viernes, 25 de agosto de 2017

Mina de tango comme il faut

Anoche bailé con una mina de tango que tenía una sonrisa que te atravesaba. ¿Una mina que baila gotán y que no para de sonreír? ¿Me habré equivocado de sitio? ¿Dónde está la cara de muerta viviente? ¿Dónde quedó la mirada despectiva, el silencio sepulcral, el no sé ni quién eres?

Pues, sí. Sorpresas te da la vida.

Andrea Venturini me invitó a cantar un tanguito en la milonga del Hondo Bajo Fondo. Fue Nido Gaucho, en la versión original de Di Sarli. Qué tangazo.

Después, cerramos la sesión en el Siwa (calle Ballesta, entre putas y cafishios), el lugar más tanguero que conozco.

Cayó un cantor de Buenos Aires y estuvimos haciendo un mano a mano de tangos y milongas. Como en el viejo barrio. Momentos de gran intensidad poética. Cafetín de Buenos Aires, Malena, Tal vez será su voz, Garúa, Corrientes y Esmeralda, Por una cabeza, ¡Fueron tres años...!

Mi compadre Mauricio no pudo asistir. Acompañó brillantemente Damián a la guitarra y el que suscribe cazó la viola en varias ocasiones.

Logramos que hasta Julio cantara un tango. Qué magia inigualable tiene esta música, por Tutatis.

Rematamos la faena bailando de madrugada. No había ningún "purista pro" en la sala, así que todo fue como la seda. A los puristas pro habría que fletarlos a Marte, su planeta natal. Hablaré personalmente con Elon Musk. Es un tipo con la cabeza bien amueblada, seguro que no pone pegas. Es preciso ensayar con ciertos individuos el proyecto de migración al planeta rojo. Si la cosa va mal siempre pueden quedarse ahí, con su cara de culo perenne. Nadie los echará en falta.

Paloma me acercó en su Twizy hasta mi coche. A la altura de Plaza de España nos detuvo una furgoneta de la Policía Nacional. Se abrió la puerta y vimos seis policías gigantescos, tipo Acción Mutante, con cara de querer entrar en acción, precisamente. Yo iba en la parte de atrás del noble y diminuto vehículo eléctrico. No sé cómo logré entrar. Salir se antojaba mucho más complicado.

El oficial que hacía de jefe preguntó a mi compañera si estaba en condiciones de conducir, ya que nos había visto hacer maniobras raras por Princesa. Lo cierto es que Mártires de Alcalá estaba cortada y mi coche estaba aparcado ahí mismo.

—Sí— respondió ella con su sonrisa luminosa como un sol.

—La verdad es que este coche resulta algo cómico... — dijo el policía.

¡Nos detuvo porque el coche le resultaba gracioso! Estas cosas solo ocurren en España. Por eso, entre otras muchas cosas, es el mejor país del mundo para vivir.

Por cierto, Andrea Venturini es una profesora de tango excelente. Fui a una clase suya y me pareció una persona que sabía lo que hacía, tranquila, humilde y muy didáctica. Las clases son los miércoles en la Milonga del Hondo Bajo Fondo. Hay mucho fantasma en el mundo del tango. Andrea es todo lo contrario. Da gusto asistir a sus clases. Además, como Andrea cree en el ser humano (hay gente así, no es el producto de mi imaginación), las clases son gratuitas. Animo a todos los lectores del blog interesados en el tango a asistir. Si alguien necesita más información, estaré encantado de enviársela.

El local donde se hace la milonga del Hondo Bajo Fondo está cedido por una organización de religiosos seglares que realizan toda clase de labores sociales, a cuál más encomiable. Curas de izquierda, como tiene que ser. Como el maravilloso e inigualable PADRE LLANOS, Dios lo tenga en su gloria!!!

Gente que se deja los cojones por los demás. Hay tanto fachilla suelto por esos campos de Dios que a uno se le empaña el periscopio de vez en cuando.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Huele a colores de menta!!! Que maravilla, Martin.
Cantos de vida y esperanza, al son de tangos