Acabo de ver una película que me gustaría recomendar: Precious.
Se trata de una pequeña obra maestra que, con un presupuesto contenido, logra hacer lo que debería hacer cualquier obra de arte: causar conmoción, como si fuera un directo a la mandíbula. Algo tan simple y a la vez tan inalcanzable para el noventa y nueve por ciento de las “cosas” que se autopresentan como tales.
En una época donde prima el discurso o la necesidad de afectar a las conciencias desde un punto de vista ideológico –nunca se ponderará suficientemente la cantidad de arte pésimo, con “mensaje” pero pésimo, que ha generado la pleitesía a una determinada orientación política– encontrarse con una obra simple y directa que apela a conflictos de naturaleza profundamente humana resulta, cuando menos, sorprendente.
Precious habla del incesto pero va mucho más allá. Habla de las frustraciones, de las posibilidades de salir de una vida determinada por unos progenitores diabólicos, por un cuerpo que parece una condena a cadena perpetua, por un ambiente que invita al suicidio. Habla de las posibilidades de la iluminación en medio del túnel más oscuro, sin herramientas, sin esperanza.
Habla de la omnipresencia de la televisión y las sobredosis de comida basura como símbolo de la demencia colectiva, de este mundo presidido por el consumo desaforado y la estupidez enarbolada como estandarte.
El nivel interpretativo de la protagonista y de otros personajes de la película –la madre de Precious es increíble– es simplemente magistral. El montaje y el trabajo de postproducción de imagen alcanzan una gran altura, convirtiendo a la película en un lienzo que roza los paisajes imaginados de Rothko.
La música es absolutamente genial, de principio a fin. Música que mueve el cuerpo y vivifica el alma. Ahí están en la propia película Lenny Kravitz y Mariah Carey, como ángeles casi de incógnito.
La raíz del conflicto dramático, el incesto, es uno de los tabúes de nuestra civilización. Mucho más presente de lo que se cree (hoy mismo sale en la prensa la historia de dos individuos que se prestaban mutuamente a sus hijas para someterlas a toda clase de vejaciones), se trata de una cuestión muy grave que a menudo se silencia y afecta profundamente las posibilidades de desarrollo de las personas.
Está en el origen de nuestra propia tradición cultural. Al leer el Antiguo Testamento la primera parte donde mi yo infantil se atascaba –había muchas más– era: “Adán y Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel. Caín mató a Abel y fue condenado a vagar a perpetuidad al este del Edén”. Hasta ahí todo muy bien. Pero ¿qué pasó después?
“Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara”.
OK. O sea que Caín temía por su vida. ¿Pero quién podría asesinarlo? ¿Su madre? ¿Su propio padre?
Y más tarde, cuando Caín se marcha hacia el lejano oriente (del Edén, se entiende), hacia Nod...
“Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama”.
¿Y la mujer de Caín? ¿De dónde la sacó? ¿La conoció en un bar de carretera de Nod, en un chat, en Meetic.com…? ¿Sonaba Stand by Your Man en la gramola? Pero ¿acaso la única mujer sobre la tierra en ese momento no era Eva, es decir, su propia madre? ¿Significa esto que Caín tuvo relaciones incestuosas? Esto explicaría el hecho de que haya tanto burro pastando en los campos del Señor.
Más adelante en el Libro de Libros la cosa aparece de forma aún más explícita. En Génesis 19, 31-36 las hijas de Lot emborrachan a su padre y se acuestan con él:
La mayor dijo a la pequeña: "Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo (menudas eran las hijas de Lot…).
Ven, vamos a darle vino a nuestro padre, nos acostaremos con él y así engendraremos descendencia." En efecto, dieron vino a su padre aquella misma noche, y entró la mayor y se acostó con su padre, sin que él se enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó. Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: "Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre descendencia." Propinaron, pues, también aquella noche vino a su padre, y levantándose la pequeña se acostó con él, sin que él se enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó.
Las dos hijas de Lot quedaron encintas de su padre”.
La forma de contar este incesto en la Biblia (la cita que he utilizado es textual) es de por sí más que sospechosa. ¿Hijas que emborrachan al padre y "abusan" de él? Qué extraño... juraría que en el 99,999999 por ciento de los casos es al revés. ¿Cuántas mujeres participaron en la redacción de los Sagrados Textos? Una o ninguna, me temo.
Como cabe comprobar, el incesto no es un elemento extraño a nuestra propia cultura, pretendidamente superior y sofisticada.
¿Cuántas generaciones nos separan de la promiscuidad generalizada o del canibalismo? Es bien sabido que en situaciones extremas los seres humanos recuperan comportamientos atávicos. Los prisioneros alemanes que sobrevivieron al cataclismo de Stalingrado (unos 90.000) practicaron el canibalismo en los campos. Los que lo hacían podían reconocerse por el matiz intensamente rojizo de sus rostros. Lo mismo ocurrió en los Andes con los supervivientes del avión uruguayo que se estrelló en 1972.
No hace demasiado tiempo que los indios caribes practicaban la antropofagia. Diego Álvarez Chanca, médico de la segunda expedición de Colón al Nuevo Mundo, escribe una carta al Cabildo de Sevilla contando que “muchas vezes salimos a tierra andando por sus moradas e pueblos que estavan a la costa, donde hallamos infinitos huesos de ombres e los cascos de las cabezas colgados por las casas a manera de vasijas para tener cosas”.…“Allí conocimos cuáles eran caribes de las mugeres e cuáles no, porque las caribes traían en las piernas en cada una dos argollas texidas de algodón, la una junto con la rodilla, la otra junto con los tobillos…”
“Esta gente salta las otras islas, que traen las mugeres que pueden aver, en especial mozas y hermosas, las cuales tienen para su servicio e para tener por mancebas, e traen tantas que en cincuenta casas ellos no parecieron y de las cautivas se vinieron más de veinte mozas.
Dicen también estas mugeres que éstos usan de una crueldad que parece cosa increíble, que los hijos que en ellas han se los comen, que solamente crían los que han en sus mugeres naturales.
Los ombres que pueden aver, los que son vibos, llevánselos a sus casas para hazer canecería d´ellos y los que han muerto luego se los comen; dizen que la carne de ombre es tan buena que no ay tal cosa en el mundo, y bien parece, porque los huesos que en estas casas hallamos, todo lo que se puede roer todo lo tenían roído, que no avía en ellos sino lo que por su mucha dureza no se podía comer.
Allí se halló una casa, cociendo en una olla, un pescuezo de un ombre. Los mochachos que cautivan cortánlos el miembro e sírvense de ellos fasta que son ombres y después, cuando quieren fazer fiesta, mátanlos e cómenselos porque dizen que la carne de los mochachos e de las mugeres no es buena para comer.
D´estos mochachos se vinieron para nosotros huyendo tres, todos tres cortados sus miembros”.
Por cierto, ¿alguien vio a Curro…? ¿No se había marchado de vacaciones al Caribe?
A pesar de los pesares, Precious es una historia de luz. De alguien que quiere enterrar definitivamente el horror y volver a empezar como sea. La maestra, que recuerda a la fantástica y algo naif To sir, with love con Sidney Poitier, aparece como un elemento central de la historia. La posibilidad de la iluminación a través del contacto con la sabiduría y la bondad.
El mal absoluto como complemento de la ignorancia más profunda: el veneno que la televisión intenta llevar hasta nuestras mesas todos los días. Para escapar de su insoportable realidad, la protagonista tiene flashes en los que se imagina la reina de un programa estilo los de Oprah Winfrey. La diferencia entre realidad y deseo no puede ser más sangrante. La influencia de la televisión en el inconsciente colectivo alcanza rango de patología crónica.
Desengancharse de la televisión es posible. Es una droga dura, pero se puede salir. Hace dos años, a causa de una separación, decidí empezar de cero y eliminar de la dieta diaria la televisión. Mi cerebro aún se está recuperando del poderoso influjo de la radioactividad catódica, como demuestra mi estúpida pregunta sobre el destino de Curro, un personaje de anuncio televisivo de los noventa. Es posible que se hayan producido daños irreversibles... Tomen nota.
Desde aquí invito a todo el mundo a que haga lo mismo. Los resultados sólo pueden ser positivos.
Precious es una película para ver. Y está dedicada, con amor, "a todas las Precious del mundo". El triunfo de San Jorge sobre el dragón que acecha en el interior de todos nosotros.
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2 comentarios:
tenía ganas de ir a verla, pero ahora tengo el cuádruple de ganas... me gustan estos escritos tuyos en los cuales impregnás al que lee de energía para pensar,leer, comprender, accionar y muchos etcéteras...
A ver...varios temas a la vez...rescato el de la televisión. Coincido totalmente. Además me resulta particularmente perverso que "la gente" crea que lo que hay en la tele es la realidad. ¿como no sabés quien es tal? ¿Donde vivís? Vivo en tu misma ciudad, pero mi nivel de colesterol cerebral se está reduciendo porque no comparto tu realidad televisiva. Voy a escribir sobre eso. Urgente!! Gracias brother!!
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