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viernes, 20 de abril de 2012

No son los pueblos

Mucho se ha hablado estos días del caso Repsol YPF y de los distintos personajes que han intervenido en él. Hay argumentos para todos los gustos y creo que merece la pena detenerse a meditar sobre la cuestión.

No obstante, lo que me llama poderosamente la atención es la ingente producción de comentarios insultantes a ambos lados del Atlántico, como si se tratara de las hinchadas ultra de dos equipos dispuestos a decir cualquier barbaridad a la primera de cambio. Está demostrado que el conflicto primario prende como la pólvora y saca a flote lo peor del ser humano. Se trata del gen imbécil: "El patriotismo es el último refugio de los canallas", al decir de Samuel Johnson. Por desgracia, sigue siendo verdad, a ambos lados del charco y en todas partes.

Hay que cortar de raíz todas estas sandeces y lugares comunes sobre argentinos y españoles que son dos pueblos hermanos, que se levantan por la mañana y van a trabajar por cuatro centavos y nada tienen que ver con un conflicto entre empresas y gobiernos.

Dicho esto, resulta obvio que las empresas (no solo españolas) que acudieron en masa a la venta de las joyas de la abuela por tres pesos promovida por el presidente Méndez (no voy a escribir su verdadero nombre porque atrae la desgracia sobre quien ose mentarlo) y que asistieron a los acontecimientos de 2001 -recuérdese a Rodríguez Saá, el nanopresidente, afirmando que Argentina no pagaría su deuda externa- sabían perfectamente a qué juego jugaban y qué clase de riesgos asumían. No existe la inocencia entre tiburones, verdad Urdanga? Dando por buena esta hipótesis, es de suponer que hayan calculado con tiralíneas la posibilidad de un escenario en donde esto podía ocurrir y, contemplada globalmente durante equis años, la inversión seguiría siendo rentable. Si no es así, como gestores son muy irresponsables o algo peor.

En el tipo de sociedad que hemos construido -o que nos ha construido a nosotros- existen los contratos y las leyes. Y esto resulta válido tanto para los individuos como para los gobiernos. En ese sentido, ante una medida de fuerza unilateral son los tribunales los que tienen la palabra, pero esto no debe o no debería afectar las relaciones entre los pueblos. Hay mil maneras de hacer las cosas antes de romper la baraja. El gobierno argentino habrá calculado lo que se le puede venir encima, paralelamente, el gobierno español protesta con la boca pequeña, no vaya a ser que a Repsol le sigan Telefónica, Gas Natural, Agbar y un largo etcétera. Lo que importa, a fin de cuentas, es la ídem de resultados.

Me interesa más debatir la cuestión de fondo que, a mi entender no es otra que la posibilidad de una forma alternativa de organizar las sociedades al margen de "los mercados", la Merkel, el Banco Mundial, el FMI, Sarkozy y una larga serie de angelitos. Y la respuesta no es simple.

Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta de lo que significa la caída de los países pertenecientes al llamado "socialismo real" desde comienzos de la década de los noventa. Es un tema largo de analizar pero, en resumidas cuentas, el paraíso de los proletarios no era paraíso ni era de los proletarios. Era un desastre tan colosal como Chernóbil. En cuanto se abrió la puerta, NADIE quería estar ahí. Pregúntenle a un rumano o a un ruso lo que opina de la era comunista.

Ahora bien, ¿cómo nos va a nosotros? En estos momentos hay una gente en el gobierno de España que ha sido elegida con mayoría absoluta y que ha sacado la tijera de podar prometiéndonos una existencia futura digna de campesinos chinos. Y al que no le guste que se aguante, nos dicen. Es lo que hay. Ambos gobiernos -el español y el argentino-, pretendidamente democráticos, actúan valiéndose de sus respectivas mayorías absolutas como si fueran patentes de corso.

En la España post-Zapatero empresas de todo pelaje y condición, públicas y privadas, aprovechan la coyuntura y aumentan los precios de forma salvaje (transportes, tasas universitarias, copago sanitario, etc.). Y se supone que todo es por NUESTRO BIEN. Por eso Esperancita ha aumentado fuertemente el precio de los transportes en Madrid, las empresas de energía eléctrica nos aplican el "déficit tarifario" -claro, nosotros tenemos "superavit salarial"- y la gasolina se paga por encima del euro y medio y un etcétera tan largo que harían falta varios tomos para reflejar los agravios al hombre común.

Los ciudadanos de las democracias occidentales vivimos la dictadura de los mercados. Hoy destruyen Grecia, mañana Portugal y pasado nos toca a nosotros. Nuestro sistema se basa en vender humo, empaquetarlo, "derivarlo", "futurizarlo", "indexarlo", "certificarlo", "fideicomisarlo" y triquiñuelas sin cuento y pasarle el paquete tóxico al último perejil, como si fuera un billete de tres pesos impreso con la Epson de casa. Lehman Brothers o Madoff no valen más que los trileros de la esquina de mi barrio. Es más, a los trileros de la bolita los ves venir.

Véase el caso de los bancos, que han prestado dinero de forma absolutamente irresponsable, han generado una crisis sin precedentes y luego son reflotados con dinero de todos. Paralelamente, los miembros de sus consejos de administración no se privan de nada. Ningún banquero ha ido a juicio, todos siguen en sus puestos. Y son los responsables últimos de este desastre. Por acción u omisión. Si autorizaron los créditos hipotecarios basura son culpables. Hasta han vendido "acciones preferentes" a jubilados que les han confiado sus ahorros sin tener la menor idea de en dónde se metían. ¿Eso no es criminal? La fecha de vencimiento de esas "preferentes" es NUNCA. ¿Cómo oponerse a la violencia legal, esa que ejercen las empresas, el mundo "legalizado" contra los que nada tienen? ¿Haciendo asambleas? Parece que hace falta algo más contundente.

En resumen, ¿no estaremos alcanzando el límite de un modelo que se basa fundamentalmente en la desigualdad? Y ¿cuál es la alternativa? ¿Cuba? ¿China? ¿La Venezuela de Chávez o la Argentina de Cristina? ¿Qué ocurre con el equilibrio entre igualdad y libertad? ¿Serán dos magnitudes inversamente proporcionales?

Una España con 6.000.000 de parados -que alcanzaremos probablemente en 2013- es un polvorín social a punto de estallar.

No entro en la forma que tiene el gobierno argentino de hacer las cosas, el tono visionario de alguien que habla como si estuviera poseído, las alusiones constantes a "Él" (¿se trata de un semidios, de un dios o acaso es una mención a Dios a secas?), y un largo etcétera. En contrapartida, es difícil que un europeo entienda lo que significa la derecha latinoamericana y sus siglos de retraso, lo cual justificaría la reacción encendida por parte de la izquierda y la aparición de personajes supraenfáticos, mesiánicos, en ocasiones rozando lo patético.

Aquí tenemos a un gallego en el poder (gallego de Galicia) que no dice ni mú, que no se sabe si entra p'adentro o sale p'afuera y cada vez que abre la boca es para pegar un hachazo que te deja temblando. Sin contemplaciones. ¿Que quieres estudiar? Si puedes pagarlo... adelante... ¿Que tienes una pensión de 500 euros y de ella tiras tú y tus nietos? Te vamos a aplicar una tasa para que pagues por los medicamentos. "Es sólo el equivalente a 4 cafés al mes", les dice el funcionario pijo-reconcheto de turno a unos viejitos que suerte tienen si toman achicoria en sus casas. Y suma y sigue.

El cuento de la libre empresa, del mercado que todo lo regula y del capitalismo en todo su esplendor se agota. Ni la empresa es libre, ni compite en igualdad de condiciones ni el mercado se autorregula. Antes al contrario: se repiten los errores de anteriores crisis aumentados y corregidos. Es como una partida de póker para el pardillo de turno. Te dejan ganar seis o siete manos menores y cuando te has confiado y entras con lo que no tienes viene "la verdad de las cosas".

El mundo funciona así. Si entras en un mesa de póker, echas un vistazo a los jugadores y no reconoces de inmediato al tipo que van a desplumar, no te quepa la menor duda: el imbécil eres TÚ. Esa es la esencia del capitalismo. Cuatro se lo llevan muerto y el resto a pringar. Son lentejas.

Tengo un amigo del alma a quien admiro y cuyo juicio respeto -sí, sos vos, gilún- y que es profundamente "cristinista". Me dice que mi visión y la de todos los que estamos fuera está nublada por el filtro de los medios de comunicación que responden a los grupos de poder de toda la vida. Bien. Vamos a darlo por bueno. Digamos que la visión que tenemos aquí está forzada. No obstante, cualquiera puede juzgar los tonos, los mensajes y un largo etcétera. Doctores tiene la Iglesia.

No me interesa ni Cristina ni Rajoy. En cuanto tensión humana, es mucho más probable que Cristina sea más recordada por su pueblo que Rajoy. Si se rompen las reglas y se jode a los poderosos pero se favorece a quienes menos tienen se podría aplicar la castellana máxima del "ladrón que roba a un ladrón". Como mínimo, 100 años de perdón le caen. Queda por ver si son los más necesitados quienes se benefician de esta acción que imagino no será la última. Se repite la historia. Al igual que Eva Perón le ganaba en testosterona a su marido, Cristina va un paso más allá que "Él".

Ha habido otros intentos de romper la llamada "seguridad jurídica". Véase por ejemplo el caso de Alan García en el Perú de los 80. No parece que les haya ido muy bien. Poderoso caballero es Don Dinero. Mientras el mercado gobierne los destinos mundiales con mano de hierro a los herejes sólo les queda huir al Este del Edén.

¿Y si la historia estuviera girando? ¿Y si fuésemos nosotros, los que vivimos en Europa, los que debiéramos pedir cuentas a nuestras empresas-gobiernos y obligarlas a que dejen de tocarnos los cojones y dejen de exprimirnos como si fuéramos esclavos de Roma? ¿Y si esta receta de recortes sin fin no lleva más que al desastre final? Porque se dirá lo que se quiera, pero parece que la Argentina de Cristina tiene cifras positivas de crecimiento y a nosotros nos aguarda el invierno nuclear. ¿Es el camino ortodoxo el adecuado? ¿Tiene sentido que estemos en el euro y tengamos que bajar la cabeza ante Alemania? ¿A qué precio?

El problema de fondo es, según creo, cómo gestionamos la escasez. ¿Dejamos todo como está y seguimos confiando en la resurrección del mercado de la mano de la siguiente burbuja hasta que vuelva a estallar o aprovechamos este desastre para plantear una alternativa ideológica de organización y autoprotección de la sociedad ante abusos ilimitados por parte de los poderosos? Porque que yo sepa, con crisis y todo, los que eran muy ricos en 2008 son más ricos en 2012. Es decir, se nutren de la desgracia de la mayoría.

O hablamos del tema, ponemos las bases y dibujamos los contornos de un modelo viable que supere el estrecho marco de la sociedad de marchantes de hombres o la ola nos pasa por encima irremediablemente. No es posible que esta mierda de sociedad neoliberal e insolidaria sea lo mejor que podamos parir.

sábado, 1 de enero de 2011

Estábamos tan bien

Estoy recibiendo una serie de comentarios a la publicación del post "Los "fans" de Cristina". Como cabe comprobar releyendo la nota, aclaré que se trataba de la opinión de una "colaboradora anónima". No me siento para nada identificado con lo que se dice en la misma, pero me parece interesante la posibilidad de un debate teniendo en cuenta todas las posiciones, alejándose si es posible de la visión apocalíptica de Clarín o la paradisíaca de Página 12.

La creencia en un determinado proyecto no debe cegar la capacidad crítica. Volvemos a la cuestión de la "infalibidad" de los iconos argentinos (Gardel, Perón, Evita, Maradona). La imposibilidad de cuestionar las cosas o contemplar otras visiones genera amores u odios viscerales. Si alguien no puede decir lo que piensa con absoluta libertad, entonces el proyecto que se está generando corre el riesgo de transformarse en un error.

Veamos la otra cara de la moneda para los que tienen la memoria flaca acerca de lo que han significado los años del saqueo.

ESTÁBAMOS TAN BIEN... HASTA QUE LLEGARON LOS Ks!

exacto... éramos tan felices y llegaron los k...
Argentina era un país hermoso, lleno de personas alegres, lleno de riquezas, lleno de esperanzas ...pero llegaron los k y todo cambió.......

los grandes medios elogiaban la economía



existía el federalismo y cada provincia tenia su propia moneda, en el marco de una economía fuerte, robusta, en crecimiento:


el gobierno cuidaba nuestros ahorros. Para ello, crearon el corralito



eran tan buenos los gobiernos , que el pueblo salió a la calle para pedirles que se tomaran vacaciones...


no existía el problema de las monedas como ahora, porque la gente recurría al


en cambio existían los shoppings, pero estaban vacíos porque a la gente le sobraba de todo
A LA GENTE LE SOBRABA TANTO y crearon los clubes de trueque


eramos todos millonarios!

¡Éramos todos empresarios!

SI HASTA LOS JUBILADOS Y EMPLEADOS ESTATALES GANABAN TANTO QUE, PARA EVITAR QUE DESPILFARRARAN LA PLATA EL GOBIERNO (A TRAVÉS DE DOMINGO CAVALLO, PATRICIA BULLRICH, GERARDO MORALES) DECIDIO QUE SE LES REBAJARA EL 13% DE SUS HABERES.


En aquellos días sí que existía la redistribución de la riqueza!



LA GENTE ESTABA TAN FELIZ QUE SALIA A FESTEJAR CON GRANDES BATUCADAS

EL INDEC ERA CONFIABLE Y SE MOSTRABAN LOS INDICADORES QUE CRECIAN: por ejemplo, la deuda externa


también algo bajaba: las reservas

1997 :19.680.000.000(Argentina vende todo el oro 124.417 Kg. por u$s 1.485.000.000 )

1998 :23.000.000.000.

1999 :26.838.000.000

cuidaban las reservas

2001 : 27.389.000.000 (enero) 24.781.000.000
(marzo) 17.482.000.000 (agosto) GOBIERNO UCR ALIANZA (gastaron)

2002 : 10.050.000.000

2003 : 8.148.000.000 (Se pagaron 1.600 millones para poder firmar con el FMI)

2004: 14.160.000.000

2005: 1.947.000.000

2006: 28.090.000.000

2007: 32.070.000.000

2008: 46.180.000.000
ahora superan los 50.000.000.000 de dólares

EL GOBIERNO NO SE QUEDABA CON LA CAJA!! EN CAMBIO REPARTÍA LA CAJA PAN


estábamos tan bien que para sufrir un poquito la gente hacia largas colas en las embajadas


existía la libertad de expresión
todos podíamos decir lo que pensábamos!



jueves, 28 de octubre de 2010

Kirchner ya no está

La noticia apareció ayer, de sopetón, a la hora de la comida en España. Ando estos días ocupado en otros menesteres y apenas leo la prensa.

Hace muy poco, en este mismo blog, comenzamos con Raúl Minsburg -y con otros amigos- un diálogo desde las dos orillas sobre el populismo, el peronismo, el matrimonio K, los otros, Clarín y el presente y futuro de Latinoamérica. Con la intención de ir hacia adelante, obviamente.

Si la desaparición de una sola persona da al traste con todo un proyecto político se reforzaría la tesis del papá omnisciente, del caudillo infalible que presuntamente necesitamos para avanzar. Algo propio de culturas atrasadas.

No obstante -nunca me gustaron los K, su estilo, su forma de hablar, su intención de perpetuarse en el poder, etc.- me considero una persona de izquierda. Aunque a estas alturas no sé bien qué es eso. Supongo que la simple duda -otros lo tienen todo muy clarito- es un punto a nuestro favor. Pero la diferencia existe y da para discutir largo y tendido. No es lo mismo Rubalcaba que Soraya Sáenz de Santamaría. No es lo mismo. Pero eso es para otro día.

Cuando se critica a la izquierda es para que mejore, para que no pierda el rumbo, para que no se extravíe definitivamente siendo títere de los mercados. Todos sabemos dónde están las fuerzas negras.

Ayer murió -a los 60 años de edad- el hombre que estabilizó la República Argentina después de la peor crisis de su historia. Algún mérito tendrá, aunque sólo fuera por eso.

Voy a publicar una nota de alguien cuyo trabajo respeto: Mempo Giardinelli, hablando sobre el particular. Comparto muchos de sus puntos de vista.

En la tierra que me vio nacer, plena de gente cargada de emoción, de talento y de bondad, la revolución se sigue haciendo en bicicleta. A ver si compramos algunos burros y logramos que los soretes desaparezcan definitivamente del mapa.

Néstor y lo que viene

Por Mempo Giardinelli

Escribo esto en caliente, en la misma mañana de la muerte anunciada de
Néstor Kirchner, y ojalá me equivoque. Pero siento dolor y miedo, y
necesito expresarlo.

Pienso que estos días van a ser feísimos, con un carnaval de
hipocresía en el Congreso, ya van a ver. Los muertos políticos van a
estar ahí con sus jetas impertérritas. Los resucitados de gobiernos
anteriores. Los lameculos profesionales que ahora se dicen
"disidentes". Los frívolos y los garcas que a diario dibujan Rudi y
Dany. Todos ellos y ellas. Caras de plástico, de hierro fundido, de
caca endurecida. Aplaudidos secretamente por los que ya están
emitiendo mailes de alegría feroz.

Los veremos en la tele, los veo ya en este mediodía soleado que aquí
en el Chaco, al menos, resplandece como para una mejor causa.

Nunca fui kirchnerista. Nunca vi a Néstor en persona, jamás estuve en
un mismo lugar con él. Ni siquiera lo voté en 2003. Y se lo dije la
única vez que me llamó por teléfono para pedirme que aceptara ser
embajador argentino en Cuba.

Siempre dije y escribí que no me gustaba su estilo medio cachafaz, esa
informalidad provocadora que lo caracterizaba. Su manera tan peronista
de hacer política juntando agua clara y aceite usado y viscoso.

Pero lo fui respetando a medida que, con un poder que no tenía, tomaba
velozmente medidas que la Argentina necesitaba y casi todos veníamos
pidiendo a gritos. Y que enumero ahora, porque en el futuro inmediato
me parece que tendremos que subrayar estos recuentos para marcar
diferencias.

Fue él, o su gobierno, y ahora el de Cristina:

—El que cambió la política pública de Derechos Humanos en la
Argentina. Nada menos. Ahora algunos dicen que estar "hartos" del
asunto, como otros criticaron siempre que era una política más
declarativa que otra cosa. Pero Néstor lo hizo: lo empezó y fue
consecuente. Y así se ganó el respeto de millones.

—El que cambió la Corte Suprema de Justicia, y no importa si después
la Corte no ha sabido cambiar a la justicia argentina.

—El que abrió los archivos de los servicios secretos y con ello
reorientó el juicio por los atentados sufridos por la comunidad judía
en los '90.

—El que recuperó el control público del Correo, de Aguas, de Aerolíneas.

—El que impulsó y logró la nulidad de las leyes que impedían conocer
la verdad y castigar a los culpables del genocidio.

—El que cambió nuestra política exterior terminando con las
claudicantes relaciones carnales y otras payasadas.

—El que dispuso una consecuente y progresista política educativa como
no tuvimos por décadas, y el que cambió la infame Ley Federal de
Educación menemista por la actual, que es democrática e inclusiva.

—El que empezó a cambiar la política hacia los maestros y los
jubilados, que por muchos años fueron los dos sectores salarialmente
más atrasados del país.

—El que cambió radicalmente la política de Defensa, de manera que
ahora este país empieza a tener unas Fuerzas Armadas diferentes,
democráticas y sometidas al poder político por primera vez en su
historia.

—El que inició una gestión plural en la Cultura, que ahora abarca todo
el país y no sólo la Ciudad de Buenos Aires.

—El que comenzó la primera reforma fiscal en décadas, a la que todavía
le falta mucho pero hoy permite recaudaciones récord.

—El que renegoció la deuda externa y terminó con la estúpida dictadura
del FMI. Y por primera vez maneja el Banco Central con una política
nacional y con record de divisas.

—El que liquidó el infame negocio de las AFJP y recuperó para el
Estado la previsión social.

—El que con la nueva Ley de Medios empezó a limitar el poder absoluto
de la dictadura periodística privada que todavía distorsiona la cabeza
de millones de compatriotas.

—El que impulsó la Ley de matrimonio igualitario y mantiene una
política antidiscriminatoria como jamás tuvimos.

—El que viene gestionando un crecimiento económico de los más altos
del mundo, con recuperación industrial evidente, estabilidad de casi
una década y disminución del desempleo. Y va por más, porque se acerca
la nueva legislación de entidades bancarias, que terminará un día de
estos con las herencias de Martínez de Hoz y de Cavallo.

Néstor lo hizo. Junto a Cristina, que lo sigue haciendo. Con
innumerables errores, desde ya. Con metidas de pata, corruptelas y
turbiedades varias y algunas muy irritantes, funcionarios
impresentables, cierta belicosidad inútil y lo que se quiera
reprocharles, todo eso que a muchos como yo nos dificulta declararnos
kirchneristas, o nos lo impide.

Pero sólo los miserables olvidan que la corrupción en la Argentina es
connatural desde que la reinventaron los mil veces malditos dictadores
y el riojano ídem.

De manera que sin justificarle ni un centavo mal habido a nadie, en
esta hora hay que recordarle a la nación toda que nadie, pero nadie, y
ningún presidente desde por lo menos Juan Perón entre el 46 y el 55,
produjo tantos y tan profundos cambios positivos en y para la vida
nacional.

A ver si alguien puede decir lo contrario.

De manera que menudos méritos los de este flaco bizco, desfachatado,
contradictorio y de caminar ladeado, como el de los pingüinos.

Sí, escribo esto adolorido y con miedo, en esta jodida mañana de sol,
y desolado también, como millones de argentinos, un poco por este
hombre que Estela de Carlotto acaba de definir como "indispensable" y
otro poco por nosotros, por nuestro amado y pobrecito país.

Y redoblo mi ruego de que Cristina se cuide, y la cuidemos. Se nos
viene encima un año tremendo, con las jaurías sedientas y capaces de
cualquier cosa por recuperar el miserable poder que tuvieron y
perdieron gracias a quienes ellos llamaron despreciativamente "Los K"
y nosotros, los argentinos de a pie, los ciudadanos y ciudadanas que
no comemos masitas envenenadas por la prensa y la tele del sistema
mediático privado, probablemente y en adelante los recordaremos como
"Néstor y Cristina, los que cambiaron la Argentina".

Descanse en paz, Néstor Kirchner, con todos sus errores, defectos y
miserias si las tuvo, pero sobre todo con sus enormes aciertos. Y
aguante Cristina. Que no está sola.

Y los demás, nosotros, a apechugar. ¿O acaso hemos hecho otra cosa en
nuestras vidas y en este país?

viernes, 8 de octubre de 2010

Querido Raúl

Mi amigo, mi hermano, el excelente músico electroacústico Raúl Minsburg, me escribe un comentario a "La patria no se hizo sola". Me gusta la idea de abrir un diálogo para hablar con tranquilidad de las cosas, lo que haga falta para entender y mejorar. Una suerte de homenaje a Naúm Minsburg, una persona de luz en medio de la oscuridad absoluta, un amigo de fierro que creía, pese a todo, en el poder curativo del diálogo. Entre los que están dentro y los que están fuera. Sin acritud, como diría el viejo Felipe.

En noviembre de 2008 me encontraba trabajando en Managua en un proyecto solidario. Coincidió con las elecciones municipales y la gente salió a las calles azuzada por el partido en el gobierno y el partido opositor. A hostia limpia, que es como se "resuelven" las cosas. Volaban los petardos, las piedras, los tiros. Viví varias situaciones estilo "El año que vivimos peligrosamente". Coches haciendo trompos, morteros que caían a nuestro paso. El doble de Mel en este caso era yo, pero Sigourney Weaver no me estaba esperando con un Martini en cada mano (Laura, amore, te adoro, pero si la Weaver me invitara a Martinis después de una dura jornada no encontraria el valor para hacerle un feo). Murieron varias personas: la dolorosa sensación de que Latinoamérica tiene mucho camino que recorrer. De que el diálogo es una entelequia. Sería interesante abrir las fronteras, salir del ámbito puramente argentino y extrapolar este mismo diálogo a la totalidad de los países iberoamericanos (incluyendo a Portugal y España), ya que somos el mismo pueblo. La patria es el lenguaje, no la tierra. Tengo mil cosas más en común con un nica, un brasileño o un peruano que con un alemán o un finlandés.

Uno de los grandes errores históricos de la Argentina en mi opinión es haber creído que era "algo más" que sus vecinos y que no pertenecía al mismo club. Error de cálculo grave, como se demostró en la guerra de las Malvinas al invocar el TIAR y en innumerables ocasiones. ¿Por qué estamos donde estamos? Quedan todos invitados.

Así que voy a utilizar el modelo de "carta abierta" a mi querido amigo. Ahí va.

Raúl querido, please, discutamos para avanzar y no para "tener razón", frase que me gusta de mi viejo. Vos sabés que adoro nuestro país y que me duele verlo mal, no es una cuestión de ser "antiargentino" ni nada por el estilo.

Vos que seguís habitualmente las cosas que escribo habrás comprobado que cuando se trata de darle duro al gobierno de España o a los defectos ibéricos también acepto el envite.

No se trata de que te interesara Maradona, creo. Los autores del artículo lo utilizan como símbolo para explicar otras cosas, más graves si cabe. Cosas que rayan en temas psiquiátricos (es interesante que uno de los autores del artículo sea un profesional del tema).

Hay hechos que son simplemente eso, hechos. Hace 100 años la Argentina era un destino apetecible para millones de emigrantes y ocupaba un lugar privilegiado entre las naciones. Hoy ha retrocedido en todos los ámbitos (al contrario de lo que ha ocurrido en España que de ser un país aislado en la época franquista ha alcanzado con la democracia puestos importantes, bien es cierto que con graves desequilibrios que la crisis deja al descubierto).

¿Qué ha sucedido en estas últimas décadas?

Decime, porque a lo mejor estoy mal informado a causa de la prensa "opositora", ¿es verso que se pasa hambre en el interior? ¿cómo se vive en Fuerte Apache y similares reductos del Gran Buenos Aires? ¿todo ese quilombo de las salideras y los secuestros está inventado por Clarín o La Nación? ¿Son actores? ¿Los que salen a manifestarse después de que revienten a un pibe son extras? ¿La imagen de la gente limpiando con detergente desperdicios en el Riachuelo para morfárselos es un fotomontaje? A lo mejor me estoy equivocando de país y Argentina se encuentra en el mejor de los mundos posibles. ¿Lo del aumento desorbitado del patrimonio de la dupla presidencial es otro montaje? Entonces no coincide la brillante intervención de Aníbal Fernández diciendo que "Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo" (SIC). ¿Es un error de script?

Mi prima (la mujer de mi primo Ernesto) es médico y labura en los hospitales "fronterizos" del conurbano. Es pediatra. Las cosas que cuenta del estado en que vienen algunos pibes son brutales, superando niveles "africanos". Simplemente no pueden ocurrir estas cosas en un país que lo tiene todo. ¿Es algo que inventa la prensa, Raúl mi viejo? Me encantaría que fuera así. Pero me parece que hay algo de realidad en eso.

ALGO tendrá que ver la dirigencia del país, la forma de hacer las cosas, la forma de laburar, la viveza criolla, el nueverreinismo porteño, la gente que saca la guita al exterior porque no cree en su propio país, la forma de todo. ¿De dónde sale la dirigencia del país? ¿Son agentes de la CIA nacidos en Miami? ¿Son Nexus 6? ¿Acaso en la era Menem -que incluso después de la debacle obtuvo el 22 por ciento de los votos- cuando la paridad dólar peso, el común de los argentinos no le reía las gracias y creía que lo estaba haciendo todo OK? Entonces daba igual que el turco regalara las joyas de la corona a empresas extranjeras: éramos una potencia mundial. El golpe con la realidad vino después. Después de la fiesta toca lavar los platos. La década conocida como "los años de pizza y champagne".

Si todos los males vienen de afuera, ¿cómo se explica Lula o los avances indudables de Chile? En ocho años Lula ha logrado cosas increíbles en Brasil, creando una clase media de la nada. OCHO AÑOS, viejo. También forman parte de Latinoamérica.

¿Peronismo? Pero ¿qué es eso? ¿Un milico "bueno"? Suena a oxímoron, como lo de "inteligencia militar". En plena era del auge de los fascismos. Vamos... Y hoy todavía planea su alargada sombra. López Rega, los montoneros, Isabelita, Menem y los Kirchner son o eran peronistas. Un poco diverso el panorama... ¿no cree? Es como tener a los anarquistas, las SS, los nacionalistas extremos, las SA, los moderados, los socialdemócratas y al Che Guevara todo mezclado con una guinda en lo alto. ¿Qué clase de plato es ese? ¿Quién se lo come? Y dale nomás. Y todo el mundo cerrando filas. ¿Es lo más sofisticado que podemos fabricar? ¿Un partido que aglutina la izquierda y la derecha incluso en sus versiones más extremas? ¿Alguien puede explicar este fenómeno? ¿Dentro de 300 años seguirán en el poder? México tuvo su Partido Revolucionario Institucional -nombre surrealista donde los haya- en el poder durante más de 70 años y nosotros tenemos el peronismo. Es obvio lo que ocurre cuando un mismo partido monopoliza el poder durante mucho tiempo. ¿Y los "gordos" sindicalistas? Si se quedaran sin laburo Scorsese los contrataría encantado. ¡La de guita que se podría ahorrar en maquillaje...!

Cuando llegó el momento, el propio Perón, que era un hábil encantador de serpientes, optó. Recuérdese Ezeiza 1973 y Plaza de Mayo. "Estos jóvenes imberbes... etc., etc."

Horacio Vázquez Rial traza un retrato repleto de luces y sombras en "Perón, tal vez la historia" -Joseba, si lees esto ya sé que te tengo que devolver el libro que me prestaste en 2006, sorry, no soy digno...-. Alguien a quien no le gustaba recordar la sangre india que llevaba impresa en el rostro.

Vos vivís en la capital. OK. Pero ¿qué pasa más allá de la General Paz? ¿Y en el interior? Es como hablar de 2 países distintos.

Advertí que el artículo era doloroso y "hacía sangre", pero sigo sosteniendo que algunas claves relacionadas con la actual situación están ahí.

Maradona es un pobre tipo, un juguete roto e inculto utilizado por unos y por otros. Un jugador de fútbol genial que no sabe hacer otra cosa. No puede hablar de todo lo divino y humano como si supiera. Si sigue así y nadie le recuerda su condición mortal acabará mal. No es "Maradona", es el esquema de pensamiento que subyace al ídolo caído y resucitado. La propia necesidad de ídolos infalibles -Perón, Evita, Gardel, Cristina, etc-, como si tuviéramos 8 años permanentemente e hiciera falta Linterna verde (¡cómo me gustaba!), Batman o el Capitán América para dormir más tranquilo por las noches. Pero los personajes reales se acercan más a la troupe de Martín Kadaragián en Titanes en el Ring, ¿te acordás, hermano, qué tiempos aquellos...? Tufí Meme (viene del desierto, trae mucha arena...), el Caballero Rojo, Pepino, Súper Pibe... Perfil bajo. Más mortadela que jamón serrano.

A lo mejor vos no le das bola a Maradona, pero el tipo se entrevista con los Kirchner cuando quiere y actúa como si estuviera más allá del bien y del mal. Los Kirchner, a su vez, lo usan para sus propios fines y para que "esta barra quilombera" esté contenta. En cuanto abre la boca nos crucifican a todos. Es omnipotente y omnisciente. "Que la chupen", "que la sigan chupando"... ¿Qué hizo con toda la guita que ganó? ¿Un master en Oxford en neurología? ¿A último momento cambió de idea y se decidió por Harvard?

A Gardel no se le conoció mina alguna en sus 45 o 48 años de vida -nadie sabe cuál era su verdadera edad ya que falsificó su partida de nacimiento para esquivar el servicio militar- salvo Isabel del Valle, la "novia oficial", a la que le pasaba una mensualidad y todo como para que no levantara la liebre. Cantando como cantaba y lo que cantaba. Una sola nami... Y le tenía que pasar una guita... hmmmmmm ¡Hay perfume de Ricky Martin en el Santiago Bernabéuuuuuu! diría el Mono Burgos. No obstante, en el imaginario colectivo es la imagen de la hombría personificada, el supermacho. El KING. El ídolo no puede tener fisuras (anales en este caso). ¡Qué gran pelotudez!

La imposibilidad de discutir y analizar con tranquilidad lo que nos pasa sin que a uno lo acusen de anti esto o anti aquello. Hay que desmontar los ídolos de cartón-piedra y empezar a cagarnos de risa de nosotros mismos, a no tomarnos tan en serio. Nos hace falta un Leo Bassi nacional. Ya mismo.

Sigo creyendo en mi país natal y en mi gente, en su capacidad -no dejo de destacarlo cuando tengo ocasión como la nota sobre Pablo Trapero- pero casi siempre se queda en alabanzas a actitudes individuales. Cuando se trata de actos colectivos es otro cantar... Es como si cada uno tirara por su lado. Como si al actuar en conjunto esa brillantez individual se esfumara. Una clase política de ínfimo nivel, que a la primera de cambio mete la mano en la bolsa, que no se corresponde en nada con el reflejo de una sociedad avanzada y con un alto grado de sofisticación en tantas cosas. Con un cine y una literatura de primera clase.

Vos viviste los años de la transición española. Una situación jodida donde los políticos tuvieron que demostrar de qué estaban hechos, con grandeza. Modificando un sistema podrido desde adentro y sorteando obstáculos como el 23-F, la acción pemanente de ETA y el consiguiente descontento de los militares y los cuerpos de seguridad del Estado. En una coyuntura económica bien comprometida. Esa misma altura de miras es la que hace falta en nuestro país para superar esta situación que dura ya muchos años. ¿De verdad pensás que en el artículo no hay nada que merezca la pena ser debatido? ¿Es otro complot antiargentino de los de afuera...? Sería el enésimo.

El FMI anuncia que este año Argentina crecerá el 7,5 por ciento. Tasas propias de Extremo Oriente. ¿Ese crecimiento se trasladará a los jubilados, a la gente de provincias como Formosa que vive en una situación medieval y a los que habitan los barrios más desfavorecidos de la capital de la nación?

Son preguntas que se responden solas.

A Mariano Moreno se lo cargaron. Y San Martín, después de recorrer medio mundo, atravesar los Andes y liberar tres naciones de Sudamérica tuvo que rajar. Algo no funciona desde el principio.

Hay que volver a reunirse en la Jabonería de Vieytes. Te espero a las ocho. Vos llamá a Saavedra y a Juan José Paso. Vienen French y Berutti. Les dije que se dejen de joder y esta vez traigan fugazza y fainá. ¡Con la milonga de las escarapelas nunca traen nada comestible! Yo llevo empanadas. También viene un representante de la pesada del gremio de los aguateros y otro que se llama Pastichotti y representa a los vendedores de velas. Es un chanta del año cero, pero también tiene derecho. Estamos todos.

Con todo el cariño del mundo y las ganas de que todo cambie a mejor, un abrazo gigante mi viejo!

sábado, 24 de julio de 2010

Lula


Nuestra época está huérfana de gente de altura. En todos los ámbitos. En el caso concreto de los políticos, los códigos éticos, la grandeza o el liderazgo moral que impulsa a los pueblos a ir más allá no forman parte del credo habitual. El fair play tampoco interesa a nadie. Importa ganar, no cómo. Véase el reciente caso de Contador o el fallido intento de la selección holandesa en la final del Campeonato del Mundo.

Más allá de cuestiones ideológicas y apetencias mesiánicas -el propio debate ideológico ha dejado de tener interés, si a la masa se le cuenta que hay una crisis y que hay que darle dinero a los bancos -que han sido quienes han generado la propia crisis- nadie se rasga las vestiduras, a todo el mundo le parece bien- personajes como Azaña, Allende, el propio Perón, Lázaro Cárdenas, en cuanto tensión humana resultan infinitamente más ricos que los "estadistas" de hoy en día. Una simple cuestión de cultura, entrega, pasión y temple. De capacidad de seducción también.

Con todos los aciertos y los errores, la revolución cubana fue -digo fue, hoy se ha convertido en un sainete familiar, cruel para el pueblo cubano y con tintes de novela de Valle-Inclán- un faro de esperanza para los pueblos latinoamericanos. Compárense los discursos de Fidel o el Che en los sesenta con las ocurrencias de Chávez. Es como comparar a Lope de Vega o a Cervantes con Chiquito de la Calzada. La revolución se ha convertido en un chiste agrio, movida por personajes sin preparación y sin norte, que salen en la tele haciendo gala de una incultura ilimitada y se congratulan de su propia cortedad, individuos que parecen sacados de un engendro monstruoso como Gran Hermano o cualquier estupidez por el estilo. Un cajón desastre -sic- en donde entran el taxista de Teherán, la dinastía comunista de Corea del Norte, Gadafi... ¿Qué pensaría Lenin de todos estos personajes? ¿Y Trotsky...? Patético. La Biblia llora junto a un calefón.

Y sin embargo, Lula. En una reciente entrevista, Lula llora ante las cámaras. Y su figura se agiganta. En Brasil, un país de una desigualdad monstruosa en donde aún existe la esclavitud, el antiguo líder obrero, obrero metalúrgico, gente cabal y de una pieza como mi abuelo Lázaro, una de las mejores personas que he conocido y que nunca tuvo nada, ha hecho maravillas en una década. Lula representa otro estilo de líder latinoamericano. Que no habla a los gritos y que hace cosas sin aspavientos. Sin formación académica ni falta que le hace. Se puede tener títulos por doquier y ser un malnacido sin fisuras.

Que se sepa, Lula no ha acumulado durante su gobierno tierras o propiedades como los Kirchner en Argentina. Tampoco ha hecho falta que un paniaguado del gobierno salga a decir que el "patrimonio del matrimonio presidencial de la República Argentina está vivo y tiene todo el derecho a crecer naturalmente", tratándonos a todos de imbéciles.

Opinión de un amigo brasileño: La gente se dará cuenta más y más con el paso del tiempo que la dimensión de lo que ha hecho este señor no tiene parangón en Brasil. Cerca de cincuenta millones de personas mejoraron sustancialmente su calidad de vida en los últimos ocho años. Sacó de la pobreza a unos veinte millones de personas, al tiempo que otros 31 millones ascendían en la escala social. Convirtió a Brasil en una potencia emergente clave, Río 2014, JO 2016, etc., etc. Llora Lula con la satisfacción del deber cumplido.

Personajes como Lula son una necesidad absoluta en nuestra América (y en el resto del mundo). En un momento de la entrevista, alcanza a decir "me estoy volviendo viejo". Me recordó un relato inmortal de Jorge Amado: Os Velhos Marinheiros. Un relato que cambió el curso de mi vida cuando tenía venticinco años.

El problema sigue ahí. Mientras la revolución se rearma y se redefine, analizando las razones del estrepitoso fracaso del siglo veinte y generando nuevas respuestas para nuevos problemas, la esperanza vive en los obreros íntegros como Lula. Personas capaces de emocionarse ante la deproporcionada tarea que supone enfrentarse al mal, a la pobreza, a la ignorancia. La moral de esos médicos que salvan vidas a miles de kilómetros de sus casas, de los cooperantes anónimos, de los mineros que rescatan a sus compañeros jugándose la vida y se quiebran como un niño cuando alcanzan la meta. Gente de mirada limpia.

Lejos de los uniformes verde oliva, los payasos catódicos que no hacen gracia a nadie o los consumidores naturales de bótox cuyo patrimonio se multiplica solo por obra y gracia de Harry Potter.

Uribe, Calderón, Chávez, la familia Castro, el matrimonio Kirchner, Alan García, Evo el nutricionista... todos de vacaciones -los tontos en casa y pagados por la Seguridad Social- en algún planeta muy, muy lejano. Más allá de la Puerta de Tannhauser. Seguro que América Latina tiene 20 Lulas entre sus jóvenes, la generación más preparada de su historia.

El viejo marinero llora por todo lo que aún queda por hacer.

lunes, 29 de marzo de 2010

Mierdas del Riachuelo


La FAO acaba de publicar un informe sobre el hambre en la República Argentina que deja a su gobierno a la altura del betún. Tratándose de un organismo internacional, queda poco espacio para hablar de complot de los medios de comunicación contrarios a los Kirchner.

Con una población que no alcanza los 41 millones de habitantes y una superficie de 2.780.000 kilómetros cuadrados, la Argentina no puede, no sabe o no quiere dar de comer a su gente. La responsabilidad es colectiva y supera el ámbito del propio gobierno.

Informes de esta clase hacen pensar en la necesidad de una Revolución Francesa en las tierras donde surgió el tango. En lugar de Luis XVI y María Antonieta, disponemos de una gente que está demasiado ocupada en incrementar su patrimonio personal, así que vaya con la diferencia.

Un país que tiene una presidenta que se declara de izquierda, que se preocupa de su imagen exterior hasta el punto de autoagredirse con bótox, con tipos rubios que juegan al polo, mucho fútbol para que nadie se detenga a pensar en lo esencial, gente linda que se pasea por el mundo, veranea en Punta del Este o saca todo su dinero al exterior, "¿todo bien?", y también esto:

Los datos que aparecen en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), han dejado perplejos –y avergonzados- a muchos argentinos.

Con un 0,65% de la población mundial, el país produce el 1,61% de la carne y el 1,51% de los cereales que se consumen en el mundo. Sin embargo, en la misma Argentina hay nueve millones de niños que pasan hambre, de los cuales 2.920 mueren cada año por desnutrición.

En una visita guiada a Acuba, un barrio de chabolas ubicado a orillas del Riachuelo, uno de los cauces más contaminados de Sudamérica, se observa la siguiente escena: los pobladores extienden una red en el agua; cada tanto la sacan y revisan si han atrapado algún alimento.

"De los basurales que hay junto al río se desprenden restos de comida que la corriente arrastra. Lo que se pesca se lava con lejía para quitar la suciedad y se sirve a la mesa. El médico dice que es malo para la salud. De acuerdo, pero ¿cómo hacemos para que los chicos no lloren porque se les retuerce la panza?", pregunta, retóricamente, Ricky, uno de los 'pescadores' de Acuba.


Aparte de buscar comida, la principal ocupación de las 300 familias que habitan en chozas de madera y chapa es el 'cartoneo': desde muy temprano, los adultos recorren las calles de la capital con sus carros, recogiendo los cartones y los papeles que luego venden a las plantas de reciclaje. "Aquí no ha venido ninguno de esos políticos que reparte la ayuda del Gobierno a los necesitados. Para ellos Acuba es algo que no existe", reflexiona Ricky.

La persona más popular del asentamiento, la que todos invocan sin olvidar el "que Dios lo proteja" es Marcelo Rodríguez, fundador y proveedor único del comedor popular.

"Cada día damos de almorzar a 200 chicos. Antes, con lo que aportaba la Red Argentina de Alimentos (RAA) y con lo poco que yo podía sacar de mi sueldo, servíamos verduras y algo de carne. Ahora con el aumento de precios sólo arroz y patatas", señala Rodríguez.

Igual que la mayoría de las ollas comunes que se organizan en los barrios marginales, el comedor de Rodríguez no recibe un centavo del gobierno. De un gobierno que se dice 'progresista' y que suscribió la carta de 'Objetivos de Desarrollo del Milenio' de la ONU, que establece como prioridad principal, la erradicación del hambre y de la extrema pobreza.

"Que no digan que faltan recursos o que debemos esperar el día en que los ingresos estén mejor distribuidos, para terminar con este escándalo. Sólo en Buenos Aires se arrojan cada día, 12 toneladas de alimentos. Si en vez de confrontar a la Oposición, los políticos del Gobierno dedicasen unos minutos a planear como se aprovechan esos restos, se reduciría ostensiblemente el índice de mortalidad infantil. Pero ellos tienen el corazón de piedra", expresa Atilio Basile, un nutricionista que trabaja para RAA.

Para Juan Carr, dirigente de la organización Red Solidaria, los comedores populares representan una salida de emergencia, no la solución del problema. Carr coordina junto la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, un programa para crear granjas y huertas de cultivo en las zonas más afectadas por el hambre. El objetivo de los promotores del plan es aumentar de 550 mil a 900 mil, las huertas que ya proveen de verduras a los más necesitados.

"Creemos que si el proyecto avanza, para el 2016 el número de hambrientos se habrá reducido a la mitad. Espero que antes de irme de este mundo, en Argentina no haya niños que van a dormir sin probar alimentos sólidos", afirma Juan Carr.

Lo extraño es que no nazca un Ché Guevara cada día. Es como si San Martín aún estuviera estudiando en el Colegio de Nobles de Madrid. Como si en este año de 2010 en que se conmemora el bicentenario de la Revolución de Mayo hubiera que empezar por el principio, conquistando los derechos básicos. En un país que tiene tierra fértil y vacas para aburrir. Doscientos años perdidos. Hay que volver a reunirse en la Jabonería de Vieytes. Pero ya.