Fukushima y el plutonio ya no son noticia de portada. Hasta que aparezca Godzilla por las calles de un Tokio posnuclear comiéndose a los supervivientes mutantes, la prensa seguirá ocupándose de lo que realmente importa: los osos panda, la reina, faisanes, "la roja", el novio de Belén Esteban, "el patatal"...
Hay que serenarse, la Agencia nuclear japonesa acaba de emitir un informe analizando la población de salmones cercanos a Fukushima. La conclusión es que no sólo son aptos para el consumo humano, sino que debido a su color verde y a su sabor hormigueante, no será preciso acompañarlos con wasabi. Las trazas de yodo, además, son el equivalente a dos dosis de betadine diarias, por lo que se estima que su consumo será beneficioso para reducir aftas y úlceras de estómago, mejorar el aliento de los consumidores y contribuir así al bienestar general de la población.
¿Y no será que la prensa de todo color y condición está metida en el ajo hasta el tuétano?
Tímidamente, algún medio de comunicación recuerda la epopeya de los niños de Chernóbil y que 25 años después los efectos de la radiación siguen ahí.
En dos años, todo olvidado y a construir más nucleares! Belcebú ya puede irse de vacaciones que nos ahorcamos nosotros solitos.
miércoles, 30 de marzo de 2011
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