jueves, 31 de marzo de 2011

La energía eólica rompe moldes


En el mes que termina hoy, la producción de energía eólica en España se ha puesto en cabeza. Hay que precisar que se trata de energía producida, no la consumida. En términos de consumo nuestro modelo sucio sigue dependiendo de las importaciones. Ese modelo es el que precisamente hay que cambiar.

El viento es nuestro, no produce plutonio ni contaminación de los alimentos, no genera residuos peligrosos, no provoca mareas negras. Si la energía eólica ha logrado ser la número uno, ¿no cabría pensar en un mix energético de renovables -donde se aprovechara todo, la eólica en tierra y en el mar, la solar en todas sus vertientes, la hidráulica, la minieólica, biomasa, células de combustible, la maremotriz, modelos como el que se intenta implantar en la isla de El Hierro, en el que se bombea agua a depósitos elevados y se reutiliza una y otra vez, etc.? Esto, obviamente, acompañado de drásticas medidas de eficiencia y ahorro energético. Viento y sol hay prácticamente en todas partes del globo. Como nuestro modelo se basa en la desigualdad, es decir, en que unos viajen en AVE y en Business y otros vivan en la Edad de Piedra, es obvio que no interesa para nada desarrollar y perfeccionar modelos a gran escala que eliminen la esclavitud del comercio energético y la dependencia de los grandes grupos de presión.

La única forma de hacer que los gobiernos entiendan el clamor de la calle es lograr que se vayan a casa. Hoy más que nunca resulta necesario un análisis en profundidad de nuestro modelo energético. En Alemania ya se han dado los primeros pasos. Merkel ha salido derrotada en un feudo tradicional de su partido y los verdes se han alzado con la victoria.

Ni un voto más para los partidos supeditados a los intereses de las grandes empresas. Todos tenemos algo que decir sobre esta cuestión.

Ahora quieren hacer "tests de stress" de las centrales nucleares y los lobbies afirman que un terremoto de grado 9 y un tsunami como el de Japón son prácticamente irrepetibles. ¿Acaso creen que la gente es imbécil? ¿Cuál es el grado real de la seguridad de las más de 400 centrales nucleares que funcionan en el mundo? ¿Cuánto le costaría a un grupo de iluminados atentar contra dichas instalaciones generando un desastre sin precedentes? Si pudieron derribar la Torres Gemelas violando el espacio aéreo de Nueva York, hacer estallar los trenes de Atocha, matar gente en el metro de Londres... qué no podrán hacer con las medidas de seguridad estándar. Los propios franceses, con más de cincuenta centrales nucleares en su territorio confiesan que no cabe excluir la posibilidad de un accidente grave.

En el último "Informe Semanal" se incluía la filmación de una supuesta "sesión de crisis" nuclear en España. Imposible determinar si reír o llorar ante aquella patética visión. En caso de un desastre de verdad no hay escapatoria.

Cuando alguien hace el cálculo de lo que cuesta el petróleo o la energía nuclear ¿también coloca en la hoja de Excel costes a largo plazo como los efectos sobre la salud de las personas, las mareas negras, los costes de almacenamiento del combustible nuclear inservible, la posibilidad de accidentes como Chernóbil, Three Milles o Fukushima, la contaminación atmosférica en las ciudades, etc.?

Tenemos científicos, gente preparada en todas las disciplinas, la ciencia de hoy en día funciona como un gran cerebro colectivo, en donde el conocimiento y los nuevos hallazgos se transmiten a la velocidad de la luz. Cuando se planteó el proyecto genoma, la comunidad científica aunó esfuerzos y resolvió muchas de las cuestiones planteadas en tiempo record.

En esto ocurre como en la cuestión de las enfermedades raras. Como no resultan rentables para las empresas farmacéuticas, la gente que las sufre está desahuciada.

¿Quién determina lo que es rentable y lo que no? El cambio está al alcance de la mano. Es cuestión de dejar de vivir como suicidas aburguesados, con el cerebro bóvido de un nuevo rico y comenzar a trabajar a largo plazo, en transición hacia un modelo más armónico.

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La energía eólica confirma la importancia que ha adquirido para cubrir la demanda eléctrica sin comprometer en exceso el medio ambiente ni la balanza comercial. En marzo, la energía generada a partir del viento ha sido la tecnología con mayor producción eléctrica por encima del resto, según Red Eléctrica de España (REE). Además, tal y como ha destacado la patronal del sector, su aportación ha permitido reducir las importaciones de hidrocarburos en 250 millones y evitar la emisión de 1,7 millones de toneladas de CO2.

El viento ha permitido reducir las importaciones de hidrocarburos en 250 millones y evitar la emisión de 1,7 millones de toneladas de CO2

Esta es la primera vez que la energía eólica supera al resto de tecnologías como la de ciclos combinados de gas o la nuclear, últimamente muy cuestionada a raíz de la tragedia de la central de Fukushima en Japón. Según los datos oficiales, los parques eólicos han cubierto un 21% de la demanda y han marcado un récord mensual, con una generación de 4.738 GWh, un 5% más que en marzo del 2010 gracias a los días de viento registrados a lo largo del mes.

El conjunto de las tecnologías renovables cubrió en marzo el 42,2% de la demanda de electricidad, por debajo del 48,5% del mismo periodo de 2010, debido a que la producción hidráulica del año pasado fue mucho más elevada. Asimimo, en el conjunto del primer trimestre del 2011, las fuentes renovables han cubierto un 40,5% de la demanda, algo menos que en el mismo periodo del 2010, cuando alcanzaron un 44%. Además, en el mes, el 57,9% de la electricidad se generó con tecnologías que no emiten CO2 gracias, precisamente, al tirón de la eólica.

En todo 2010, las renovables sí fueron la primera fuente de generación de electricidad con un 32,3% de la producción eléctrica -siete puntos porcentuales más que en 2009- y el 13,2% de la energía final consumida.

La nuclear, la segunda

Volviendo a los datos de marzo, la segunda tecnología en generación fue la nuclear con un 19% del total, la hidráulica representó el 17,3% mientras los ciclos combinados alcanzaron el 17,2%. A continuación, la cogeneración y otros fueron las responsables del 15% mientras el carbón y la solar cierran la clasificación con un 12,9% y un 2,6%.

Desde el sector, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha destacado que ha producido en marzo electricidad suficiente para cubrir el consumo de un país del tamaño de Portugal. Gracias a su aportación, además, no ha hecho falta tener que importa hidrocarburos para generar electricidad en marzo por valor de 250 millones de euros. Junto a ello también se ha evitado la emisión de 1,7 millones de toneladas de CO2 en marzo, el equivalente a plantar 850.000 árboles, y ha desplazado en el mercado a tecnologías más caras, añade la patronal.

En su opinión, el empuje de la energía generada por el viento fue la principal razón por la que 2010 fue el primer año en que España tuvo un saldo exportador de electricidad con Francia. El coste medio anual del mercado de electricidad español fue aquel año de 38 euros por megavatio hora (MWh), frente a los 47,5 euros MWh de Francia. "Este hito histórico alcanzado por la eólica demuestra que esta energía, además de ser autóctona, limpia y cada vez más competitiva, es una realidad capaz de abastecer ya a trece millones de hogares españoles", ha enfatizado el presidente de la AEE, José Donoso.

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