sábado, 5 de marzo de 2011

Desinstalando dictadores


Lo que está sucediendo desde finales de 2010 en el mundo musulmán da para hablar largo y tendido. El papel de Internet ha sido primordial. La clave está en la comunicación de abajo hacia arriba. Un vídeo colgado en un blog, Twitter, Facebook, pueden más que todos los medios de comunicación gubernamentales juntos. Hasta los chinos han tomado buena nota de lo que ocurre cuando se ignora olímpicamente a la población.

De todos los dictadores y dictadorzuelos en activo en este planeta, el coronel Gadafi es para echarle de comer aparte. El libio, que lleva en el poder "sólo" 42 años, hace que Chávez parezca un tipo serio. Hasta Berlusconi podría pasar por un interlocutor válido a su lado. Qué decir de sus hijos, sus jaimas, sus estudios en Londres. Ridiculizar a Gadafi no requiere demasiada postproducción: ya se ha convertido en una estrella de You Tube. Dispuesto a morir en su búnker como un tal Adolfo, Gadafi va a entrar por derecho en el panteón de locos egregios a los que la vida de su propia gente les importa poco y nada.

Más allá de cualquier consideración política -la cobardía de Europa, los intereses cruzados de Estados Unidos e Israel, los turbios negocios de los rusos y los chinos, lo que vaya a salir de todo esto y la posibilidad cierta de una radicalización islámica, mejor lo dejamos para otro día- brilla por encima de todo la valentía de una población asqueada por gobernantes que se perpetúan en el poder y encumbran a parientes y lameculos cortesanos. Un pueblo que constituye un ejemplo, ahora que Europa amenaza retroceder cien años en las conquistas sociales.

Es una buena lección para Occidente, que tiene la edad mental, la capacidad de correr riesgos, las patologías coronarias y el garbo de un jubilado alemán paseando por Benidorm (playa de Levante).

Hay que eliminar dictadores del sistema operativo global, en caso contrario, existe la posibilidad de un pantallazo azul generalizado.

No hay comentarios: