domingo, 30 de agosto de 2020

Estamos condenados al azar

Boris Vian fue, sigue siendo, un importante referente de la cultura europea contemporánea. La lista de obras y de géneros que exploró siempre con una mirada insolente y genial es virtualmente infinita.
Canciones, novelas, obras de teatro, jazz, crítica musical. Por si fuera poco, le dio tiempo a tocar la trompeta y a estudiar ingeniería.

Murió súbitamente a los 39 años. En un cine de los Campos Elíseos mientras asistía al preestreno de la adaptación al cine de una de sus novelas negras (escritas con seudónimo, porque al modo de Pessoa también creó heterónimos). Ebrio de talento y gallardía. 

La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad del tiempo. La espuma de los días. Esta espuma de los días que nos acecha, que nos quiere llevar mar adentro.

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