabajo respeto: Mempo Giardinelli, hablando sobre el particular. Comparto muchos de sus puntos de vista.

En la tierra que me vio nacer, plena de gente cargada de emoción, de talento y de bondad, la revolución se sigue haciendo en bicicleta. A ver si compramos algunos burros y logramos que los soretes desaparezcan definitivamente del mapa.

Néstor y lo que viene

Por Mempo Giardinelli

Escribo esto en caliente, en la misma mañana de la muerte anunciada de
Néstor Kirchner, y ojalá me equivoque. Pero siento dolor y miedo, y
necesito expresarlo.

Pienso que estos días van a ser feísimos, con un carnaval de
hipocresía en el Congreso, ya van a ver. Los muertos políticos van a
estar ahí con sus jetas impertérritas. Los resucitados de gobiernos
anteriores. Los lameculos profesionales que ahora se dicen
"disidentes". Los frívolos y los garcas que a diario dibujan Rudi y
Dany. Todos ellos y ellas. Caras de plástico, de hierro fundido, de
caca endurecida. Aplaudidos secretamente por los que ya están
emitiendo mailes de alegría feroz.

Los veremos en la tele, los veo ya en este mediodía soleado que aquí
en el Chaco, al menos, resplandece como para una mejor causa.

Nunca fui kirchnerista. Nunca vi a Néstor en persona, jamás estuve en
un mismo lugar con él. Ni siquiera lo voté en 2003. Y se lo dije la
única vez que me llamó por teléfono para pedirme que aceptara ser
embajador argentino en Cuba.

Siempre dije y escribí que no me gustaba su estilo medio cachafaz, esa
informalidad provocadora que lo caracterizaba. Su manera tan peronista
de hacer política juntando agua clara y aceite usado y viscoso.

Pero lo fui respetando a medida que, con un poder que no tenía, tomaba
velozmente medidas que la Argentina necesitaba y casi todos veníamos
pidiendo a gritos. Y que enumero ahora, porque en el futuro inmediato
me parece que tendremos que subrayar estos recuentos para marcar
diferencias.

Fue él, o su gobierno, y ahora el de Cristina:

—El que cambió la política pública de Derechos Humanos en la
Argentina. Nada menos. Ahora algunos dicen que estar "hartos" del
asunto, como otros criticaron siempre que era una política más
declarativa que otra cosa. Pero Néstor lo hizo: lo empezó y fue
consecuente. Y así se ganó el respeto de millones.

—El que cambió la Corte Suprema de Justicia, y no importa si después
la Corte no ha sabido cambiar a la justicia argentina.

—El que abrió los archivos de los servicios secretos y con ello
reorientó el juicio por los atentados sufridos por la comunidad judía
en los '90.

—El que recuperó el control público del Correo, de Aguas, de Aerolíneas.

—El que impulsó y logró la nulidad de las leyes que impedían conocer
la verdad y castigar a los culpables del genocidio.

—El que cambió nuestra política exterior terminando con las
claudicantes relaciones carnales y otras payasadas.

—El que dispuso una consecuente y progresista política educativa como
no tuvimos por décadas, y el que cambió la infame Ley Federal de
Educación menemista por la actual, que es democrática e inclusiva.

—El que empezó a cambiar la política hacia los maestros y los
jubilados, que por muchos años fueron los dos sectores salarialmente
más atrasados del país.

—El que cambió radicalmente la política de Defensa, de manera que
ahora este país empieza a tener unas Fuerzas Armadas diferentes,
democráticas y sometidas al poder político por primera vez en su
historia.

—El que inició una gestión plural en la Cultura, que ahora abarca todo
el país y no sólo la Ciudad de Buenos Aires.

—El que comenzó la primera reforma fiscal en décadas, a la que todavía
le falta mucho pero hoy permite recaudaciones récord.

—El que renegoció la deuda externa y terminó con la estúpida dictadura
del FMI. Y por primera vez maneja el Banco Central con una política
nacional y con record de divisas.

—El que liquidó el infame negocio de las AFJP y recuperó para el
Estado la previsión social.

—El que con la nueva Ley de Medios empezó a limitar el poder absoluto
de la dictadura periodística privada que todavía distorsiona la cabeza
de millones de compatriotas.

—El que impulsó la Ley de matrimonio igualitario y mantiene una
política antidiscriminatoria como jamás tuvimos.

—El que viene gestionando un crecimiento económico de los más altos
del mundo, con recuperación industrial evidente, estabilidad de casi
una década y disminución del desempleo. Y va por más, porque se acerca
la nueva legislación de entidades bancarias, que terminará un día de
estos con las herencias de Martínez de Hoz y de Cavallo.

Néstor lo hizo. Junto a Cristina, que lo sigue haciendo. Con
innumerables errores, desde ya. Con metidas de pata, corruptelas y
turbiedades varias y algunas muy irritantes, funcionarios
impresentables, cierta belicosidad inútil y lo que se quiera
reprocharles, todo eso que a muchos como yo nos dificulta declararnos
kirchneristas, o nos lo impide.

Pero sólo los miserables olvidan que la corrupción en la Argentina es
connatural desde que la reinventaron los mil veces malditos dictadores
y el riojano ídem.

De manera que sin justificarle ni un centavo mal habido a nadie, en
esta hora hay que recordarle a la nación toda que nadie, pero nadie, y
ningún presidente desde por lo menos Juan Perón entre el 46 y el 55,
produjo tantos y tan profundos cambios positivos en y para la vida
nacional.

A ver si alguien puede decir lo contrario.

De manera que menudos méritos los de este flaco bizco, desfachatado,
contradictorio y de caminar ladeado, como el de los pingüinos.

Sí, escribo esto adolorido y con miedo, en esta jodida mañana de sol,
y desolado también, como millones de argentinos, un poco por este
hombre que Estela de Carlotto acaba de definir como "indispensable" y
otro poco por nosotros, por nuestro amado y pobrecito país.

Y redoblo mi ruego de que Cristina se cuide, y la cuidemos. Se nos
viene encima un año tremendo, con las jaurías sedientas y capaces de
cualquier cosa por recuperar el miserable poder que tuvieron y
perdieron gracias a quienes ellos llamaron despreciativamente "Los K"
y nosotros, los argentinos de a pie, los ciudadanos y ciudadanas que
no comemos masitas envenenadas por la prensa y la tele del sistema
mediático privado, probablemente y en adelante los recordaremos como
"Néstor y Cristina, los que cambiaron la Argentina".

Descanse en paz, Néstor Kirchner, con todos sus errores, defectos y
miserias si las tuvo, pero sobre todo con sus enormes aciertos. Y
aguante Cristina. Que no está sola.

Y los demás, nosotros, a apechugar. ¿O acaso hemos hecho otra cosa en
nuestras vidas y en este país?

viernes, 8 de octubre de 2010

Querido Raúl

Mi amigo, mi hermano, el excelente músico electroacústico Raúl Minsburg, me escribe un comentario a "La patria no se hizo sola". Me gusta la idea de abrir un diálogo para hablar con tranquilidad de las cosas, lo que haga falta para entender y mejorar. Una suerte de homenaje a Naúm Minsburg, una persona de luz en medio de la oscuridad absoluta, un amigo de fierro que creía, pese a todo, en el poder curativo del diálogo. Entre los que están dentro y los que están fuera. Sin acritud, como diría el viejo Felipe.

En noviembre de 2008 me encontraba trabajando en Managua en un proyecto solidario. Coincidió con las elecciones municipales y la gente salió a las calles azuzada por el partido en el gobierno y el partido opositor. A hostia limpia, que es como se "resuelven" las cosas. Volaban los petardos, las piedras, los tiros. Viví varias situaciones estilo "El año que vivimos peligrosamente". Coches haciendo trompos, morteros que caían a nuestro paso. El doble de Mel en este caso era yo, pero Sigourney Weaver no me estaba esperando con un Martini en cada mano (Laura, amore, te adoro, pero si la Weaver me invitara a Martinis después de una dura jornada no encontraria el valor para hacerle un feo). Murieron varias personas: la dolorosa sensación de que Latinoamérica tiene mucho camino que recorrer. De que el diálogo es una entelequia. Sería interesante abrir las fronteras, salir del ámbito puramente argentino y extrapolar este mismo diálogo a la totalidad de los países iberoamericanos (incluyendo a Portugal y España), ya que somos el mismo pueblo. La patria es el lenguaje, no la tierra. Tengo mil cosas más en común con un nica, un brasileño o un peruano que con un alemán o un finlandés.

Uno de los grandes errores históricos de la Argentina en mi opinión es haber creído que era "algo más" que sus vecinos y que no pertenecía al mismo club. Error de cálculo grave, como se demostró en la guerra de las Malvinas al invocar el TIAR y en innumerables ocasiones. ¿Por qué estamos donde estamos? Quedan todos invitados.

Así que voy a utilizar el modelo de "carta abierta" a mi querido amigo. Ahí va.

Raúl querido, please, discutamos para avanzar y no para "tener razón", frase que me gusta de mi viejo. Vos sabés que adoro nuestro país y que me duele verlo mal, no es una cuestión de ser "antiargentino" ni nada por el estilo.

Vos que seguís habitualmente las cosas que escribo habrás comprobado que cuando se trata de darle duro al gobierno de España o a los defectos ibéricos también acepto el envite.

No se trata de que te interesara Maradona, creo. Los autores del artículo lo utilizan como símbolo para explicar otras cosas, más graves si cabe. Cosas que rayan en temas psiquiátricos (es interesante que uno de los autores del artículo sea un profesional del tema).

Hay hechos que son simplemente eso, hechos. Hace 100 años la Argentina era un destino apetecible para millones de emigrantes y ocupaba un lugar privilegiado entre las naciones. Hoy ha retrocedido en todos los ámbitos (al contrario de lo que ha ocurrido en España que de ser un país aislado en la época franquista ha alcanzado con la democracia puestos importantes, bien es cierto que con graves desequilibrios que la crisis deja al descubierto).

¿Qué ha sucedido en estas últimas décadas?

Decime, porque a lo mejor estoy mal informado a causa de la prensa "opositora", ¿es verso que se pasa hambre en el interior? ¿cómo se vive en Fuerte Apache y similares reductos del Gran Buenos Aires? ¿todo ese quilombo de las salideras y los secuestros está inventado por Clarín o La Nación? ¿Son actores? ¿Los que salen a manifestarse después de que revienten a un pibe son extras? ¿La imagen de la gente limpiando con detergente desperdicios en el Riachuelo para morfárselos es un fotomontaje? A lo mejor me estoy equivocando de país y Argentina se encuentra en el mejor de los mundos posibles. ¿Lo del aumento desorbitado del patrimonio de la dupla presidencial es otro montaje? Entonces no coincide la brillante intervención de Aníbal Fernández diciendo que "Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo" (SIC). ¿Es un error de script?

Mi prima (la mujer de mi primo Ernesto) es médico y labura en los hospitales "fronterizos" del conurbano. Es pediatra. Las cosas que cuenta del estado en que vienen algunos pibes son brutales, superando niveles "africanos". Simplemente no pueden ocurrir estas cosas en un país que lo tiene todo. ¿Es algo que inventa la prensa, Raúl mi viejo? Me encantaría que fuera así. Pero me parece que hay algo de realidad en eso.

ALGO tendrá que ver la dirigencia del país, la forma de hacer las cosas, la forma de laburar, la viveza criolla, el nueverreinismo porteño, la gente que saca la guita al exterior porque no cree en su propio país, la forma de todo. ¿De dónde sale la dirigencia del país? ¿Son agentes de la CIA nacidos en Miami? ¿Son Nexus 6? ¿Acaso en la era Menem -que incluso después de la debacle obtuvo el 22 por ciento de los votos- cuando la paridad dólar peso, el común de los argentinos no le reía las gracias y creía que lo estaba haciendo todo OK? Entonces daba igual que el turco regalara las joyas de la corona a empresas extranjeras: éramos una potencia mundial. El golpe con la realidad vino después. Después de la fiesta toca lavar los platos. La década conocida como "los años de pizza y champagne".

Si todos los males vienen de afuera, ¿cómo se explica Lula o los avances indudables de Chile? En ocho años Lula ha logrado cosas increíbles en Brasil, creando una clase media de la nada. OCHO AÑOS, viejo. También forman parte de Latinoamérica.

¿Peronismo? Pero ¿qué es eso? ¿Un milico "bueno"? Suena a oxímoron, como lo de "inteligencia militar". En plena era del auge de los fascismos. Vamos... Y hoy todavía planea su alargada sombra. López Rega, los montoneros, Isabelita, Menem y los Kirchner son o eran peronistas. Un poco diverso el panorama... ¿no cree? Es como tener a los anarquistas, las SS, los nacionalistas extremos, las SA, los moderados, los socialdemócratas y al Che Guevara todo mezclado con una guinda en lo alto. ¿Qué clase de plato es ese? ¿Quién se lo come? Y dale nomás. Y todo el mundo cerrando filas. ¿Es lo más sofisticado que podemos fabricar? ¿Un partido que aglutina la izquierda y la derecha incluso en sus versiones más extremas? ¿Alguien puede explicar este fenómeno? ¿Dentro de 300 años seguirán en el poder? México tuvo su Partido Revolucionario Institucional -nombre surrealista donde los haya- en el poder durante más de 70 años y nosotros tenemos el peronismo. Es obvio lo que ocurre cuando un mismo partido monopoliza el poder durante mucho tiempo. ¿Y los "gordos" sindicalistas? Si se quedaran sin laburo Scorsese los contrataría encantado. ¡La de guita que se podría ahorrar en maquillaje...!

Cuando llegó el momento, el propio Perón, que era un hábil encantador de serpientes, optó. Recuérdese Ezeiza 1973 y Plaza de Mayo. "Estos jóvenes imberbes... etc., etc."

Horacio Vázquez Rial traza un retrato repleto de luces y sombras en "Perón, tal vez la historia" -Joseba, si lees esto ya sé que te tengo que devolver el libro que me prestaste en 2006, sorry, no soy digno...-. Alguien a quien no le gustaba recordar la sangre india que llevaba impresa en el rostro.

Vos vivís en la capital. OK. Pero ¿qué pasa más allá de la General Paz? ¿Y en el interior? Es como hablar de 2 países distintos.

Advertí que el artículo era doloroso y "hacía sangre", pero sigo sosteniendo que algunas claves relacionadas con la actual situación están ahí.

Maradona es un pobre tipo, un juguete roto e inculto utilizado por unos y por otros. Un jugador de fútbol genial que no sabe hacer otra cosa. No puede hablar de todo lo divino y humano como si supiera. Si sigue así y nadie le recuerda su condición mortal acabará mal. No es "Maradona", es el esquema de pensamiento que subyace al ídolo caído y resucitado. La propia necesidad de ídolos infalibles -Perón, Evita, Gardel, Cristina, etc-, como si tuviéramos 8 años permanentemente e hiciera falta Linterna verde (¡cómo me gustaba!), Batman o el Capitán América para dormir más tranquilo por las noches. Pero los personajes reales se acercan más a la troupe de Martín Kadaragián en Titanes en el Ring, ¿te acordás, hermano, qué tiempos aquellos...? Tufí Meme (viene del desierto, trae mucha arena...), el Caballero Rojo, Pepino, Súper Pibe... Perfil bajo. Más mortadela que jamón serrano.

A lo mejor vos no le das bola a Maradona, pero el tipo se entrevista con los Kirchner cuando quiere y actúa como si estuviera más allá del bien y del mal. Los Kirchner, a su vez, lo usan para sus propios fines y para que "esta barra quilombera" esté contenta. En cuanto abre la boca nos crucifican a todos. Es omnipotente y omnisciente. "Que la chupen", "que la sigan chupando"... ¿Qué hizo con toda la guita que ganó? ¿Un master en Oxford en neurología? ¿A último momento cambió de idea y se decidió por Harvard?

A Gardel no se le conoció mina alguna en sus 45 o 48 años de vida -nadie sabe cuál era su verdadera edad ya que falsificó su partida de nacimiento para esquivar el servicio militar- salvo Isabel del Valle, la "novia oficial", a la que le pasaba una mensualidad y todo como para que no levantara la liebre. Cantando como cantaba y lo que cantaba. Una sola nami... Y le tenía que pasar una guita... hmmmmmm ¡Hay perfume de Ricky Martin en el Santiago Bernabéuuuuuu! diría el Mono Burgos. No obstante, en el imaginario colectivo es la imagen de la hombría personificada, el supermacho. El KING. El ídolo no puede tener fisuras (anales en este caso). ¡Qué gran pelotudez!

La imposibilidad de discutir y analizar con tranquilidad lo que nos pasa sin que a uno lo acusen de anti esto o anti aquello. Hay que desmontar los ídolos de cartón-piedra y empezar a cagarnos de risa de nosotros mismos, a no tomarnos tan en serio. Nos hace falta un Leo Bassi nacional. Ya mismo.

Sigo creyendo en mi país natal y en mi gente, en su capacidad -no dejo de destacarlo cuando tengo ocasión como la nota sobre Pablo Trapero- pero casi siempre se queda en alabanzas a actitudes individuales. Cuando se trata de actos colectivos es otro cantar... Es como si cada uno tirara por su lado. Como si al actuar en conjunto esa brillantez individual se esfumara. Una clase política de ínfimo nivel, que a la primera de cambio mete la mano en la bolsa, que no se corresponde en nada con el reflejo de una sociedad avanzada y con un alto grado de sofisticación en tantas cosas. Con un cine y una literatura de primera clase.

Vos viviste los años de la transición española. Una situación jodida donde los políticos tuvieron que demostrar de qué estaban hechos, con grandeza. Modificando un sistema podrido desde adentro y sorteando obstáculos como el 23-F, la acción pemanente de ETA y el consiguiente descontento de los militares y los cuerpos de seguridad del Estado. En una coyuntura económica bien comprometida. Esa misma altura de miras es la que hace falta en nuestro país para superar esta situación que dura ya muchos años. ¿De verdad pensás que en el artículo no hay nada que merezca la pena ser debatido? ¿Es otro complot antiargentino de los de afuera...? Sería el enésimo.

El FMI anuncia que este año Argentina crecerá el 7,5 por ciento. Tasas propias de Extremo Oriente. ¿Ese crecimiento se trasladará a los jubilados, a la gente de provincias como Formosa que vive en una situación medieval y a los que habitan los barrios más desfavorecidos de la capital de la nación?

Son preguntas que se responden solas.

A Mariano Moreno se lo cargaron. Y San Martín, después de recorrer medio mundo, atravesar los Andes y liberar tres naciones de Sudamérica tuvo que rajar. Algo no funciona desde el principio.

Hay que volver a reunirse en la Jabonería de Vieytes. Te espero a las ocho. Vos llamá a Saavedra y a Juan José Paso. Vienen French y Berutti. Les dije que se dejen de joder y esta vez traigan fugazza y fainá. ¡Con la milonga de las escarapelas nunca traen nada comestible! Yo llevo empanadas. También viene un representante de la pesada del gremio de los aguateros y otro que se llama Pastichotti y representa a los vendedores de velas. Es un chanta del año cero, pero también tiene derecho. Estamos todos.

Con todo el cariño del mundo y las ganas de que todo cambie a mejor, un abrazo gigante mi viejo!

miércoles, 6 de octubre de 2010

La patria no se hizo sola


Hoy se publica en el periódico español "El País" un artículo firmado por John Carlin, periodista inglés que vivió 10 años en Argentina y Carlos Pierini, psicoanalista argentino que vive en Baires.

El artículo se centra en el análisis del maradonismo, una suerte de enfermedad patria que hunde sus raíces en el pensamiento mágico y en la creencia de que la Argentina es una tierra directamente elegida por Dios, un pueblo elegido (¿puede haber dos...? ¿Qué ocurriría en el caso de un judío ortodoxo argentino? ¿Sería una especie de elegido "premium"?).

Del dolor de comprobar la terrible cuesta abajo en apenas cien años de un país con todos los naipes para dar de comer a su gente y brillar con fuerza (apenas 40 millones de personas en un territorio plagado de bendiciones naturales que multiplica por 5,5 la superficie de España), tratar de comprender qué clase de dirigentes engendra y de algo más preocupante: tratar de dilucidar de dónde surge la necesidad acuciante de vivir como Maqroll el gaviero, el personaje de Álvaro Mutis que inventa la realidad de forma permanente.

En el pasado siglo, los nombres destacados de la Argentina estuvieron en boca de medio mundo: Piazzolla, Cortázar, Borges, Arlt, Gardel, y un largo etcétera. ¿Dónde se tuerce el camino de forma trágica? Una clase media diezmada, una población empobrecida. Ricos atrincherados: cuanto más altos son los muros de sus countries, mayor probabilidad de que los estén esperando a la salida. Mucha bronca siempre a punto de estallar. Como si el suelo de Buenos Aires estuviera electrificado las veinticuatro horas del día. Probablemente, la respuesta tenga mucho que ver con los factores omnipresentes en la sociedad argentina desde 1930.

En su libro "Caudillos en Hispanoamérica, 1800-1850" -cuya edición al español traduje hace más de quince años, cuando vivía en las montañas con un señor muy pequeño llamado Iván que me sonreía a todas horas, así traduce cualquiera...- John Lynch hace un brillante análisis de la figura del Caudillo y su extraña simbiosis con el pueblo, una constante en el imaginario colectivo de los pueblos iberoamericanos. La necesidad de un padre protector, omnipresente y omnisciente. Un elemento inestable y altamente corrosivo. Presencias poderosas que mantienen al pueblo en un permanente estado de sumisión mental.

El artículo es polémico, agrio y hace sangre. Un punto de partida para discutir largo y tendido. A Maradona alguien debería decirle que a fin de cuentas, es humano. Qué le vamos a hacer... Que debería hablar siempre con los pies, porque cada vez que abre la boca mete la pata hasta el fondo. Alguien capaz de hacer que un pueblo como el español, que por razones históricas y de sangre adora al pueblo argentino -porque entre otras cosas siente que afectivamente Argentina es una parte de España- deseara con todas sus fuerzas que Alemania pusiera en su sitio al "señor 10", lo que efectivamente ocurrió.

Al analizar la sociedad mexicana en "El laberinto de la soledad", Octavio Paz no deja títere con cabeza. Diseccionar el ser nacional es un ejercicio doloroso, pero terriblemente necesario. El hambre que pasan los pibes es real y el culpable está dentro de las fronteras argentinas. No viene del más allá.

Ahí va. Sin anestesia. Oíd mortales (a ver si los problemas van a estar grabados en el comienzo del himno nacional...)

"Se dice con frecuencia que la solución a los problemas del África subsahariana es la educación; que los recursos naturales abundan y que si sólo se pudiera proporcionar un buen nivel educativo a la gente el continente despegaría. No necesariamente. Miren el caso de Argentina. Todos los recursos naturales que quieran, una bajísima densidad de población y, a lo largo de la mayor parte del siglo XX, índices escolares que no han tenido nada que envidiar a Europa occidental. Pero hoy, en un país que hace 100 años era uno de los 10 más ricos del mundo, la tercera parte de los recién nacidos están condenados a crecer en la pobreza, si es que logran crecer. Ocho niños menores de cinco años mueren al día debido a la desnutrición en un país que debería ser, como hace tiempo fue, el granero del mundo. Semejante aberración florece en un contexto político en el que a lo largo de más de medio siglo juntas militares han alternado el poder con Gobiernos populistas, corruptos o incompetentes. El actual Gobierno peronista de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (como el anterior, de su marido Néstor Kirchner) es más afín al de Hugo Chávez en Venezuela o al de Daniel Ortega en Nicaragua que a los Gobiernos pragmáticos y serios de Brasil, Chile o el vecino Uruguay donde, por cierto, hoy se consume más carne per cápita que en Argentina. ¿Dónde ha quedado la famosa Justicia Social proclamada hasta el cansancio por el peronismo que ha gobernado la mayor parte del período democrático instaurado en 1983? ¿Cuál es el problema?

El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona.

El problema es Diego Maradona. O, para ser más precisos, lo encarna, como símbolo, Maradona, el "Diez", "el Dios Argentino", el ídolo nacional por goleada. La idolatría a los líderes redentores, el culto a la viveza y (su hermano gemelo) el desprecio por la ética del trabajo, el narcisismo, la fe en las soluciones mágicas, el impulso a exculparse achacando los males a otros, el fantochismo son características que no definen a todos los argentinos, pero que Maradona representa en caricatura payasesca y que la mayoría de la población, aquella misma incapaz de perder la fe en el peronismo, aplaude no con risas sino con perversa seriedad. El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona y en el que su legión de devotos se adentra -como por ejemplo los 20.000 que fueron al aeropuerto de Ezeiza para darle las gracias tras la desastrosa actuación en el Mundial de Sudáfrica- para adorarle.

Esos mismos que disfrutaban como locos con las grotescas actitudes y dichos del ídolo -"¡que la chupen!"- fueron en manada a vitorearlo al llegar a Buenos Aires después de la goleada de 4-0 que Alemania le propinó, expulsando a su selección del Mundial. Presos de la nostalgia, no olvidan nunca que "ÉL" hizo el famoso gol con la "mano de Dios"; o sea que su mano y la mano de Dios son la misma mano. "EL" es uno con "DIOS". La manada entonces, mientras grita para adentro, "¡Si estamos unidos a Dios Maradona compartiremos toda su gloria!", grita para afuera: Maradooooooona, Maradooooooona. Y no olvidemos el dicho nacional, al mismo tiempo jocoso y lleno de convicción, "¡Dios es argentino!".

Diego Maradona fue un monumental jugador de fútbol. Pero la fama justificada no da títulos, ni derechos, ni conocimientos para opinar con absoluta certeza acerca de casi todo y al mismo tiempo desautorizar a todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas. En Argentina, mientras avergonzaba a algunos, hacía gritar de entusiasmo a muchos más. Creían, orgullosos, que unidos al "ídolo" todo el mundo "se la chupaba". En realidad el que se ha chupado todo, desde alcohol hasta cocaína, ha sido Maradona. Nadie lo acusa ni lo maltrata por su triste enfermedad. Solo se trata de señalar su soberbia desconsiderada, de carácter profundamente narcisista, base de sus penosas afecciones del alma, metáfora de la patología crónica de un país.

Hace 15 días Maradona dio su primera entrevista desde la debacle de Sudáfrica. El ex director técnico de la selección argentina, al que se le oyó diciendo minutos antes de aquel partido que su equipo iba a dar una lección de fútbol a los alemanes, no ofreció ni análisis, ni explicación por la derrota, salvo decir que el portero alemán estuvo "muy seguro" y después del 2-0 "nos vinimos abajo". Con un poco de suerte (la magia de la suerte lo abandonó, ¿el otro Dios estaba en su contra?) el partido se hubiera ganado. Culpa por el desastre no aceptó ninguna.

En cuanto a la victoria argentina 4-1 el mes pasado contra el campeón del mundo, España, bajo el mando de un nuevo seleccionador, confesó que prefirió no ver el partido. Claro. Porque ver aquel partido hubiera significado chocarse con la realidad y arriesgar salir del autoengaño enfermizo que le permitió afirmar en la misma entrevista que -avalado por el ex presidente Néstor Kirchner, que en una reunión la semana pasada le "felicitó" por el Mundial- él seguía siendo el candidato idóneo para dirigir la selección. "Daría la vida", dijo, "daría un brazo" por recuperar el puesto.

El fracaso de Maradona en el Mundial fue el espejo del fracaso de Argentina como país. Por un lado, una falta de rigor y humildad en la planificación; por otro, un derroche de los recursos disponibles. Talento sobraba, salvo que por amiguismo, ceguera, populismo patriotero o sencilla idiotez Maradona decidió no convocar a la mitad de los mejores; no solo no explotó los recursos que tenía, no los quiso ni ver. El nuevo seleccionador, Sergio Batista, puso en el campo contra España a cuatro jugadores básicos que Maradona ni siquiera había convocado para Sudáfrica y lo que se vio fue un equipo sólido que hubiera sabido competir contra Alemania, como contra cualquiera en el Mundial. Es decir, el sentido común existe en Argentina; solo que demasiadas veces, obliterado por la luz maradoniana, brilla por su ausencia.

En el sistema maradoniano solamente brilla la ilusión. Dentro de este sistema de pensamiento las cosas terminan no teniendo ni pies ni cabeza. Resultado: fracaso en la vida y arrastrando en el fracaso, en este caso, a la selección argentina, pero también se puede arrastrar a toda una nación. Recorriendo la historia del siglo XX sabemos la potencia destructiva de la ilusión cuando no es contrabalanceada por la realidad terrenal, nunca tan agradable ella como los espejismos de la ficción.

Cuando llevados por la fantasía se eligen directores técnicos o presidentes o sistemas de características populistas, autoritarios y antidemocráticos, con pocos pies sobre la tierra, el resultado inevitable es el fracaso. Un director técnico que no tiene ni ha tenido capacidad para manejar su vida, que además no es director técnico (por preparación) y por lo tanto al titularse así toma las características de un impostor, tuvo como resultado el descalabro de la selección argentina. Puede ocurrir nuevamente algo similar con la Argentina misma si los directores técnicos, léase la pareja que lleva siete años en el poder, siguen el camino compulsivamente repetitivo de la tergiversación permanente de la realidad. El endiosamiento de seres Ídolos-Dioses a los que no se debe criticar, como a Perón, Evita, Maradona, Cristina Fernández o Néstor Kirchner, intocables seres sin errores, lleva al fracaso reiterativo y doloroso que arrastra a millones de argentinos al sufrimiento. El granero del mundo se va convirtiendo en un país lleno además de granos de pústulas creadas por el sistema: fracaso, pobreza, desnutrición, inseguridad, criminalidad, destrucción de las instituciones, ataque permanente a la prensa opositora, ataque a la ley, destrucción de la educación (eso también) y llegamos entonces a que la fantasía de ser un pueblo "protegido" por los Dioses cae en una triste y ridícula realidad.

Las sociedades propensas a alimentar estas ilusiones, caen en la seducción hipnótica de líderes de estas características. Son sociedades cerradas, como dice Karl Popper, con un fuerte carácter autoritario, convicciones inamovibles y preponderancia al pensamiento mágico. En estos casos el horizonte de expectativas está absolutamente distorsionado por las ilusiones y las consecuencias se traducen en un sinnúmero de fracasos compulsivamente repetitivos. Decía Albert Einstein que la locura era repetir lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados. Eso es lo que propone Maradona al reafirmar su derecho a dirigir la selección de fútbol. Al apoyar su estrambótica candidatura, los Kirchner, eso sí, están siendo consecuentes. Ellos también piden, pese al fracaso mundialista de su gestión, como el de los regímenes peronistas que los precedieron, que se prolongue su dinastía en las elecciones generales del año que viene. Es probable que lo consigan. Sería la victoria del pensamiento mágico maradoniano, sobre el que el sol de la bandera argentina nunca se pone".


John Carlin, periodista, vivió 10 años en Argentina; Carlos Pierini trabaja como médico psicoanalista en Buenos Aires.