jueves, 21 de octubre de 2010

Karla's Arrival

Ayer acudimos todos a un pase privado (la película aún no se ha estrenado) de Karla's Arrival en la Fundación Carlos de Amberes.

Fue realmente emocionante ver la película terminada y regresar a las calles de Managua. Por fin! La historia, el equipo, la forma de tratar un tema tan delicado como la vida de los niños que nacen en la calle... filmado y montado con una sensibilidad exquisita y una mirada llena de vida, huyendo del melodrama a que nos tiene acostumbrado el género.

La mayor parte de los espectadores eran ciudadanos holandeses, ese país increíble en donde increíblemente asciende la extrema derecha (¿anuncio quizá de nuevos tiempos de oscuridad para Europa? Las crisis económicas engendran monstruos...). Aap... Noot... Alstublieft... No hacía falta: todos nos entendíamos con la mirada. El corazón habla una y la misma lengua.

Karla vino al mundo hace ahora más de un año. Cómo protegerla de un futuro incierto, cómo proteger a todos los que esta noche dormirán en un parque. Cómo encarar el problema de aquellas personas que han cruzado una línea que la mayor parte de las veces resulta definitiva. La realidad esencial de la locura sin esplendor alguno. De niñas que han sido violadas incluso en el seno de sus propias familias y se han largado a la calle con lo puesto. En una sola mirada de Sujeylin, la madre de Karla, hay más verdad que en todos los libros de filosofía juntos.

Como cuando tras el asesinato de la maravillosa viuda encarnada por Irene Papas -la mujer más seductora del mundo después de Laura Espejo-, Zorba se encara con el joven británico que interpreta Alan Bates y le pregunta por qué existe la muerte. "No sé la respuesta, Zorba". "Entonces, ¿de qué te sirven todos tus libros?", le contesta el griego.

Los libros sirven para calmar la angustia que produce la realidad de la muerte, pero hay seres que abandonan sus cómodos sillones burgueses y, a pesar de conocer de antemano el resultado final, no se sabe cómo, van y ganan la partida.

En la relación entre Karla y su madre hay más escenas de cariño y contacto físico que en muchas casas de biempensantes durante toda una vida. El misterio de padres que no deberían serlo nunca.

Well done, Koen! Ha sido un privilegio formar parte de la tripulación. Rumbo oeste, cuarta al sudoeste. Un viaje mágico, directo al corazón. Dank U!

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Gracias a esas cosas que tiene Internet acabo de recuperar una voz del pasado. Mi primo, Gabriel Aisenberg, ha aparecido después de ¡¿treinta y tres años?!

Es médico, vive en Houston y atiende a gente que no puede pagar una consulta. Hay personas que hacen que valga la pena vivir. La solución definitiva está en el compromiso individual. No hay que darle más vueltas.

1 comentario:

Koen dijo...

Gracias por la reseña Martin! Fue una alegria tenerte presente entre tanto Holandés, y un placer conocer al resto de tu familia. -Koen