miércoles, 30 de junio de 2010

Paco siempre


Anoche fuimos a un concierto fabuloso. Un regalo de Laura por el que le estaré eternamente agradecido.

Paco de Lucía inauguró la temporada de conciertos de verano de la Villa de Madrid. En la Casa de Campo, escenario de mis andanzas de juventud, de fiestas locas y primeras armas.

La noche empezó cruzada porque jugaba la selección de España contra Portugal. El corazón dividido, sufriendo a partes iguales por nuestros queridos amigos de Lisboa, imaginándolos abatidos y queriendo abrazarlos.

A sabiendas de que Paco es futbolero, pensamos que atrasaría el comienzo de la actuación hasta la confirmación de la victoria española que, dicho sea de paso, ganó mucho con la inclusión de Llorente y en su progresión puede enfrentarse a Argentina. Pero no. El concierto empezó puntual, así que en compañía de otros rezagados tuvimos que correr por los pinares al encuentro de El Brujo. Porque Paco de Lucía se ha transformado en un brujo, un druida, alguien que está en contacto con la fuerza de los espíritus, que nos dice que más allá hay algo. Algo que él conoce y que conoce bien.

No existe un guitarrista como Paco de Lucía y probablemente nunca lo habrá. Son cosas que ocurren -si ocurren-, una vez cada cien años.

Tengo la impresión de que los años le han sentado especialmente bien a su música, más calmada, con más silencios y esperas en los fraseos. Más jonda, si cabe. No obstante, conserva esa digitación prodigiosa que lo ha hecho célebre en el mundo entero.

Y el ritmo. Paco de Lucía es ritmo en estado puro, esencial. Contratiempos y síncopas perfectas que mueven a bailar, que son puro baile. Quejíos únicos y escalas frigias imposibles, por caminos en donde no caben los dedos. Rasguidos que te dejan seco, detenido en el tiempo. Por rumba y por bulerías.

La sabiduría del de Algeciras también se demuestra en la administración de los tiempos. La salida a solo y la espera de más de treinta minutos para dar paso al resto de la banda.

Guiños a leyendas de mi juventud. Los tres guitarristas en San Francisco, el disco de guitarras más vendido de la historia. Ahí se ensarzaron con el Niño Josele en un recordatorio de los temas que tocaba con Larry Coryel y John MacLaughlin (y después Al di Meola).

Me gustó especialmente el mano a mano con el Piraña en la percusión. El cajón peruano -que ya es flamenco por obra y gracia de Paco también- fue un regalo de la noche.

Y la voz de terciopelo y ron de Duquende. El espíritu de Camarón flotando en el aire de Madrid.

A pesar de la técnica prodigiosa de Antonio Serrano a la armónica -indiscutible-, no estoy seguro de que ese color sea el más adecuado en la cocina de autor jonda. Me distrajo un poco y me recordó cosas de Toots Tielmans. El anticlímax ya fue cuando Serrano dejó momentáneamente la armónica y se puso a tocar un teclado que sonaba a rayos. Esa obsesión de algunos flamencos por tratar de hacer más accesible lo que no necesita explicación alguna. El alma prefiere que le hablen de frente. El único momento horribilis de la noche. Sobra.

Fiel a la tradición, Paco no habló. Constantemente interpelado por el público (estoy convencido de que la mitad de los que estábamos allí éramos guitarristas), sólo respondió en una ocasión:

-¡Paco...!- le grita uno.

-¿¡Qué?!- contestó el de Algeciras desde el escenario. Y eso fue todo.

La reina mora de la Morería. Noche mágica en los jardines de España, de una España eterna, única. De moros que suspiran por las calles de Córdoba. De gitanos que van a Sevilla a ver los toros. Reinos perdidos que han dejado un rastro de sonidos como cuchillos. Que aún cortan el aire.

A la guitarra, solo, como cuando era un niño prodigio y se comía el mundo, el Maestro. Incomparable, único, indescifrable. Paco de Lucía.

lunes, 28 de junio de 2010

Así no, viejo

Comentando con un amigo el partido de ayer (sólo a mí se me ocurre meterme en un bar lleno de mexicanos y pegar gritos de ultratumba cada que vez Argentina metía un gol), sobre lo absurdo de no usar en pleno siglo XXI sistemas de vídeo en alta resolución para resolver jugadas dudosas (el primer gol de Tévez o el gol de Inglaterra que no subió al marcador), el loco va y me dice:

-"A llorar a la iglesia..."

Che, así no. Patapúfeteeeee... Cuánta incomprensión. Dónde quedó el fair play. ¿Será que en el amor y la guerra todo vale? La vida es casi siempre así. Aunque el segundo gol de Tévez bien valía un partido.

A decir verdad, los muchachos estuvieron algo distraídos y cedieron el control de la pelota más de lo recomendable. Messi estuvo jugando en una posición medio embromada. ¡Concentración, pibes! y nos metemos en semifinales.

Qué clase de acto solemne estará preparando Maradona en caso de ganar el Mundial...? A tenor de lo que hizo lograda la clasificación...

Jetzt... la Wehrmacht en pleno nos espera. Ojo a la Blitzkrieg. Hay que tomar al asalto Omaha Beach. Cuidado con los panzers de Guderian. Ojo al parche.

Humor cubano

En Cuba se cagan de risa de todo, empezando por ellos mismos. Leyva y Taby me envían este cuento al viejo estilo latino. Para los que trabajan de sol a sol. ¡Levantando España!

Un hombre caminaba por el cementerio y al pasar junto a una lápida sintió curiosidad por la inscripción que tenía:

"AQUI YACE VICENTE,
QUE VIVIÒ CIEN AÑOS
Y MURIO A LOS VEINTE".

Este hombre, sin entender muy bien, miró a ver si veía a alguien que se lo pudiera explicar. Un rato después se encontró con uno de los operarios del cementerio que recorría el lugar con un cincel y un pequeño martillo; se acercó a él para preguntarle sobre ese curioso epitafio:

- Buen día, caballero, tengo curiosidad por lo que dice esa lápida, ¿podría explicarme su significado, quién la escribió y a quien hace referencia?

- Sí, por supuesto, lo escribí yo, pues me encargo de tallar los epitafios a pedido, ese en particular hace referencia a un chico joven, de unos veinte años que un día ganó una fortuna cuando salió su número en la lotería y su vida se desenfrenó. Comenzó a salir con todo tipo de mujeres de la noche, su vida se fue volcando hacia todos los placeres, incluso a los prohibidos, cochazos, barcos donde practicaba sexo sin medida, viajes exóticos, noches sin fin, comilonas, bebida. Finalmente llegó a las drogas y a los veintitantos, murió quemado por la intensidad con que vivía su vida, pero, vivió más que muchos en 100 años, por eso le escribí aquello.

- ¡Qué interesante! Muy justo el epitafio... ¿quién podría escribir algo así de original en mi lápida cuando fallezca?

- Yo mismo, pero primero he de hacerle algunas preguntas.

- Muy bien, empiece.

- ¿Trabaja?

- Si, entro a la 7 de la mañana y no paro en todo el día, hasta que me acuesto a las 12:00 p.m. más o menos, aunque sin dejar de pensar en el negocio.

- ¿Bebe?

- No, no me gusta el alcohol.

- ¿Sale con alguna chica?

- No, mi trabajo es muy importante y absorbe todo mi tiempo.

- ¿Viaja, tiene aficiones, se da algún tipo de gusto?

- No, no me van esas cosas.

- ¿Cuál es su nombre?

- Emeterio.

- ¡Muy bien! ¡Ya tengo su inscripción!

- ¿Cuál es?

AQUÍ YACE EL PENDEJO DE EMETERIO:
DE LA VAGINA DE SU MADRE
FUE DIRECTO AL CEMENTERIO

domingo, 27 de junio de 2010

Zimbaue


Se supone que el mundo occidental vive en crisis. Al mismo tiempo, sigue comprando I-Phones y se sigue yendo de vacaciones. Sigue comprando coches y gafas de sol (hay 10.000.000 de personas en todo el mundo a los que puede considerarse ricos "de verdad". Tipos que manejan un patrimonio líquido superior al millón de dólares. En 2012, alcanzaremos la cifra de 7.000.000.000 de seres humanos sobre el planeta. ¿Qué debemos hacer?)

En África, muy cerca de donde se celebra el Mundial, no. Allí las cosas son distintas. Obviamente, nosotros los occidentales no tenemos ninguna responsabilidad, ni la industria farmacéutica que tiene que seguir ganando dinero, ni nuestras multinacionales que han de sanear sus cuentas de resultados. Son ellos los culpables. Culpables de haber nacido.

He aquí un magnífico reportaje de Leila Guerriero sobre Zimbaue, la antigua Rhodesia colonial. Guerriero, en la estela de las grandes como Oriana Falacci, con fantásticos libros en su haber como "Los suicidas del fin del mundo", escribe con garra e inequívoco talento. Así se vive en África hoy. Cualquier mención a la supuesta crisis de esta mierda de capitalismo que cada día apesta más es un chiste de mal gusto. No se puede estar bien con Dios y con el Diablo. Ni siquiera Dios puede.

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Cuando el primero de sus hijos murió, MaNgwengya ya vivía en Nkunzi, cerca de Tsholotsho, en el oeste de Zimbabue, a la vera de un camino de árboles espinosos y bajo un cielo de reptiles. La vida siempre había sido eso que llaman una vida dura: acarrear agua, confiar en las esquivas lluvias, comer maní tostado como toda cena. Por eso, cuando el primero de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, pero no vio en eso un tarascón de la desgracia: porque esas cosas pasan en las vidas duras. Lo enterró a metros de su casa, en el mismo sitio en que había enterrado a su marido: bajo un monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando el segundo de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, pero volvió a pensar que esas cosas pasan en las vidas duras y lo enterró a metros de su casa, bajo el monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando el tercero de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, lo enterró a metros de su casa, bajo el monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando la cuarta de sus hijas murió, en 2010, ManGwenya se dijo que ya no tenía nada que perder porque todos los nacidos de su vientre estaban muertos. Pero después supo que la única sobreviviente a esa masacre, su nieta Nkaniyso, de 17 años, portaba el mismo mal que había aniquilado a su simiente: un virus del género lentivirus que mata, en su país, a 2.500 personas al mes.

Zimbabue es un país cuya historia sería otra si en 1870 un inglés llamado Cecil Rhodes no hubiera enfermado de los pulmones y viajado, para buscar reposo y cura, a la granja algodonera de su hermano, en África del Sur, y no hubiera comenzado, una vez repuesto, a explotar minas de diamantes ni formado el territorio llamado, en honor a sí mismo, Rodesia, una de cuyas regiones -Rodesia del Sur- sería gobernada por Ian Douglas Smith, un africano de ascendencia inglesa que fue, hasta 1979, primer ministro de ese lugar donde blancos y negros no podían ir a los mismos baños ni subir a los mismos ascensores. La independencia llegó en abril de 1980, después de una guerra de guerrillas, y uno de sus líderes, Robert Mugabe, al frente del partido Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), asumió el poder en 1982 con un discurso inclusivo, antirracista y conciliatorio, mentó al país Zimbabue y fue, hasta los primeros noventa, líder de una nación que tenía los mejores hospitales, las más asfaltadas carreteras y el más alto grado de alfabetización de toda África. Se exportaba café y tabaco, la esperanza de vida superaba los 60 años y turistas del mundo llegaban para conocer ese lugar de clima perfecto y bellas ciudades donde podían acceder a parques nacionales y a las cataratas Victoria. En 1981, la Universidad Howard, de Washington, le dio a Mugabe el Premio Internacional de Derechos Humanos, y en 1988 la ONU lo premió por su lucha contra el hambre.

En 2010, el aeropuerto internacional de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue después de Harare, la capital, es un galpón de chapa, dos oficiales de inmigración y una ventana donde se paga la visa: 70 si se es ciudadano de la Commonwealth -de la que Zimbabue se desvinculó en protesta por las sanciones que le impusieron los países que lo forman- y 30 si se es ciudadano del resto del mundo. Por lo demás, no hay mucho: un bar que nadie atiende; un retrato de Robert Mugabe con sonrisa y traje oscuro. Una placa asegura que el aeropuerto se construyó en 1959 y es probable que no haya cambiado mucho desde entonces. Pero otras cosas sí cambiaron. Hoy el 90% de los 12 millones de habitantes de Zimbabue no tiene empleo, el 80% no tiene qué comer y el 20% lleva en la sangre ese virus que mata, en el país, a 2.500 personas al mes: el VIH.

Robert Mugabe -un hombre de la etnia shona en un sitio donde todo se divide entre shonas y ndebeles- lanzó en 1993 una reforma agraria para que las tierras fértiles, que pertenecían a unos 4.500 granjeros blancos, se redistribuyeran entre el campesinado pobre. La expropiación quedó a cargo de veteranos de guerra, fue tan delicada como el apodo de uno de ellos -Hitler-, y las propiedades no terminaron en manos de campesinos pobres, sino en las de ministros del Gobierno. Con la producción del agro en caída libre, en 1998 Mugabe envió tropas para apoyar a Laurent Kabila en el Congo. El envío le costó un millón de dólares al mes y algunas otras cosas: protestas sociales y el brote de una oposición fuerte, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), liderado por el sindicalista Morgan Tsvangirai. La historia es enredada, pero siguieron a eso elecciones fraudulentas, secuestros de partidarios del MDC, y Zimbabue devino en un infierno para opositores, líderes sindicales o periodistas. La expectativa de vida, que era de 62 años en 1990, bajó a 37 en 2007. La mortalidad materna, que era de 136 por 100.000 en 1992, subió a 725 por 100.000 en 2007. En 2008, la inflación era del 98% al día, y la desocupación, del 90%. En medio de eso, Mugabe aceptó formar un gobierno de unidad con el hombre al que había perseguido tanto, Morgan Tsvangirai. Así, desde principios de 2009, él es presidente, y Tsvangirai, primer ministro. En febrero del año pasado, Mugabe hizo dos cosas: celebró su cumpleaños número 85 -con una fiesta en la que, según The Times, se consumieron 3.000 patos, 7.500 langostas y 2.000 botellas de champán- y adoptó una política de moneda múltiple. El dólar de Zimbabue desapareció, y desde entonces sólo se aceptan el rand, el dólar americano y las pulas de Botsuana. Así, uno de los lugares más pobres de la Tierra es también un lugar carísimo: el ingreso anual por cabeza es de 340 dólares, aunque la cesta básica de alimentos para una familia de seis tiene un coste de 500 dólares. Al mes.

La ruta desde el aeropuerto hasta Bulawayo tiene pozos, pocas casas, menos autos y un cartel gigante: "Circuncisión masculina: una de las protecciones más efectivas contra el VIH". Después del cartel está la ciudad. Es baja, descascarada, extrañamente silenciosa. A veces hay agua, a veces hay electricidad, a veces los teléfonos funcionan y hay dos tipos de tiendas: cerradas y abandonadas, o abiertas pero vacías.

Médicos Sin Fronteras tiene oficinas lejos del centro, en una zona perfectamente resguardada con perfectos rollos de alambres de púas y perfectas alarmas. Allí, Carlos Carbonell, ecuatoriano e integrante de la misión de MSF en Bulawayo, donde la ONG trabaja en un proyecto de VIH, dice que Zimbabue es uno de los países con más alta prevalencia del mundo y que los hospitales de la ciudad están colapsados: que solo en el Mpilo Oi atienden a más de 3.500 chicos infectados -y 4.000 adultos- y llegan cinco chicos nuevos al día. Que en una población de 734.000 personas hay 32.000 con VIH, y que en algunas clínicas la lista de espera para el acceso al tratamiento con antirretrovirales -la terapia que desde 1996 permite hablar de cronificación de la enfermedad- es de un año. Y que, así y todo, ahora están mejor porque la prevalencia en los noventa era del 33%.

"De todos modos, la prevalencia es altísima, entre el 18% y 20%. Hay niños criados por personas que no son sus padres, y esos niños no van a la escuela, no tienen alimentos, y el contexto sexual es complejo. Está arraigada la idea de que un hombre infectado de VIH se cura teniendo sexo con una virgen o con un niño. Es una conducta usual. Por otra parte, la prevalencia en las embarazadas es muy alta, del 30%, y el contagio de madres a hijos, también".

La explicación es simple: según la Unicef, los recién nacidos amamantados por madres infectadas tienen entre un 10% y un 20% de probabilidades de contraer el virus, de modo que una forma eficaz de prevenir sería no amamantar. Pero en Zimbabue no se desaconseja -no puede desaconsejarse- la lactancia materna.

"No hay ningún plan que sustituya a la leche materna. Entonces, si no lo amamantan, quizá el niño no adquiere el VIH, pero se muere por desnutrición".

Claro que, si la epidemia mató a muchos, también dejó su rastro en los que quedan: en el país hay 1,3 millones de huérfanos cuya orfandad es gentileza del VIH.

En el Unity Village de Bulawayo hay poca gente, y los pocos que hay son vendedores: nadie compra. El Unity Village es un predio cerrado, con varios puestos que venden zapatos y ropa. Los vestidos cuestan 50 dólares; las botas, 40: el ingreso mensual de una familia afortunada. El Unity Village es el resultado de algo que en 2005 llevó a cabo el presidente Mugabe bajo el nombre de Operación Murambatsvina, una palabra shona que significa "sacar la basura" y que consistió en derrumbar las casas y los puestos de ventas de 700.000 negros pobres en todo el país. La excusa fue ordenar el comercio informal y la promesa de construir 1,2 millones de viviendas. Se construyeron sólo 3.325, y Amnistía Internacional denunció en mayo pasado que la gente desplazada continúa viviendo en campamentos sin agua, cloacas ni electricidad. Pero a algunos comerciantes les fue bien y los encerraron en sitios como el Unity Village, donde los pobres venden cosas para pobres que los pobres no pueden comprar.

La cama ocupa casi toda la casa, y la casa es una habitación de tres metros por tres, con un televisor, una radio reloj, un potus, una repisa con cacerolas. Lesley Moyo tiene 44 años y vive ahí con tres hijos y una cuñada que tose. Sentada al borde de la cama en la que duermen todos -ella, los tres hijos, la cuñada-, acaricia la cabeza de Nkulumane, su hija de 12 años.

"Mi marido murió hace seis años, de VIH. En 2008 yo me hice el test y dio positivo. Y mis dos hijos chicos también dieron positivo. Ahora estamos tomando antirretrovirales. Los dan gratis, en el hospital, pero el día que tengo que ir a buscar los medicamentos es un día de trabajo perdido. Igual ahora lo que más me preocupa son las enfermedades oportunistas. Ahora ella tiene un hongo, ¿ve?".

En la cabeza de Nkulumane se ve un hongo grande y saludable.

-El médico me hace una receta, pero yo no puedo comprar el medicamento.

-¿Y qué haces?

-Nada. Espero que se le pase.

Nkulumane tiene un hermano de 16 años que, desde que sabe que ella y su otro hermano están infectados, les dice "Sidosos, tendrían que estar muertos". Nkulumane parece estar de acuerdo porque escribió en su cuaderno del colegio: "Mejor me muero como mi papá".

La cuñada, ahora, tose. Acaba de enterarse de que tiene VIH, pero la tos, dice, es por la tuberculosis.

"Humutso es muy disciplinada, toma su medicación por la mañana y por la tarde. Y tiene tantos muñecos... ¿No quieres mostrar tus muñecos a nuestros invitados?".

Mariam Pita usa falda celeste, camisa blanca. Su nieta Humutso, de nueve años, lleva un vestido a cuadros verdes y va al rape. Viven en un barrio de casas con jardines al frente y buzones para la correspondencia, y cuyas calles de tierra parecen bombardeadas. Mariam Pita fue maestra toda su vida y vino desde Qwanda, una zona rural, a esta casa donde vivió con su único hijo, Thabani Nkada.

"Mi marido peleó en la guerra de la liberación. Cuando dos elefantes se embisten, siempre hay alguien que sale lastimado y los civiles estábamos entre dos fuegos. Él se fue, hizo su vida, y yo decidí venir a Bulawayo con mi hijo. Ahora tengo 74 años, y vivo de mi jubilación. Son 56 dólares, y sólo de electricidad pago 48. De todos modos cortan la luz ocho horas al día".

Hace muchos años, el hijo de Mariam se mudó a Harare, donde conoció a una mujer y tuvo un empleo -técnico en un estudio de radio- y una hija: Humutso.

"Pero Humutso tenía dos años cuando su madre murió. Apenas un año después enfermó mi hijo. No sé si él creía que se iba a morir, porque les decía a sus amigos: 'Recen por mí, para que tenga una vida larga'. Yo lo cuidé mucho. Cuando murió le cerré los ojos, le puse las manos a los lados del cuerpo. Después vino alguien. Un doctor. O una enfermera, no recuerdo. Y dijo la hora de la muerte".

Mariam tuvo que esperar cuatro días para enterrarlo, porque eso no cuesta menos de 100 o 200 dólares y hay que tener paciencia hasta juntar la plata.

"Nos ayudamos entre los vecinos. Nos hacemos donaciones. ¿Quiere ver el certificado de defunción?".

El certificado dice: Thabani Nkada. Cédula de identidad: 63432292S28. Sexo: masculino. Edad: 42 años. Nacido en: Zimbabue. Fecha de la muerte: 19 de julio de 2003. Lugar de cremación: Ezigodine. Causa de la muerte: diabetes melitus. Duración de la última enfermedad conocida: dos meses.

En todas las casas, en todas las historias, solo hay mujeres. Los hombres están en los relatos, o en las fotos que a veces los recuerdan. Todos los hombres que hubo alguna vez han muerto.

Margaritte Moyo cría a ocho nietos: siete de una hija que se los dejó para casarse con alguien que no quería tanta cría, y uno de otra que murió de VIH. Ese chico se llama Ayanda Moyo, tiene cuatro años, VIH, parálisis, retraso del crecimiento y está sentado en una silla a la entrada del rancho sin luz en el que viven. Es el atardecer, medio del campo, y el chico grita de felicidad intentando cazar un rayo de sol con las manos deformadas por nudos de carne en los nudillos.

"Es que camina con las manos", dice Margaritte Moyo.

Alleta Mhalansa, de 21 años, es una de sus nietas mayores: "Yo quiero estudiar trabajo social en la universidad. Primero tengo que terminar el colegio. Es difícil, porque tardo una hora caminando para ir y volver. Y como no tenemos electricidad, no se puede estudiar más allá de la caída del sol.

-¿A tu madre la ves?

-No. No sé dónde está. Mi abuela me dice que no cometa los errores de mi madre, que no me case joven, que primero viene la educación y después todo lo demás. Aquí en Zimbabue todo es duro. No tenemos ninguna fuente de ingresos. La única que traía dinero era mi tía, Rose Mayo. Se murió acá, en esta casa. Yo la adoraba. Hasta el último momento, ella iba a la frontera con Sudáfrica, compraba cosas y las vendía. Por eso quiero irme a Inglaterra. No es que yo odie este país. Pero aquí puedes buscar trabajo durante años y no conseguirlo nunca.

-¿Ustedes de qué viven?

-Mi abuela vende tomates y trae unos 30 rands a la semana. Si a ella le pasa algo, tendré que trabajar yo. No es justo, porque no podría ir a la universidad, pero jamás abandonaría a mi familia. Por eso yo odio el VIH. Por lo que nos hizo.

Afuera el sol cae con toda pompa y deja una estela de luz tierna y sucia. El camino de regreso a Bulawayo es lento. No hay electricidad y la ruta está inundada por un ejército de gente que camina, mansa, como si no hubiera rumbo, o como si no importara.

-Querida, ya estoy vieja. Solo salir de la cama me toma diez minutos cada mañana.

Katherine Carter se ríe y se tapa la cara con las manos como si tuviera 15, pero tiene 67. En la sala de su casa, una lámina reza "Jesucristo, el Pacificador", y otra dice "Stop al sida".

-Mi marido murió en 1985. De cáncer. Y nunca más pensé en estar con un hombre. Por un lado es mejor estar sola. No es bueno decirlo, pero si yo hubiera estado con mi marido, mucha de la ayuda que recibí no la habría tenido. Y además, él tuvo la suerte de no ver morir a nuestros hijos. Todos mis hijos están muertos por VIH. Eran tres. El último murió en 2009, y yo crío a mis tres nietos. El único que está infectado es él, Tatenda, que tiene 11.

Tatenda, a su lado, mastica maníes, y no dice nada.

-Yo me despierto a las cuatro y media, rezo y me voy a vender maníes, a un rand la bolsa, hasta las cinco de la tarde. Camino tres horas, todos los días, para ir y venir del mercado.

-¿Cuántas bolsas vende?

-Poco, muy poco. A veces viene la policía, porque no se puede vender en la calle, y nos llevan detenidos hasta que uno les da el dinero y lo dejan ir.

-¿Qué dice cuando reza?

-Le hablo a Dios, le digo que todo mi sustento viene de Él. Pero me preocupa el futuro de Tatenda. Si yo falto, quién lo va a llevar a buscar su tratamiento. Pero Dios sabe por qué hace las cosas. Ojalá Tatenda pueda ser piloto de avión. Y vuele alto, y se vaya lejos.

-¿Dónde?

-Lejos de Zimbabue. A cualquier lugar elegido por Dios.

La mujer tiene una camisa blanca, un suéter rosa y uno de esos postizos de pelo de plástico que son el lujo imperial de las cabezas africanas. Se llama Simdiso P. Dube y es la coordinadora del área urbana del Simbabene AIDS Programme, un programa de la archidiócesis de Bulawayo que da apoyo psicológico y educación a los niños y adolescentes huérfanos, con hincapié en los cambios necesarios en la conducta sexual para prevenir el contagio de VIH.

-Hay anuncios que promueven la circuncisión como método de prevención. ¿No sería más efectiva la promoción del uso de condones?

La mujer dice que ellos son cristianos, y que por tanto están agresivamente en contra de los condones. No dice nada acerca de estar agresivamente a favor de la circuncisión.

-Nuestro plan es ABC, que sería abstente, be faithful (sé fiel), condón. Si fallas en las dos primeras, usa condón.

-Entonces, ¿qué métodos de prevención les enseñan a los adolescentes?

-Promovemos A y B: abstenerse y ser fieles. En realidad, tratamos de promover sobre todo A, hasta que se casen.

El programa se ocupa, sólo en Bulawayo, de 18.000 huérfanos niños y adolescentes. En la pared de la sala hay una lámina que dice: "La comida saludable es una combinación de todos estos grupos: aceite de cocina, manteca, miel, espinacas, zanahorias, bananas, lechugas, mango, maíz, batata, pan, carne, pescado". No usen condones. Coman saludable. Dos formas del sarcasmo, o una falta absoluta de fe en las evidencias.

En el orfanato de Bulawayo hay 52 huérfanos. Ocho tienen VIH. Había nueve, pero uno se murió en abril. Los cuartos tienen piso de cemento, camas marineras, rejas en las ventanas, armarios con pocas cosas. El comedor está vacío, excepto por un varón de 15: "Llegué aquí a los 10 años. Mi padre murió y mi madre no sé dónde está. No tengo a nadie que se ocupe de mí. Aquí al menos me mandan al colegio y me dan de comer".

A 20 kilómetros de la ciudad hay un orfanato de animales. Se llama Chipangali y es una reserva privada. Los carteles advierten de que no es un zoológico, sino un santuario para huérfanos que no pueden ser devueltos a la naturaleza. En las jaulas, espaciosas, limpias, hay jabalíes, chacales, hienas, monos. El área de carnívoros está auspiciada por The Cattleman, un restaurante que, dice, basa su reputación en estupendos bifes. Sobre la foto de un cachorro de león, esta leyenda: "Querido visitante: ¿por qué no adoptar a uno de nuestros huerfanitos? Ellos necesitan nuestra ayuda". La adopción se basa en un aporte económico a distancia. Desde una placa de bronce, el Rotary Club se enorgullece de prestar apoyo al orfanato animal.

Marilyn Gibonda y Nozipho Mukabeta son amigas. Marilyn tiene 19 años, y Nozhipo, 17. Están sentadas en el patio del hospital Mpilo Oi. Es sábado, poco después del mediodía.

"Mi madre murió de VIH en 1999", dice Marilyn. "Vivo con mi abuela, mi tía y dos primas, y estoy bien porque estoy tomando el tratamiento, pero cuando llegué al hospital, en 2005, me estaba muriendo. Yo creo que no vamos a ver en muchos años una generación libre de VIH. Este país es muy difícil. La gente que tiene el virus necesita más comida. Y aquí no hay comida. La gente se muere de hambre".

Nozipho tiene tres hermanos, y uno de ellos vive en Inglaterra. Su padre también, pero no lo conoce.

-Vivo con mi madre, mi tía, mi abuela y dos primos. Estoy terminando el colegio secundario y después quisiera estudiar periodismo.

-Acá puede ser difícil ser periodista.

-Sí, pero, perdóname, yo de política no puedo hablar. Te puedo hablar de mi infancia. No disfruté mucho porque mi mamá enfermó cuando yo iba a tercer grado. Ella es seropositiva, y yo tenía que limpiar la casa, cuidarla. A los 11 años me hicieron el test. Me dio positivo, pero sólo a los 13 empecé a preguntarme si me iba a poder casar, tener hijos. Y traté de matarme. La primera vez tomé tres paquetes de tabletas de mi tratamiento. La segunda me arrojé bajo un auto, pero el auto frenó. El chófer se quedó como paralizado. Me miró y dijo: "Nena, la vida sigue, no se detiene". Y puso el auto en marcha y se fue. Fue tan increíble. Desde entonces no lo intenté más. Sé que Dios no quiere que me muera, por ahora. Yo tengo VIH por una muy buena razón. Algún día sabré por qué. Por eso, para mí lo peor del mundo no sería morirme. Sería perder a Dios. Sin Dios, esta sería una tierra de corazones rotos.

Nadie habla del presidente Mugabe, de la crisis de 2008, del porqué de la ausencia de blancos en las ciudades, de la toma de granjas, de la falta de luz y de alimentos. Un día, uno, generoso, anónimo, dice una cosa que podría ser también mentira: "Aquí nadie te va a hablar de eso. Cualquier desconocido, incluso un blanco, puede ser informante del Gobierno. Y si la policía se entera de que dijiste algo, te dispara sin preguntar".

La ruta a Tsholotsho, un poblado a tres horas de Bulawayo, es un hilo de cemento de dos metros de ancho, y eso quiere decir que es una ruta buena. Lo demás: monte, tierra roja, el cielo azul como si hiciera alarde. El pueblo tiene cuatro calles y algo que llaman ampulosamente el centro: tres supermercados, una tienda que vende frazadas, zapatillas.

La noche, aquí, cae hasta el centro de la Tierra. A un kilómetro del pueblo hay un bar de cervezas donde suelen juntarse los que pueden pagar una Lion más o menos fría. No son muchos. Hay olor a nafta, a sudor encebollado, a asfalto. El bar tiene un adentro impenetrable por el rugido de la música y un afuera de luz floja y bancos de madera. Un hombre tambaleante dice: disculpe, ¿le puedo hacer una pregunta?

-Claro.

-Mi mujer tiene VIH y tenemos un hijo de un año y cinco meses también infectado, pero yo no, y quiero tener otro hijo. ¿Cómo hago para que mi hijo no nazca con VIH?

El hombre está borracho hasta las muelas, pero pregunta como quien de verdad quiere saber. Su mundo es esto: el bar, una letrina de aromas incendiarios, su cerveza, su mujer, su niño enfermo. Y esas ganas, nada vulgares, de seguir.

Angeline Sibanda, de 33 años, vive en Jimila, cerca de Tsholotsho. Angeline, como casi todos, sólo habla ndebele y el traductor dice que Angeline dice que vivió en una familia poligámica y compartió marido con dos o tres mujeres, pero que un día el marido se murió y ella decidió cargar a sus cinco hijos y regresar a casa de su madre: a esta casa. Angeline tiene VIH, y Fortunate, su hija de 16, también, y nadie tiene en esta casa ningún ingreso, nadie va al colegio y nadie, excepto Angeline, sabe leer o escribir. Y sin embargo, si se le pregunta qué cosas la desvelan, el traductor dice que Angeline dice que no la desvela nada porque así está bien: tranquila. Y si se le pregunta si pensó alguna vez en buscar otro marido, el traductor dice que Angeline dice que no pensó porque así está bien: tranquila. Y si se le pregunta cómo se siente ahora que está tomando los antirretrovirales, el traductor dice que Angeline dice que ahora se siente bien: tranquila. Y cuando se le pregunta qué come, Angeline levanta el brazo con ostentación, despliega una sonrisa que es toda sarcasmo, y señala una parihuela de un metro por un metro donde una parva rubia y modesta de maíz se seca al sol y el traductor dice que Angeline dice esto: "Esa es la comida que tenemos para todo el año".

Y esa chispa de sarcasmo, ese gesto de finísima ironía, dejan claro que uno no entiende. Que uno no está entendiendo nada de todo esto.

Se acumulan: los kilómetros y los muertos. Jeannette Sibanda, viuda, sin ingresos, a cargo de su nieto Mandla, de cinco años, huérfano de ambos padres, seropositivo, en tratamiento. Enfari Makaza, de 79 años, viuda, pensionada, a cargo de su nieto Kowledge Tshuma, de 11 años, huérfano de madre, de padre desconocido, en tratamiento. Editha Phiri, de 45 años, viuda dos veces, vendedora de leña, seropositiva, en lista de espera por el tratamiento desde hace un año, a cargo de un sobrino huérfano y de dos hijos, uno de ellos -Robert, de siete años- seropositivo, en tratamiento. MaMoyo, viuda, sin ingresos, de edad desconocida, ocho hijos muertos, a cargo de tres nietos, uno de ellos -Mxolishi, de seis años- seropositivo, en tratamiento. Milandra Sithole, de 17 años, huérfana de madre, de padre desconocido, seropositiva, vive en un orfanato, en tratamiento. Dexter Tshawe, de 20 años, huérfano de madre, seropositivo, en tratamiento. Brian Nkomo, de 20 años, huérfano de padre, seropositivo, en tratamiento. Focus D. Dube, de 19 años, huérfano de madre, seropositivo, en tratamiento. Se acumulan: los kilómetros, los vivos y los muertos.

En el poblado de Nkunzi, a una hora y media de Tsholotsho, a la vera de un camino de árboles espinosos, bajo un cielo de reptiles, viven MaNgwengya y su nieta Nkaniyso, de 17 años que parecen nueve. Están sentadas sobre una estera, bajo un árbol. MaNgwenya mira la tierra yerma y dice que este año la cosecha fue mala porque no llovió y que habrá menos comida de la que usualmente hay. Por ahora comen tres veces al día, dos de ellas maní tostado. Nkaniyso vivía en Harare, pero cuando su madre enfermó vinieron aquí, a este sitio, donde no hay agua ni electricidad, pero donde al menos está la abuela.

-Mi madre murió el año pasado. Murió allí, en esa casita donde yo duermo ahora. Ella no quería que yo fuera a hacerme el test. Tenía miedo. Pero después, cuando dio positivo, no dijo nada. Antes de morirse me pidió que no deje de estudiar.

-¿Y estás estudiando?

-No. No tengo cómo pagar las cuotas. Quisiera estudiar y después irme a Sudáfrica, pero no quiero estar lejos de mi abuela. Soy su única nieta, su única ayuda. Todos los hijos de mi abuela están muertos. Eran cuatro. Todos se murieron de VIH y están enterrados acá.

MaNgwenya hace un gesto, dice algo. Se pone de pie, se interna por un sendero que avanza entre eucaliptos. Camina cien, doscientos metros. En un recodo se detiene y señala los túmulos sombríos. Los cuatro túmulos donde -bajo los árboles, bajo la tierra, bajo las piedras- yacen los huesos de aquellos que alguna vez parió.

Y eso es todo.

Todo lo demás es sol.

Partidazo de Alemania e Inglaterra

Final de la primera parte del mejor partido que he visto en este Mundial. 2 a 1 a favor de Alemania. Partido rápido, con múltiples alternativas y un golazo de Inglaterra que no subió al marcador porque el árbitro y sus ayudantes están ciegos. No entiendo cómo en estos casos no se utiliza la tecnología. Tanta imagen en cámara lenta...

Alemania como siempre, machacando e Inglaterra por fin despierta, dejando a un lado el manual del fútbol aburrido propio de Capello.

A ver qué pasa en esta segunda parte. By the way, qué hinchada de bolas permanente las vuvuzelas. Es como estar dentro de un avispero.

Vamos Argentina, vieja y peluda!

El verano español no quiere llegar del todo y hace un día gris tirando a plomo.

Solo en casa con Pablo. Preparando la comida -arroz con verduras, mi repertorio no da para tocar a Rachmaninov en la cocina-, mientras Pablo ensaya al piano e insiste en que vaya a escuchar cada fragmento. Adoro a este pibe.

Tarde de fútbol. Juega Argentina. Octavos de final. La Tierra parece en orden.

Desde mi planeta, cambio y corto.

viernes, 25 de junio de 2010

Messi visto por un montador profesional

Jan de Coster es un montador belga con el que acabamos de trabajar en la película "Karla's Arrival", del director holandés Koen Suidgeest. En mi opinión, se trata de un trabajo magnífico. Una inmersión en la vida real de las calles de Managua y una decidida apuesta por la vida. Sin tintes melodramáticos ni invitaciones a abrirse las venas. Un instante en la vida de los otros.

Yo me he ocupado de componer la banda sonora, aunque el fantástico equipo humano y el grado de emoción que implica la película -que sigue las peripecias de Karla, una niña que vive sus primeras semanas en una caja de cartón en un parque- hizo que termináramos todos inmensamente implicados. Emocionalmente implicados.

El trabajo ha sido intenso y enriquecedor, entre otras cosas porque el grado de exigencia del director y padre del proyecto, Koen Suidgeest, es muy alto. La vida ha querido que paralelamente al final del montaje, Koen viva momentos personales especialmente duros. Quisiera enviarle un gran abrazo y la solidaridad y el cariño del resto del equipo.

Jan, decía, está ahora mismo trabajando en Bruselas y durante el verano se trasladará a Holanda. No es sólo un "mago del Final Cut", conociendo su profesión de arriba abajo. No. A sus escasos treinta y tantos, Jan de Coster tiene una cultura cinematográfica, un sentido del ritmo y un nivel de empatía que lo convierten en el compañero de equipo perfecto.

Apasionado por el Mundial, me escribe a propósito de Messi una observación propia del ojo educado del montador. Como buen belga -u holandés-, Jan de Coster habla unos 200 idiomas. Y todos bien. Todavía existen sitios donde el viejo concepto europeo de cultura tiene un significado especial.

Dice Jan: "el Mundial es un evento lleno de emociones que tiene la fuerza de unir y mover a la gente. Messi es formidable aunque hasta ahora no ha tenido mucha suerte de cara al gol.

Durante los partidos emiten imágenes ralentizadas. A menudo muy ralentizadas.

En estas tomas todos los futbolistas se mueven a una velocidad reducida, pero aparece Messi y es como si se desplazara a velocidad normal. Es como una pulga entre los jugadores casi petrificados.

Mi diagnóstico profesional es que Messi no obedece las leyes de las imágenes audiovisuales…"

Firmado: Jan de Coster

miércoles, 23 de junio de 2010

San Martín Palermo


El fútbol tiene estas cosas. En un partido relativamente sencillo para la selección argentina (el pase a octavos estaba asegurado y eso permitió jugar con un equipo alternativo al de las formaciones de los dos primeros encuentros), Maradona dio entrada en el último momento a un veterano con gran olfato para el gol.

Messi hizo un buen partido y tuvo muy mala suerte de cara a la portería (o el arco). Hasta pegó un tiro en la parte interior del palo que salió despedido. Poco a poco, la Pulga gana en confianza con la selección. Esperemos que continúe la progresión.

Lo de Palermo no tiene nombre. Salió a última hora y metió un gol con la pierna cambiada. Mi tocayo no tiene una flor... tiene un jardín completo. Los gestos de Palermo al festejar el gol eran impagables.

Messi hizo todo el laburo y Palermo se lleva la gloria. La vida es así.

Sea como sea, Argentina volvió a ganar, jugó bien y puede encarar la segunda fase en las mejores condiciones. El equipo va a más, no hay lesionados y la moral está por las nubes.

Ahora nos espera México... Un rival complicado que también avanza. ¡Vamos todavía...!

martes, 22 de junio de 2010

La gran transformación

A nadie se le escapa que estamos viviendo tiempos de cambio. En España acaba de aprobarse en el parlamento -bien es cierto que con la abstención del resto de los partidos políticos de peso específico- una reforma del mercado laboral que algunos tachan de tibia y otros de catastrófica para los intereses de los trabajadores.

Por lo pronto, los sindicatos mayoritarios -UGT y CCOO- han convocado una huelga general para finales de ¡septiembre!. O sea, después del veranito. Los sindicatos parecen vivir en otra galaxia, muy, muy lejana.

Durante el siglo XIX, los países europeos vivieron un período de paz y prosperidad (bien es cierto que apoyado en el expolio de las colonias) inusualmente prolongado. Desde 1815 con la reorganización de Europa en el Congreso de Viena hasta 1914, fecha de inicio de la Primera Guerra Mundial, la Vieja Dama vive un raro periodo de desarrollo científico y tecnológico que desembocaría en la explosión del conocimiento a comienzos del siglo XX.

Obviamente, durante ese tiempo también hubo conflictos -faltaría más, para eso estamos los monosapiens- pero acotados en el tiempo y en fuerza destructiva (es el caso de la Guerra de Crimea o la Guerra Franco-Prusiana de 1870). Incluso hubo un curioso mecanismo de intervención de las grandes potencias en países "díscolos" más pequeños que podían alterar el statu quo. Es el caso de lo que sucedió en Bélgica o Hungría. En cualquier caso, cualquier libro de historia revela que en los siglos anteriores el enfrentamiento a sangre y fuego entre las potencias era la constante.

A principios del siglo XX se producen una serie de transformaciones fundamentales que afectan a los cimientos de la civilización: la destrucción del sistema de equilibrio de poderes, el abandono del patrón oro internacional, la puesta en cuestión del mercado autorregulador y la crisis del estado liberal.

Desde un punto de vista ideológico, el siglo XIX fue extraordinariamente fecundo: es el momento de la organización de los movimientos obreros, de la publicación en 1848 del Manifiesto Conmunista, de los socialistas utópicos.

Todo eso estalló en pedazos. De las ruinas del viejo orden surgió el nuevo en un parto de sangre: la revolución habría de triunfar en Rusia, en una sociedad que no estaba preparada para un cambio traumático de semejante magnitud. Cuando Marx analizaba las opciones para el cambio -la filosofía ha pensado sufientemente el mundo, ya es hora de transformarlo- utilizaba el modelo de sociedades maduras, como es el caso de Inglaterra, Francia o Alemania. Pero la historia, al igual que la vida, siempre nos tiene reservadas sorpresas. Para enfrentarse a las tropas del Zar hace falta ser de otro planeta y no tener absolutamente nada que perder. Como el magnífico personaje de Strelnikov en Doctor Zhivago, que avanza por la estepa en su tren blindado de muerte y es pura ira. Alguien que ha perdido su alma. Y sin embargo, es imposible no querer levantar el puño en señal de respeto a su paso. David Lean sabía...

Lo que ocurrió después está en los libros, pero invito a pensar al lector en un momento especial: cuando la revolución soviética logra estabilizarse a pesar del acoso y el bloqueo exterior. Es el momento del "hombre nuevo", lo que atrajo a personajes como la inmortal bailarina Isadora Duncan. Piénsese en el nivel de las propuestas de los vanguardistas, de Rodchenko, de Popova. Del cine único de Eisenstein. Compárese todo eso con el nivel de las propuestas artísticas de Occidente hoy en día. Da ganas de enviarlos a Siberia sin pasaje de vuelta.

Pienso que el momento histórico que estamos viviendo tiene ciertas similitudes con el período que Karl Polanyi analizó en su magnífica obra "The great transformation". Es el final del viejo orden y el principio de lo nuevo. Surgen nuevas formas de trabajar, el conocimiento es capital, el mercado se ha globalizado y trabaja las 24 horas del día, no hay sitio para lo no productivo, la deslocalización es la norma, los sindicatos defienden sus propios intereses y carecen de verdadera fuerza. De un modelo de externalización clásica estamos pasando a una nueva forma que se denomina crowdsourcing: la colaboración con las masas externas gracias al abaratamiento de la tecnología y los procesos. Esto puede verse claramente en industrias como la editorial o el mercado de la localización y las traducciones.

Los cambios siempre generan inquietud. Para capitanear la nave hacen falta cabezas bien amuebladas y esta generación de políticos (a un lado y a otro del arco ideológico por llamarlo de algún modo) es de un nivel ínfimo. Si Leire Pajín es la nueva Pasionaria socialdemócrata, la Rosa Luxemburgo descafeinada de nuestros días, entonces la opción del suicidio colectivo al modo de los evangelistas de Guyana es la correcta.

¿Hacia qué clase de estado vamos? ¿Cómo refundar el Estado del Bienestar y hacerlo viable en las nuevas condiciones de mercado? ¿Cómo sobrevivir con una pirámide de población que se invierte?

He aquí 100 propuestas concretas hechas desde diversos sectores de la población. Valgan como punto de partida para iniciar la discusión. Están organizadas por rubros. Cortitas y al pie, como dicen en la Pampa.


SANIDAD Más eficiencia y reformas

- 1. Recetas. Modificar el sistema de copago farmacéutico para que esté vinculado a la renta.

- 2. Presupuesto finalista. El presupuesto para Sanidad, en manos de cada comunidad, debería ser finalista o implantar un mínimo para este capítulo.

- 3. Tabaco y alcohol. Destinar a financiar la Sanidad impuestos como los procedentes del tabaco y el alcohol.

- 4. Farmacia. Rebajar el precio de los medicamentos de patente y fomentar el uso de genéricos.

- 5. Copago. Introducir un pago por consulta u hospitalización para evitar el sobreuso del sistema pero que esté vinculado a la renta.

- 6. Nuevas tecnologías. Analizar las nuevas tecnologías y los nuevos fármacos que se quiera introducir en la cartera de servicios sanitaria a través de criterios de coste y efectividad.

- 7. Unidosis. Reformar el sistema para que se puedan adquirir fármacos por unidades y comprar solo los que se vayan a consumir. Una medida que implantará el Gobierno y que ahorrará 300 millones al año.

- 8. Cibersalud. Potenciar las tecnologías de la información en la sanidad para ahorrar visitas médicas y gastos burocráticos. Así se puede reducir hasta un 30% las visitas al centro de salud.

- 9. Gestión de médicos. Responsabilizar a los médicos de la gestión de la sanidad. Al ser ellos los que recetan y piden pruebas son responsables de la mayor parte del gasto.

- 10. Sueldos profesionales. Cambiar el sistema retributivo de los profesionales médicos para ligarlo a objetivos de eficiencia y calidad.

LA ADMINISTRACIÓN Orden e información

- 11. Autonomía de la Agencia de Evaluación. Dotar a este organismo de medios, autonomía y respaldo legal para valorar la eficacia del gasto público en todas las Administraciones.

- 12. Gestión común. Revisar, -ya sea potenciando en un foro ya creado (conferencia de presidentes) o en uno de nueva creación- qué gastos pueden abaratarse con una gestión común. La central de compras de medicinas puede ser el modelo.

- 13. Objetivos de déficit. Establecer nuevos mecanismos en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit pactados entre Gobierno y comunidades e incluir un objetivo de deuda pública por región.

- 14. Información. Anticipar la publicación por el Consejo de Política Fiscal y Financiera de una estimación del resultado de las cuentas autonómicas y del sistema de financiación. Publicación de los planes de reequilibrio y racionalización del sector público, como hace la Comisión Europea con los planes nacionales.

- 15. Reforma del Senado. Culminar la reforma de este órgano en cámara territorial, para debatir en ella subidas o bajadas de impuestos acordadas por todas las comunidades.

- 16. Revisar prioridades. Poner fin al principio de que cada comunidad o gran ciudad necesita un aeropuerto, una universidad... Compartir infraestructuras y servicios del Estado.

- 17. Publicación de estadísticas. Centralizar en el INE la publicación de estadísticas autonómicas, en particular de indicadores sobre la calidad y extensión de los servicios públicos. Coordinar criterios de recogida de datos y publicación con los institutos autonómicos de estadística.

- 18. Aclarar competencias. Acelerar la reforma de la financiación local para aclarar las competencias que corresponden a cada Administración, y permitir a las entidades locales participar en los ingresos de las comunidades.

- 19. Ley de transparencia. Aprobar esta normativa, para dar base legal a las demandas ciudadanas de acceso a la información pública.

EDUCACIÓN Contra el fracaso

- 20. Inversión. Aumentar la financiación en educación como sector que genera crecimiento, con más rendición de cuentas.

- 21. Tutores y refuerzo. Incrementar el esfuerzo inversor en medidas de extensión de la escolarización infantil, o en tutores y grupos de refuerzo en primaria y secundaria. Esto ofrece buenos resultados académicos y tasas apreciables de rendimiento económico de la inversión.

- 22. Formación Profesional. Reforzar la oferta y flexibilizar la entrada a los ciclos de FP de grado medio para conseguir recuperar a buena parte de ese 30% de alumnos que abandonan prematuramente el sistema educativo.

- 23. Mejorar la gestión.

Más controles para evitar que la concertada seleccione a su alumnado. Más incentivos para los buenos profesores y penalizaciones para los malos en la pública.

- 24. Freno a las repeticiones. Eliminar la repetición de curso para luchar contra el fracaso y el abandono escolar. Derivar recursos a clases de refuerzo.

- 25. Diferencia de contenidos. Abrir vías distintas de contenidos para los jóvenes que aspiran a la universidad y los que buscan una formación general.

- 26. Autonomía económica de los colegios e institutos. El gasto educativo es mucho más eficaz y eficiente cuando lo hacen los centros.

- 27. Universidad más cara. Subir los precios de las matrículas universitarias y destinarlos al sistema de becas y ayudas (préstamos). Penalizar la repetición.

- 28. Reordenar la oferta. Organizar la oferta de las universidades concentrando las carreras con menos demanda en pocas facultades para evitar el despilfarro de recursos que provoca que en algunas haya titulaciones con escasos alumnos.

- 29. Menos abandono. De cada 100 euros que se invierten en la universidad pública, 30 se tiran a la basura por culpa del abandono. Proponer a las universidades que de cada dos euros que se ahorren reduciendo las cifras de abandono, uno se destine a programas de mejora de la calidad

- 30. Necesidades profesionales. Adaptar los contenidos de los futuros licenciados a las necesidades profesionales de forma que se mejore su empleabilidad.

ASUNTOS SOCIALES Impuestos y dependencia

- 31. Patrimonio. Recuperar el impuesto sobre el patrimonio para evitar recortes en dependencia.

- 32. Reformas en el copago. Corregir el sistema de recaudación del copago de la dependencia. Modificarlo para los dependientes leves, que deberían pagar más que los graves.

- 33. Cotización. Imponer una cotización específica para dependencia mediante la Seguridad Social, tal y como se hace para las pensiones.

- 34. Ahorro privado. Fomentar planes para la dependencia, como ocurre con los programas de pensiones. Los fondos para pensiones deber ser permeables con los de dependencia.

- 35. Reparto de fondos del Gobierno a las comunidades. Cambiar los criterios y conceder los fondos en función del número de personas dependientes atendidas y del coste de la prestación que reciben.

- 36. Aplazar incorporaciones. Posponer la entrada de dependientes leves en el sistema, prevista para 2011.

- 37. Más servicios. Primar los servicios sobre las ayudas económicas para impulsar el empleo.

- 38. Control. Seguimiento de las ayudas económicas para el cuidador familiar. Verificar si efectivamente cuidan los familiares o personas contratadas con esa paga. Contribuiría a aflorar el empleo sumergido.

- 39. Carga impositiva. Subir los impuestos, tanto el IRPF como el IVA para recaudar más.

- 40. No mover a las personas. Incrementar los servicios de proximidad -las horas/día de ayuda a domicilio y los centros de día-. Esto crearía una cantera de trabajo y serviría al ciudadano donde verdaderamente quiere estar, en su casa.

PENSIONES Reforma a fondo

- 41. Cambios en la jubilación. Elevar la edad legal de jubilación de los 65 años actuales a 67, pero discriminar ese incremento por profesiones, de manera que las más duras puedan reducir la edad de jubilación. Incentivar la permanencia voluntaria en el puesto de trabajo más allá de los 65 años.

- 42. Recalcular pensiones. Subir progresivamente el periodo de cálculo de la pensión (ahora se toman los 15 últimos años de cotización).

- 43. Regular las prejubilaciones. Impedir que las empresas con beneficios puedan acceder a las prejubilaciones.

- 44. Viudedad y orfandad. Adaptar la pensión de viudedad a los nuevos tiempos, de forma que se limite para los cónyuges que trabajan o dispongan de rentas suficientes. A cambio, elevar y ampliar la de orfandad.

- 45. Cotizaciones. Mejorar las cotizaciones eliminando los topes máximo y mínimo que fijan la contribución al sistema de pensiones.

- 46. Aporte del Estado. Financiar toda la parte no contributiva del sistema de pensiones con los Presupuestos, no con cotizaciones. Eso ahorraría 4.000 millones de euros anuales.

- 47. Planes privados. Suscribir planes de pensiones privados si los jubilados aspiran a mantener un nivel de vida similar al que disfrutaban cuando eran activos.

- 48. Planificación futura. Evitar que se planee la pensión impidiendo, por ejemplo, que autónomos que hayan mantenido la cotización mínima durante toda la vida laboral, salvo los últimos 15 años, logren la máxima pensión al jubilarse.

- 49. Mujer. Mejorar el volumen de empleo, en particular mediante la mayor incorporación de la mujer para que el sistema disponga de más cotizantes.

- 50. Reformas. Acometer las modificaciones estructurales necesarias.

INFRAESTRUCTURAS Menos AVE, más logística

- 51. Más racionalidad. Después de una etapa de exuberancia, con proliferación de aeropuertos no siempre rentables y necesarios, revisar prioridades y destinar los recursos a aquellas infraestructuras realmente necesarias y para las que no exista alternativa.

- 52. Acupuntura. Pequeñas actuaciones para interconectar infraestructuras. Si no hay dinero para construir una estación, se pueden poner en servicio una buena red de autobuses que conecten con ella.

- 53. Informes. Políticas de evaluación económica previa y máxima transparencia a la hora de acometer infraestructuras.

- 54. Vigilar los recursos. Supeditar la decisión de una obra al ente que presta los recursos.

- 55. Más capital privado. La gestión puede resultar más eficiente, sin asumir el riesgo de la demanda. Los resultados no deberían depender de los usuarios. Pago por la construcción y el mantenimiento de las obras.

- 56. Frenar el AVE. Paralizar los gastos AVE en el país europeo con más kilómetros en construcción (2.200) y menos usuarios, por ejemplo, que Francia.

- 57. Cercanías y mercancías. La conexión ferroviaria de puertos y la mejora de la red puede favorecer a España como plataforma de distribución.

- 58. Puertos. Especialización de los puertos y conexión a plataformas logísticas.

- 59. AENA. Entrada de la gestión privada en los aeropuertos para reducir la deuda.

- 60. Directiva Eurovignette. Fijar un canon por el paso de vehículos pesados por las redes viarias, al igual que Francia.

EXTERIORES Y DEFENSA Menos gastos, más marca

- 61. Ayuda. Reducir el volumen de la ayuda al desarrollo para adaptarla a la capacidad de gestión.

- 62. Armonización. Coordinar las políticas de ayuda al desarrollo de los países europeos para ahorrar entre 3.000 y 6.000 millones de euros al año.

- 63. Reducir soldados. Adecuar el tamaño del Ejército a las necesidades actuales que requieren menos personal.

- 64. Armas. Revisar los pedidos de carros de combate, fragatas y cazas para ajustarlos a las necesidades reales del Ejército.

- 65. Deshacerse de los excedentes. Vender a terceros el material del Ejército excedentario.

- 66. Recortar las misiones. Reducir la presencia en algunas misiones que no sean estrictamente humanitarias.

- 67. Diplomacia. Intentar aprovechar las sinergias del nuevo Servicio Exterior de la UE para ahorrar en diplomacia.

- 68. Promoción cultural. Mejorar la coordinación entre Administraciones para gestionar la promoción cultural y empresarial en el exterior y evitar duplicidades.

- 69. Alianzas. Asociaciones con países de habla hispana para compartir centros como el Cervantes.

- 70. Imagen de país. Trabajar en una estrategia para modernizar y mejorar la imagen de España en el extranjero, a veces anclada en el pasado.

EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD Más flexibilidad

- 71. Fondo para el despido. Creación de un fondo de capitalización individual para el despido o formación, que puede aliviar los costes de despido. En caso de que el trabajador no use los recursos generados los puede disfrutar al jubilarse.

- 72. Despido objetivo. Esclarecer las causas del despido objetivo para facilitar la vía de la rescisión procedente.

- 73. Cuotas. Aumento de la contribución al desempleo para los contratos temporales y rebaja para los indefinidos.

- 74. Negociación colectiva. Eliminación del nivel provincial de la negociación colectiva. Dejar solo dos ámbitos: el sectorial estatal y el empresarial.

- 75. Descuelgue. Mejorar la aplicación de estas cláusulas salariales de los convenios, y los cambios de las condiciones laborales cuando las empresas atraviesen dificultades.

- 76. Inversión pública. Mayor inversión en los servicios públicos de empleo y el acompañamiento del parado en su búsqueda de empleo para que se acorte el periodo de desempleo.

- 77. Búsqueda de empleo.Vinculación real entre la percepción de prestaciones por desempleo y la búsqueda activa de empleo por parte del parado.

- 78. Prestación progresiva. Introducir la progresividad en la protección por desempleo.

- 79. Formación. Incrementar los fondos de las empresas para la formación de los trabajadores, clave de la productividad.

- 80. Conciliación. Mejorar los mecanismos de reducción horaria y salarial (compensado con prestaciones por desempleo) para evitar el despido.

ENERGÍA Verde y racional

- 81. Factura de la luz. Reformar el sistema de fijación de precios de la electricidad para evitar distorsiones, minimizar los beneficios regulatorios de las eléctricas y controlar la factura de la luz.

- 82. El agua cuesta. Aumentar lo que pagan las eléctricas por el uso del agua y de los embalses a la hora de producir electricidad.

- 83. Nucleares. Establecer nuevos impuestos a las centrales nucleares cuyas inversiones están ya recuperadas y destinarlos a financiar energías renovables.

- 84. Menos primas. Reducir las primas a las renovables que se construyan a partir de ahora e imponer recortes a las plantas existentes construidas con primas objetivamente muy altas.

- 85. Guerra al fraude. Perseguir el fraude fotovoltaico y eliminar la retribución a las plantas inscritas fuera de plazo.

- 86. Planificación. Reforzar la planificación energética para evitar la instalación de demasiada potencia, y acelerar la construcción de interconexiones eléctricas con Francia.

- 87. Más renovables. Fomentar las renovables hasta superar el 20% de electricidad en 2020, pero con cupos y límites de retribución para evitar burbujas especulativas e impulsar que no solo se implanten megavatios sino que tengan una industria asociada en España.

- 88. Verdes. Crear un sistema de ayudas públicas que incentive la I+D en renovables.

- 89. Vehículos limpios. Aumentar las ayudas a la compra de coches limpios con un mayor gravamen a los contaminantes.

- 90. Compra de emisiones. Limitar la venta de derechos de emisión de CO2 de la industria a otros países.

MODELO PRODUCTIVO Valor añadido

- 91. Rendimiento y productividad. Reforma de la función pública para incentivar la productividad en lugar de una bajada de sueldos lineal

- 92. Reforma fiscal. Modificarla para incentivar el trabajo de alto valor añadido y la atracción de talento extranjero.

- 93. Quien contamina paga. Imposición tributaria a las actividades menos sostenibles: por ejemplo, impuesto sobre el CO2.

- 94. Apoyo a las pymes. Devoluciones del IVA mensuales para las empresas en sus primeros años de vida.

- 95. Fomento del alquiler. Eliminar la vivienda de protección oficial en propiedad y volcar todos esos recursos en la vivienda pública en alquiler.

- 96. Vivienda en propiedad. Suprimir con carácter general la desgravación fiscal por compra de vivienda; y equiparación para ciertas rentas a la desgravación por alquiler.

- 97. Garantía al arrendador. Fomentar las garantías a los propietarios de viviendas que las ponen en alquiler, y agilizar los procesos de desahucio.

- 98. Inmigración activa. Impulsar una política de inmigración activa que facilite la entrada de aquellos más necesarios por su cualificación.

- 99. Subasta de telefonía. Subastar las nuevas frecuencias de telefonía móvil en vez de otorgarlas por concurso público. Alemania ingresó 4.384 millones hace un mes por este concepto.

- 100. Sí a la banda ancha. Aumento de la capacidad y velocidad de las conexiones de banda ancha y generalización de Internet móvil para fomentar el teletrabajo, la e-administración y el comercio electrónico.

lunes, 21 de junio de 2010

Saramago, caballero de Portugal

"Não é verdade. A jornada não termina nunca. Apenas um passageiro final. E eles também podem sobreviver na memória, na memória, na narrativa ... O objetivo da viagem é apenas o começo de outra viagem".

A los 87 años de edad, José Saramago, el primer escritor en lengua portuguesa en recibir el Premio Nobel de Literatura, ha cruzado la Estigia para visitar a Aquiles y charlar con Odiseo. Aunque Saramago tenía poca fe en la existencia de un mundo de ultratumba.

Con extraordinario mal gusto y nula sensibilidad -el antiguo intelectual Ratzinger está perdiendo facultades al permitir que sus subordinados escriban semejantes cosas- el periódico oficial vaticano publica una nota donde critica al escritor luso y lo descalifica sin más. A un hombre que acaba de morir. La famosa caridad cristiana en horas bajas, al más puro estilo del Santo Oficio. En vez de ocuparse de sus múltiples problemas en casa, la jerarquía eclesiástica opta por lo que históricamente mejor le ha funcionado: descalificar a quien le lleva la contraria, excomulgarlo y, si la época lo permite, juzgarlo y quemarlo, como ocurrió con Giordano Bruno.

En fin, el Vaticano se retrata solo. Por sus actos los conoceréis.

Saramago era escritor. Y era comunista, pero rojo, rojo, rojo. Sí señor, de los de "cautivo y desarmado..." Hoy se comprende mal lo que significa esto. Es normal, ya que vivimos en una época espiritualmente miserable. Preocuparse por los demás está mal visto, es como de hippies y outsiders.

Además, el escritor portugués se ocupaba de la relación con lo divino, recuperando la idea de que Dios es una invención humana. La teodicea, la discusión sobre la esencia del mal, también ocupa un lugar destacado en su obra. Habla de un Dios inmisericorde que elimina a toda la Humanidad a excepción de Noé y los suyos, al tiempo que presenta a un Caín que se enfrenta al Padre Omnipotente y lo interpela sobre sus actos.

En un desierto intelectual en el que la vanguardia del pensamiento se ha cedido a los científicos y a los tecnólogos, donde los debates no se generan en torno a las ideas sino en torno al concepto de utilidad, aplicación y competitividad, Saramago invita a pensar. Eso es mucho.

Una imagen que retrata su espíritu y que me toca especialmente. Sus recuerdos de infancia en Azinhaga, la relación con su abuelo que le hablaba como sólo un abuelo puede hacer. Que cuando sintió que había llegado su hora abrazó los árboles de su huerta uno a uno. Porque no volvería a verlos. Con un abuelo así hay que ser escritor.

He aquí una entrevista con José Saramago a propósito de Caín. Un Dios que se ve acorralado por sus criaturas. Un hijo pródigo que busca desesperadamente ensanchar los límites del mundo. Que intenta comprender.

"Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad". José Saramago (Azinhaga, 1922) ha vuelto a escribir de un tema que le inquieta. Lo ha hecho esta vez a través de una figura bíblica con mala prensa. Caín (Alfaguara), última novela del premio Nobel de Literatura de 1998, tiene grandes posibilidades de levantar las iras de algunos sectores católicos. Nada nuevo para el escritor portugués, que en 1991 generó una polémica mayúscula con El Evangelio según Jesucristo. En aquella ocasión, el Gobierno luso se sumó a la campaña contra Saramago, al vetar su nombre como candidato al Premio Literario Europeo. El primer ministro era el conservador Aníbal Cavaco Silva. Hoy es el presidente de la República. El veto indignó al escritor, que decidió autoexiliarse en Lanzarote, donde reside con su esposa, Pilar del Río, desde entonces.

"La izquierda no tiene ideas. Ningún partido ha presentado una sola idea para combatir la crisis".

¿Se puede repetir la historia ahora con Caín? "No. Ya metieron una vez la pata. No repetirán la experiencia, a no ser que quieran caer en el ridículo", dice Saramago, con aparente convicción. La entrevista tiene lugar en su casa lanzaroteña, refugio del escritor, a la que acuden amigos de todos los rincones. Dentro de unas horas tiene prevista la llegada de Mario Vargas Llosa. "El Evangelio... provocó las reacciones más violentas en sectores católicos de Italia. Me llamaron provocador", explica. "En mi opinión, los católicos no tienen motivos para enojarse con Caín, porque no tiene nada que ver con ellos. El libro habla del Antiguo Testamento, y me parece que los católicos no leen la Biblia ni el Antiguo Testamento. Tienen el Nuevo Testamento, que es un texto simpático con parábolas bonitas. Creo que Caín sentará mal a los judíos, porque la Torá es su libro. Me llamarán de nuevo antisemita. No me importa. He escrito el libro que quería y creo que es una buena obra literaria". Una obra que reescribe libremente una historia, la Biblia, que según el autor no ocurrió. Y para ello usa elementos de esta historia, Babel, Jericó, Sodoma y Gomorra, Moisés en el Sinaí. Entonces ¿qué ha escrito? ¿Una fantasía? "Sí, pero en mis fantasías hay mucha lógica, y esto ocurre en muchos de mis libros. Le propongo al lector un punto de partida que puede parecer absurdo. Pero después, el desarrollo es siempre de una lógica impecable". Acaso pretende hacerle la competencia a la Biblia. "De ninguna manera. No pretendo que el lector crea haber visto la luz después de leer el libro. Sólo propongo que piense en sus propias creencias y qué espera de ellas. ¿La vida eterna? ¿La condena al infierno?".

En la controvertida novela del Evangelio, Saramago humanizó la figura de Jesucristo. Algunos lectores de su último libro apuntan que ahora humaniza la figura de Caín. Pone cara de póquer, medita un instante y hace la siguiente reflexión: "Lo que pasa es que Jesús humaniza la figura de Dios. Jesús suavizó y matizó el Dios del Antiguo Testamento. Nunca tuve la conciencia de que estaba humanizando a Caín, pero, claro, es el fratricida, el asesino de su hermano Abel. En castellano hay la palabra cainita, que habla por sí sola. Siempre he pensado que la historia de Caín es una historia que ha sido mal contada en la Biblia. Como la de David y Goliat. Goliat nunca ha podido acercarse a David, David venció porque tenía una honda, que era la pistola de la época".

De dónde viene esa obsesión por escribir de Dios, pregunto, porque el tema de fondo es Dios, aunque ahora sea a través de la figura de Caín. "Puede parecer extraño", dice. "Nunca tuve educación religiosa. Ni en el colegio, ni en casa. No tuve crisis religiosas en la adolescencia ni cuando uno empieza a preguntarse sobre la muerte. Sinceramente, creo que la muerte es la inventora de Dios. Si fuéramos inmortales no tendríamos ningún motivo para inventar un Dios. Para qué. Nunca lo conoceríamos". El ateísmo del autor tiene sus matices. "Ateo es sólo una palabra. En el fondo, estoy empapado de valores cristianos, y es verdad que algunos de estos valores coinciden con valores de humanismo. Los acepto. Ahora bien, todo lo que tiene que ver con la creencia en un Dios superior y eterno, que un día me condenará, me parece una chorrada".

Las páginas de Caín son implacables con Dios. "No", replica. "Soy implacable con la especie humana, que ha inventado el Señor". Bueno, pero el libro dice, entre otras cosas, que Dios no es de fiar, que es capaz de pactar con Satán, que está rematadamente loco. Le trata de rencoroso, maligno, corrupto... Le acusa de despreciar la Justicia. Y así hasta el final, donde afirma que Dios acaba por arrepentirse de haber creado el hombre. "Sí, por eso, según la Biblia, ordenó el diluvio y exterminó a la humanidad, a excepción de Noé y su familia. El libro es una lucha entre el hombre y Dios. Con Caín, que no era precisamente un santo sino todo lo contrario, pero en el fondo más limpio de mente y más transparente".

Mientras escribía, Saramago tropezó con un problema narrativo que parecía no tener solución: el paso de Caín por el tiempo. ¿Qué hacer? "Inventé, no el futuro ni el pasado, sino lo que llamo otro presente. De repente, Caín se encuentra en otro presente, no importa que sea pasado o futuro. Creo que conseguí conservar el humor en un tema tan complicado. El libro es divertido y profundamente serio". No es una ironía premeditada, asegura. Nunca premedita nada. La historia marca el camino de cómo tiene que ser narrada. "Soy una mano obediente que intenta no hacer nada en contra de la lógica y de lo que estoy escribiendo. Que acepta lo que quiere la propia historia. La ironía es una constante en todos mis libros. El humor aparece por primera vez en El viaje del elefante, y se repite en Caín. No fue una decisión consciente, simplemente ocurrió así".

La novela termina con una discusión, cargada de reproches mutuos, en el umbral de la gran puerta del arca de Noé, entre Dios y Caín: "Caín eres el malvado, el infame asesino de su propio hermano. No tan malvado e infame como tú, acuérdate de los niños de Sodoma". Es la eterna discusión entre el hombre y Dios, precisa el escritor. Una discusión sin salida. "Ni él nos entiende a nosotros, ni nosotros le entendemos a él. Son dos entidades que no se han entendido, no se están entendiendo y no se entenderán".

Saramago lo escribió en cuatro meses, la mitad del tiempo invertido en su anterior libro, El viaje del elefante. En ambos casos, reconoce, tenía prisa por escribir, en una carrera contra el tiempo. No podía bajar el ritmo. "Ahora ya puedo darme el lujo de reducir la velocidad. Cumpliré pronto 87 años. La vida es como una vela que va ardiendo, cuando llega al final lanza una llama más fuerte antes de extinguirse. Creo que estoy en el periodo de la última llamarada, antes de la extinción. Lo digo sin dramatismo. Tengo muy claro que no voy a vivir mucho más. Ahora estoy en una fase en la que sí creo que puedo hacer un trabajo y lo puedo hacer bien, quiero hacerlo. Después acabará todo y quedarán mis libros, que pienso seguirán siendo leídos. Espero, si la salud aguanta, terminar la novela que tengo entre manos". No revelará nada del próximo libro. Tan sólo un detalle: ya tiene decidida la última frase. No habrá sorpresas ni cambios sobre la marcha. No suele haberlos en su escritura. "Creo que soy un escritor lógico".

Pilar del Río va y viene por la casa, como siguiendo en la distancia la conversación. Saramago habla con cierta parsimonia, pero no da muestras de cansancio. Pasamos de la literatura a la política, su otra gran pasión. Le gusta hablar de política. Toma carrerilla y no para. Las primeras críticas son para el Partido Socialista (PS), que ha gobernado en Portugal los últimos cuatro años y medio con mayoría absoluta, y que seguirá en el poder después de ganar las elecciones del pasado 27 de septiembre. "El Gobierno socialista ha hecho políticas de derecha y el problema es que no hay ningún palacio de invierno para asaltar. Lo peor de todo, y esta crisis lo ha demostrado, es que la izquierda no tiene ideas. Ningún partido de izquierda, más o menos roja, más o menos rosa, ha presentado una sola idea para combatir la crisis. Y con los sindicatos ha ocurrido lo mismo. Su fuerza está dormida, domesticada. Me parece que Marx nunca ha tenido tanta razón como ahora. Pero eso no es suficiente. Haría falta una reflexión profunda, partiendo de Marx".

Es sabido que el premio Nobel portugués es militante del Partido Comunista desde los años sesenta. Un PC que no tiene parangón en la Unión Europea, de larga tradición estalinista, que sigue llamándose comunista, que conserva la iconografía bolchevique, hoz y martillo, bandera roja, que sigue soñando en épocas pasadas, probablemente más próximas a lo que representaba la antigua Unión Soviética, y que, contra viento y marea, tiene un electorado inquebrantable de medio millón de votos, que representa alrededor del 8%. El escritor admite que "es muy posible" que el PCP viva anclado en el pasado. "Lo que pasa es que tenemos una herencia, de la que no puedo despegarme. Y es posible que esta herencia no tenga mucho que ver con la realidad actual. Pero ¿por qué la realidad actual tiene razón?". Su militancia comunista tiene, probablemente, más de sentimentalismo que de convicción. "Los sentimientos cuentan. No me reconocería en ningún otro partido. Puede que sea mi culpa, y que esté enquistado en ideas del pasado, pero yo también tengo mi propio pasado. Francamente, no sabría convivir en otro partido si mañana dejara el PCP. No me pasa por la cabeza". Entonces ¿por qué sigue en el Partido? "Por respeto a mí mismo. He sido muy crítico con mi partido. Dije en una ocasión que nunca dejaría el partido, con una condición: que el partido no me deje a mí. Dejarme a mí sería un cambio radical de rumbo. No creo que eso ocurra". Tuvo una incursión, fugaz, en la política activa, cuando fue presidente de la asamblea municipal del Ayuntamiento de Lisboa. Duró cuatro meses y acabó enojado hasta con su propio partido. No le quedaron ganas de repetir la experiencia, aunque en alguna ocasión aceptó ir en las listas electorales en lugares no elegibles. "Creo que sería un diputado muy bueno", dice sin cortarse. "Siempre he dicho lo que he querido, y también es cierto que la dirección del partido nunca ha hecho nada para impedírmelo".

Saramago hace tiempo que no sube a su escritorio, en el piso superior de la casa, porque la estrecha escalera entraña un riesgo demasiado alto. El estudio tiene una hermosa vista con el Atlántico al fondo, la mesa de trabajo, anaqueles con los libros más queridos, pinturas, recuerdos. Ahora escribe en la biblioteca construida en un edificio anexo a la casa, que alberga su colección particular, convenientemente catalogada, a la espera de su traslado a la Casa dos Bicos, un edificio emblemático del gótico lisboeta, construido en 1523, que será la sede de la Fundación José Saramago, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de la capital. "La fundación es cosa de Pilar", dice el escritor. La compañera inseparable, traductora de sus últimos libros, es el motor del engranaje. "No sólo el motor, también las ruedas". En la recta final de su vida, contempla una vuelta, tal vez parcial, a su querida Lisboa, donde tiene una casa. "Ahora nos vamos a Italia y luego nos quedaremos unas semanas en Lisboa. Allí siento que estoy en casa. Nunca pensé que viviría en una isla en medio del Atlántico, a 100 kilómetros de la costa africana". Todo parece a punto para el regreso.

sábado, 19 de junio de 2010

España va bien

El turismo es la fuente de prácticamente la mitad de los ingresos, aunque otros países del Mediterráneo se están poniendo las pilas y empiezan a realizar ofertas interesantes para el escogidísimo muestrario humano que nos visita año tras año compuesto por hooligangs ingleses, franceses que no meten la mano en el bolsillo ni en invierno y tiernos camioneros alemanes (deine blaue Augen machen mich so sentimental...).

Construcción KAPUT, fabricación de coches e industria asociada KAPUT. ¿Industria pesada? En Oriente, bien, gracias.

Sin independencia energética, sin ingresos y con deudas y déficit disparado, los burros y los burdéganos serán muy necesarios para vivir de nuevo de la pobre agricultura mesetaria.

La mala noticia es que están en vías en extinción.

jueves, 17 de junio de 2010

Ar geeeeeen ti naaaaaaaaa!!!!


¡Partidazo de la albiceleste! Como en los mejores tiempos. Messi calentando motores (impresionante el doble tiro que mordió el palo sin ángulo y acabó en las piernas de Higuaín). ¡Ni Le Corbusier, ni el mismo Niemeyer pudieron siquiera soñar semejante línea...!

Verlo a Maradona era todo un poema. Con esa barba blanca mezcla de Papá Pitufo y gaucho salteño. El viejo Maradona... todo un símbolo de mi generación. El pibe que salió de la villa y que dibujaba cosas imposibles en la cancha. Que puso en pie a una nación entera en 1986 y casi vuelve a repetir la hazaña en 1990. Que cayó y se levantó docenas de veces. Han pasado veinte años!

Aunque a veces alguien de su entorno tendria que recordarle que es mortal -y que como tal también dice y hace boludeces- el Diego fue algo difícil de explicar, que sólo puede darse en un país donde la mitomanía alcanza grados religiosos. Gardel, Perón, Evita, Maradona... El Panteón Nacional.

Ya lo comenté en otro post: si la ensalada de egos que es la selección argentina despierta, podemos ver fútbol de altos vuelos. Ojo en defensa, no están las cosas para andar regalando goles. No miro a nadie...

El Mundial electriza las naciones. Y yo que no tengo tele en casa ando como alma en pena de bar en bar...

1974, Mundial de Alemania. Soy un pibe y voy a cuarto curso. Existía un álbum de figuritas (cromos) que había que conseguir sí o sí para obtener la pelota oficial del campeonato.

Recuerdo un jugador de Zaire (hoy Congo) que no se podía encontrar ni a tiros. Era la figurita difícil. Hasta guita ofrecían... La gente empezó a pensar que se trataba de una leyenda urbana.

MUKOMBO, jugador de Zaire. ¿Qué habrá sido de él...? ¿Habrá sabido alguna vez que, pese a que su selección nunca alcanzó la gloria, él y sólo él estuvo en boca de todo un país?


-Ché... ¿tenés a Mukombo?

-¿Y vos creés que si la tuviera sería para vos...? ¿Vos estás en pedo?

Los nostálgicos pueden pulsar aquí. Este es el álbum de la Copa del Mundo de 1974. Misteriosamente, la página en la que debería aparecer Mukombo ha sido cuidadosamente arrancada. ¿Tendrá algo que ver Mukombo con las profecías de Nostradamus, la caída de las Torres Gemelas, el advenimiento del Anticristo? Mukombo Macumba...

Llevo siete millones de años fuera de mi país, el año pasado fui a Buenos Aires y me pareció estar en Marte, pero cada vez que Argentina juega un Mundial me veo gritando solo en cualquier bar como si me fuera la vida en ello. En el 2006 casi genero un incidente en el bar del pueblo de Castilla en el que vivía. Argentina estaba jugando mal y me puse a putear al aire y en el bar estaba el cura -menudo-, el alcalde y todas las fuerzas vivas. En 1986 estábamos viendo la final en casa de Manuel Picón y de la emoción del tercer y definitivo gol de Argentina me levanté y le di un hombrazo a una biblioteca que saltó por los aires. Estaba como drogado: no sentía dolor, sólo alegría infinita. En 1978 tuvimos que irnos y mi tío Santiago -Dios lo tenga en su gloria- coleccionó para mi hermano Diego (el genio de la familia) y para mí todos los periódicos del Mundial. Día por día. Y luego nos lo envió a nuestro piso de Juan Bautista de Toledo. Vimos la final en una tele alquilada en la calle Hortaleza por 1.150 pesetas al mes. ¡Una ganga!

Gracias muchachos por el partido que hicieron. Invitan a soñar. Cierro los ojos y corro otra vez por la Agronomía.

Todos somos ángeles caídos en este mundo cuadrado, por eso ver al Diego-Fénix abrazado a los pibes después de cada gol es como verlo al Camarón cantando por bulerías en una esquina cualquiera de Cádiz. Como si nunca hubiera muerto. Algo que obviamente no puede, no debe. Simplemente no ocurrió.

miércoles, 16 de junio de 2010

España 0 Suiza 1

Estreno de España en el Mundial de Sudáfrica. Partido penoso. En ningún momento dio España sensación de poderío. Nada que ver con el sabor que dejó en la Eurocopa de 2008. Con un juego aturullado, impreciso y anodino.

El Niño Torres a por uvas...

Es lo que tiene ir de favorito, que aparece una selección discretita como la Suiza y te deja tiritando.

Cuando se trata de los mundiales, sobre España pesa una suerte de maldición. Da la sensación de que siempre es la misma historia: sufrir como condenados para pasar a la segunda fase y marcharse para casa a las primeras de cambio.

No en vano, el puesto más importante que alcanzó España en un Mundial data de 1950. Y se trata de una cuarta posición... En tiempos de Zarra, en el mismo Mundial en que la selección charrúa venció en la final a Brasil por un heroico 2 a 1. El famoso Maracanazo que dio a Uruguay su segunda Copa del Mundo.

Ahora queda Chile -que viene pegando fuerte y sería fantástico que su gente, después del desastre de febrero, tuviera un respiro de alegría- y Honduras.

Mucho tiene que mejorar España si quiere aspirar a un puesto de honor en el campeonato. Pero musho, musho, musho...