Hoy participé en un "debate" con músicos conspiranoicos versión Heavy Metal. Creo no haber leído tantas memeces juntas en un solo lugar y en tan corto espacio de tiempo en toda mi vida. Pero lo más interesante es la manera de razonar, con la lógica de un chimpancé. Un chimpancé irritado, con síndrome de abstinencia y extremadamente violento.
En mis viajes a Cuba traté a mucha gente cercana a Fidel Castro. Me contaban que había un gremio que lo sacaba especialmente de quicio y al máximo: los músicos. Individualistas, tocapelotas, narcisistas. Incapaces de pensar más allá de sí mismos.
Pero dales la posibilidad de unir extraterrestres, malos malísimos peores que Lucifer y "chis" perversos y la parte de sus cerebros que controla las actividades más básicas de la supervivencia incluidas la agresividad, la dominación, la territorialidad y los rituales se activará al 1.000 por 100.
Quizá la capacidad musical esté estrechamente relacionada con el autismo, con alguna forma de percibir la realidad absolutamente distorsionada y ajena al pensamiento lógico. La imagen de un Mozart semiestúpido y con la crueldad de un niño sin educar tal vez no resulte tan descabellada. Eso explicaría la enorme cantidad de músicos que acaba en el psiquiatra y necesitan toda clase de píldoras para sobrellevar la existencia.
Quizá todos los errores que he cometido en mi vida -unos cuantos- tengan su origen en el hecho de que soy músico.
Me he quedado absolutamente de piedra al leer ciertas cosas. Gente que constituye un peligro para sí misma. Es un deber humanitario que esa gente no alcance ninguna cuota de poder.
Hoy comprendí por qué la SGAE es como es. No puede ser de otra forma. Prefiero la muerte a volver a discutir con un tonto conspiranoico extremo. Peor aún. Prefiero ver todas las películas de Garci.
martes, 28 de julio de 2020
Conspiranoicos
Etiquetas:
conspiranoicos,
Garci,
illuminati,
Mozart,
músicos,
narcisistas,
psiquiátrico,
SGAE,
violencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario