jueves, 4 de febrero de 2010

La izquierda incompetente


A nadie se le escapa que las diferencias entre izquierda y derecha en el panorama europeo resultan cada vez más imperceptibles. Si acaso un ligero barniz social, pero lo paradójico es que si la rueda productiva se detiene no hay con qué hacer frente a los gastos sociales. En medio de una profunda crisis como la que está viviendo España cabe pensar que para aplicar las recetas del FMI y el Banco Mundial o seguir los dictados de los grandes poderes multinacionales -que es lo que terminan haciendo los gobiernos de la izquierda europea- sería mejor contar con verdaderos profesionales en lugar de patéticos aficionados.

El espectáculo que está dando el gobierno de Zapatero en estos últimos meses es muy lamentable. Su gabinete practica una política errática que consiste en lanzar toda clase de globos sonda con medidas descabelladas que, una vez contestadas por todos los sectores de la sociedad, son retiradas a toda prisa. Dan la impresión de no tener ni plan A, ni plan B ni nada de nada. Sólo una serie de "ocurrencias".

La gestión de la crisis ha sido -está siendo- nefasta. La imagen que proyecta al exterior el propio presidente del gobierno que, entre otras cosas, no habla una sola palabra de inglés (¡después de seis años de gobierno! ¿No hay presupuesto en La Moncloa para pagarle unas clases particulares o es que lo que Dios non da Salamanca non presta??) es irritante. Hoy te exigen hablar inglés hasta para lustrar botas. A todos menos al presidente del país. Da mucha penita. Europa se mofa de España.

Es muy extraño que con semejante gobierno la derecha no haya logrado los apoyos necesarios para llevar a buen puerto una moción de censura. Más fácil no se lo pueden poner.

La otra consideración es que los socialistas llevan casi seis años en el gobierno y la alternancia en el poder oxigena el sistema. Así ocurrió en Inglaterra durante todo el siglo XIX. El período de los cien años de esplendor que van de 1815 -el final del delirio napoleónico- a 1914 -el comienzo de la Primera Guerra Mundial y principio del fin para la hegemonía europea. El brillante trabajo de Karl Polanyi, The Great Transformation, analiza a fondo los múltiples cambios que supuso esta etapa crucial. Un libro para leer varias veces.

Debería estar limitado por ley el tiempo de permanencia en el poder de un determinado político. En este sentido, Aznar, que no es santo de mi devoción, tuvo un gesto de grandeza al no presentarse a la reelección en 2004. Ocho años fueron más que suficientes.

La izquierda está desorientada. No sabe qué hacer para salir de la crisis. El mes de enero se ha cerrado con 125.000 parados más. Obviamente, las empresas aprovechan la coyuntura para eliminar lastre, pero eso no quita que el sistema productivo español sea el menos productivo del planeta y que no exista un modelo alternativo al delirio del ladrillo. Hasta Almunia -socialista de pro- no tiene reparos en declarar que España comparte graves problemas estructurales con Grecia y Portugal.

La sensación general que provoca este gobierno de ZP es de duda permanente, de no saber si es de día o de noche, invierno o verano, lo cual está muy bien para un intelectual o para un artista, pero no para un cirujano o un gobernante. Zapatero parece un buen chaval. Ni mata ni roba. Pero cuando el avión tiene que hacer un aterrizaje forzoso uno querría a los mandos a alguien con más credenciales que ser majete y tener una sonrisa de Gioconda.

Hace años que la izquierda socialdemócrata europea ha adoptado las políticas propias de la derecha. Ergo, en situaciones de crisis sería mejor que pilotaran los "originales", no las imitaciones. Para salir de esta tormenta perfecta sería mejor contar con tipos acostumbrados al manejo de mucha guita desde la cuna, gente que no tenga que preocuparse de robar porque ya lo hicieron sus abuelos. Así pueden estar a lo que hay que estar. En este momento, España necesita gente que sepa hacer su trabajo. El gobierno del PSOE ya ha mostrado todo su arsenal: aumentar impuestos y disparar el déficit. Planes como el Plan E parecen salidos de la mente de una personalidad borderline. Y lo pagamos entre todos. Uno de cada cinco españoles está en el paro y al gobierno se le ocurre aumentar las cargas fiscales. Los cruces de declaraciones contradictorias sobre el futuro de las pensiones asustan. Conste que digo todo esto con pena. Voté socialista en 2004 y en 2008. Más por el espanto que en mí producían los Trillo, las Esperanzas, el Opus en pleno, el Cid Campeador, etc. que por el talento demostrado en el campo de batalla por las huestes del puño y la rosa. Hubo medidas sociales muy valientes del primer gobierno Zapatero, cosas que quedarán en la historia. Pero desde que la crisis le ha estallado en las manos -hay que recordar que hacia finales de 2007 y comienzos de 2008 el ejecutivo se negaba a llamar a las cosas por su nombre- el gobierno ZP ha mostrado a las claras su incompetencia total. Dos años más de esta deriva hacia ninguna parte podrían ser letales.

La reciente bofetada en la cara de Zapatero de Obama (un líder progresista, supuesto aliado) pone de manifiesto que nuestro país apenas cuenta en la escena internacional y la influencia de nuestro presidente es equivalente a su conocimiento de la lengua de Shakespeare. Como en España es impensable un gobierno de concentración nacional para salvar los muebles -para eso haría falta una altura de miras que está fuera del alcance de la presente generación de políticos- lo mejor sería adelantar las elecciones. O eso o una remodelación del gabinete en pleno "contratando" gente que sepa de qué habla y una reducción de los ministerios y los funcionarios a la mitad. Es la oportunidad del PP para presentar una opción razonable con Gallardón a la cabeza (no lo va a hacer, obviamente). También podrían fichar gente brillante que fuera independiente, siguiendo el ejemplo de Sarkozy. De esta manera, se asegurarían el apoyo de sectores moderados de la sociedad que ven a los ultraliberales como un peligro mayor. El caso es salir de la ruta hacia el desastre con el mejor gobierno posible o mejor dicho: el menos malo.

Pero bueno... no todo es color de hormiga. Aquí vienen en nuestro auxilio la pareja del siglo: el matrimonio Kirchner y sus alucinantes progresos en el mundo de la guita fácil (¿Quiere ser millonario? ¡Pregúnteme cómo...!) Los Kirchner nos demuestran que cualquiera puede hacer dinero. Basta alcanzar la presidencia de un país latinoamericano. Por simple comparación, el gobierno de España, en el que no son extraños los incompetentes y los lameculos, aparece como el colmo de la integridad. En el país de los ciegos, ya se sabe...

No pasa un solo día sin que el prestigio adquirido por Néstor Kirchner en sus años de Gobierno, tras el descalabro de 2001, vaya reduciéndose paulatinamente, hasta el punto de convertirse en una carga para su esposa, la hoy presidenta de Argentina, Cristina Fernández, inmersos ambos en una caída de popularidad que no parece tener fondo.

En un nuevo capítulo de sus problemas judiciales por presunta corrupción, enriquecimiento ilícito y malversación de fondos públicos, la opositora Coalición Cívica anunció ayer que presentará una querella contra el ex mandatario por haber comprado dos millones de dólares (unos 1,4 millones de euros al cambio actual) en octubre de 2008, en la víspera del estallido de la crisis financiera internacional. La operación, que se conoció hace pocos días y que ha sido calificada de "legal" por la Casa Rosada, ha recibido el repudio generalizado de la sociedad y de la clase política en Argentina, donde semejante cantidad de dinero, al cambio, es una auténtica fortuna. El Gobierno ha reconocido que en la operación participó la presidenta, que será también parte acusada en la denuncia.

Kirchner se defendió ayer de sus acusaciones al alegar que había utilizado el dinero para adquirir "una participación en el accionariado de HOTESUR S.A., firma propietaria del inmueble hotelero denominado Hotel Alto Calafate" (en la Patagonia). Y rubricó que "no existió posibilidad de beneficio al hacer el cambio de divisas, toda vez que el pago realizado fue en la misma moneda por la cual se efectuaron dichas adquisiciones de moneda extranjera", en un correo electrónico enviado al periodista radiofónico Víctor Hugo Morales. El ex mandatario niega el reproche de la oposición de que utilizó información privilegiada para hacer una jugosa operación de compra de divisas antes de la debacle económica.

El matrimonio Kirchner, de conocida retórica anticapitalista, presentó en diciembre de 2008 una declaración fiscal jurada que cifraba su patrimonio en 8,5 millones de euros, casi el triple de lo que valía en 2007 (3,2 millones), y siete veces más de su valoración en 2003, cuando Néstor Kirchner fue elegido presidente de un país asolado por la bancarrota de 2001 y una gravísima crisis política y social. Ello derivó en una causa judicial que fue cerrada, no sin polémica, por el juez federal Norberto Oyarbide en diciembre del año pasado.

La querella anunciada ayer remite al delito previsto en el artículo 268 del Código Penal, que contempla sanciones para el funcionario público "que con fines de lucro utilizare para sí o para un tercero informaciones o datos de carácter reservado de los que haya tomado conocimiento en razón de su cargo". El argumento de la Coalición Cívica es que la presidenta tuvo acceso a información reservada de la que supuestamente se valió su marido para decidir el momento apropiado para la adquisición de divisas. En su edición de ayer, el diario La Nación informaba de que, sólo entre 2005 y 2008, Néstor Kirchner ganó unos 315.000 euros por diferencias de cambio de sus depósitos en moneda extranjera.

No puede decirse que el año 2010 haya comenzado bien para el matrimonio K. Desgastado por el conflicto con el campo, el acoso a la prensa, la inestabilidad económica, la manipulación de las estadísticas oficiales, el aumento de la inseguridad y la multiplicación de su fortuna personal, ve ahora cómo empieza a resquebrajarse incluso la férrea unanimidad impuesta por Néstor Kirchner en su propio partido, el Frente para la Victoria.

Su gran aliado al frente del peronismo, el líder sindical Hugo Moyano, sostuvo la semana pasada que "algunos muchachos no están muy de acuerdo" con el modo de conducción de Kirchner en el partido, aunque se retractó posteriormente y negó cualquier descontento interno. El mismo día, el ex presidente acudía a 6, 7, 8, un popular programa de la televisión pública, para ser entrevistado por un grupo de periodistas. Obtuvo un 2,1% de audiencia, el seguimiento más bajo de su franja horaria. Algo inimaginable hace un par de años.

2 comentarios:

Carlina dijo...

Hola Martin. Es difícil hacer un breve comentario sobre esta nota pero lo intentaré. 1)Es muy mal argumento sostener que la derecha debe gobernar porque sabe robar. Y entiendo perfectamente la desesperación que genera la situación de crisis mundial que estamos viviendo. 2)Los K son la democracia posible -y no defendible-, y representativa de un país devastado ante el reparto de mucho para unos pocos cada vez más pocos, entre los que se encontraran ellos, pero como un claro ejemplo del "aca todos roban porque yo no" 3)El problema es que el futuro se avisora peor y no podemos permitir que la solución sea más dictaduras y muertes para América Latina que ya está invadida por el innombrable país imperialista, así como está rodeada China, porque todos los países asiáticos que la circundan están ocupados por la misma amenaza, -puede parecerte una locura pero hay información internacional al respecto-. 4) De un lado y del otro ¿que nos queda? ¿habrá alguna manera de saber cuál es el talón de aquiles de unos y otros para que no nos 'conquisten de nuevo' llevandose todo? Un abrazo. Carlina

Martin Rasskin dijo...

Hola Carlina. Gracias por tu comentario. Como diría Jack el Destripador, vamos por partes...
El comentario sobre que la derecha roba mejor -o es más profesional- se refería a un contexto europeo antes que latinoamericano.
En el caso de América Latina puede decirse sin lugar a dudas que todas las fuerzas políticas roban por igual.
Además, se trataba de un comentario irónico sobre cuánto se parecen.
Obviamente, me estaba refiriendo a una derecha "constitucional", de corte europeo, que acepte las reglas del juego democrático, no a la derecha salvaje de los años setenta en América Latina. No es lo mismo.
Y repito, en la nota me refería a la coyuntura española, donde la pretendida izquierda (que gobierna en lo económico como si fuera la derecha) está más que desorientada.
Dicho esto, veo que en tu comentario utilizas argumentos que apuntan a que la situación presente y futura de América Latina está fundamentalmente determinada por nuestro vecino del norte y el nuevo gran actor internacional que es China. Una suerte de "complot" de las fuerzas del mal para impedir que salgamos de nuestro atraso. Y ¿qué me dices de Brasil? Que yo sepa está en Latinoamérica también y, al parecer, tiene todos los boletos para ser potencia de primer orden. ¿No tendrá "algo" que ver nuestra gente y nuestros queridos gobernantes en nuestra situación? ¿Por qué culpar siempre a otros de nuestras desgracias? Es una canción muy, muy vieja que vengo oyendo desde que nací. Y vos sos extremadamente joven para un discurso tan antiguo. Hay que proponer ideas nuevas.

Un beso y gracias por participar!