domingo, 17 de enero de 2010

Cierro los ojos y pedaleo


Cuando sueño el tiempo no es. Entonces es fácil volver a ser niño en los bosques de Ezeiza. La primera vez que logré mantenerme sobre una bicicleta (aunque un pérfido árbol detuvo mi carrera triunfal y la manopla derecha se me incrustó en el pecho).

En el hijo se puede volver. Capitanes de doce años con la ciudad a sus pies. El viento en la cara.

Mi bicicleta viene a buscarme. Cierro los ojos y pedaleo.

4 comentarios:

la stessa ma altra dijo...

pero qué belleza...

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Y yo sin enterarme de que tenías un blog...

Juanjo Solana

Anónimo dijo...

YO hace tiempo que ando reivindicando con los hechos la vuelta a la bicicleta, esa misma que retratas con cara de ilusión de doce años. Cuando quieras volvemos. Conozco cientos de salidas a la trampa laberíntica de Madrid.

MM... el que toca el violín.