Rajoy no es tonto, ningún tonto. Tiene al PSOE donde quería, cerrando filas detrás del Rey y la Constitución. Tras sus coqueteos con Podemos, Sánchez ha tenido que hacer de tripas corazón.
Podemos, to be or not to be. Todo este lío de Cataluña los ha puesto en evidencia. ¿Qué son? ¿Cuál es su proyecto para España? Ni ellos mismos lo saben. Eso sí, tienen un Gran Líder que maneja el partido con mano de hierro. A estas alturas. Qué soplapollez.
Son el producto de la desesperación que provocó la crisis. Las crisis descontroladas generan respuestas descontroladas, a un extremo y al otro del arco ideológico.
Como ya advertía Félix de Azúa, un partido de profesores universitarios... en un lugar en el que los controles de calidad brillan por su ausencia y cualquiera puede decir cualquier cosa y recibir su cheque a fin de mes. Cheque que se paga con los impuestos de los que trabajan de sol a sol.
Los errores del bloque constitucionalista vienen de largo. Un apoyo tan importante como el que tiene en estos momentos la opción soberanista en Cataluña no se logra de la noche a la mañana. Se tendría que haber intervenido mucho antes. ¿Cómo? Doctores tiene la Iglesia.
Hay mil fórmulas. La democracia, que costó sangre en este santo país -que vivió nada menos que una guerra civil y cuarenta años de franquismo-, no puede permitir y financiar opciones que la intenten destruir, que intenten socavar sus cimientos. Es un contrasentido. Es como si Alemania financiase mediante el erario público a partidos neonazis.
¿Qué es si no toda esta mandanga de la supuesta superioridad del catalán sobre el murciano, el extremeño o el castellano-manchego? Nos faltan las leyes raciales de Nüremberg prohibiendo los matrimonios mixtos o campos de concentración en Vic o en Gurb para Untermenschen con una octava parte de sangre procedente de más allá del Ebro.
Este tipo de enfermedades mentales siempre brotan en regiones ricas. Qué casualidad. El norte de Italia mirando por encima del hombro al sur, Baviera plantando cara al este, Québec contra el resto de Canadá. Sin embargo, a la hora de poner sus economías en marcha siempre necesitan el capital humano que aportan las regiones más pobres.
Ahora la gente con sentido común tiene la oportunidad de manifestarse en las urnas el 21 de diciembre. Gente como Isabel Coixet, para nada sospechosa de inclinaciones totalitarias, que ha vivido un verdadero calvario.
El daño ya está hecho. Han creado un odio innecesario, ciego y estúpido. Familias, amigos de toda la vida han dejado de hablarse. ¡Bravo! Como hay pocos problemas que resolver...
Ahora toca reconstruir lo que estos irresponsables han generado. Con toda la autoridad del estado de derecho, porque lo que tenemos y hemos logrado entre todos los españoles ha costado muchísimo.
Una magnitud por definición incalculable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario