jueves, 31 de agosto de 2017

Un anno d'amore


Ni modo


martes, 29 de agosto de 2017

Ni siquiera la lluvia

En algún
lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.

Con solo mirarme, me liberas.
Aunque yo me haya cerrado como un puño,
siempre abres, pétalo tras pétalo mi ser,
como la primavera abre con un toque diestro
y misterioso su primera rosa. O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bella, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier.

Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.

Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas...

Nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas.

E.E. Cummings

domingo, 27 de agosto de 2017

Luna y misterio

Caí en la milonga de madrugada. Esa milonga diminuta pero agradable. La noche madrileña invitaba a soñar.

Andrea me vio en la puerta y me llamó con un gesto.

—Che… me encantó lo que escribiste. ¿Milongueras con cara de muerta viviente? ¡¡Esa soy yo…!!— y se largó a reír a mandíbula batiente.

Esta mina se ríe de sí misma. A esta la quiero cerca, pensé.

Ignorando las reglas no escritas de la milonga y a la amiga recién llegada de Londres que me acompañaba, Verónica me sacó a bailar. La falta de carácter no es uno de sus defectos.

—Qué bien cantaste el otro día, pibe— dijo en un susurro, con su mejilla junto a mi boca. Abrazo cerrado. Bien cerrado. Asfixiante.

—Gracias, linda.

Entre tanda y tanda se fueron acercando todas. Ruth, la Bionda Popolare, Anabel, Luz, la otra Verónica, Paloma, Graciela, Blanca. Todas tuvieron palabras amables. Algo las tocó especialmente cuando rompí a cantar la otra noche en Siwa, entre lienzos de mamuts y monquiquis. Valiosas obras de arte popular señaladas por el conocimiento experto de Julito y rescatadas de las basuras que los gatos desechaban. Se habían abierto por fin las compuertas.

“Raro que las milongueras reparen en el canto. Siempre están a la suya. Aquí pasa algo”, me dije, tanteando el mango de mi facón.

Se acercó Paco, tocado pero más entero que muchos.

—¿Y Mauricio? ¿Dónde está?

—Creo que anda medio cansado.

—Dame el teléfono que ahora viene. “Che, Mauricio, vení a Barrio de Tango que hay muchas minas”.

►♫ A las pruebas me remito.

En media hora cayó nomás. Abran cancha que aquí viene el Tigre Rosarino.

No tuve que sacar a nadie. Una a una todas se acercaron hasta mi rincón y me fueron invitando a bailar. Tanda a tanda. Yumba a yumba. Di Sarli, Canaro, Fresedo, D’Arienzo, Troilo y, finalmente, Pugliese. A ella le gustaba especialmente Pugliese. Era capaz de sentar a cualquiera que no estuviera a su nivel cuando sonaba el piano de Don Osvaldo.

—No puedo hacerle esto a Pugliese— decía. Como si fuera alguien de su familia. La famiglia.

Andrea pinchó "En esta noche de luna". Qué hija de puta. Más leña al fuego. Dale que va.

Entonces la vi. Zapatos de tango plateados y falda corta verde. Muy corta. Esos zapatos ya se los conocía. La falda verde mar, mi color favorito. Asimétrica, con un estilo algo paleolítico a lo Betty Mármol, la sugerente esposa de Pablo, el fiel amigo de Pedro Picapiedra. Invitaba a hacer cosas muy, muy primitivas.

Es ella. No puede ser otra. Cierra los ojos y se entrega como ella. Sigue el compás y dibuja voleos con nervio como ella. Se cruza como los ángeles. Sonríe en éxtasis en brazos de otros como ella. Se deja llevar, quién sabe adónde. Hacia mí no, seguro.

¿Qué hacía en Barrio de Tango a las tres de la madrugada? No era una milonga que le gustara especialmente. Pista pequeña. Demasiado calor.

Me olvidé de todo. Había poca luz. Andrea quitó unos focos que parecían propiedad de la Gestapo. Bien.

“Es ella. Y no me da ni cinco de bola”, pensé.

Cuando ya no pude más, me acerqué al Enterrador del Colon Irritable y le pregunté quién era esa mina que se entregaba tanto.

—Creo que se llama Cristina. Es española— dijo el Enterrador.

No puede ser, carajo. Es ella. Aunque era cierto. Tenía los tobillos algo más finos. Como mis propios labios, siempre apretados como un rencor.

Además, cómo iba a reconocerla entre todo ese humo.

Y esa gente.

Tan lejos de los dos.

Fuimos


sábado, 26 de agosto de 2017

Enamorarse y no

Cuando uno
se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

Mario Benedetti

Cuatro de copas

Mi querido viejo, el artista Abel Rasskin, me ha dedicado una letra para que le ponga música. En principio iba a ser un tango, pero la veo más en milonga. No sé. Las canciones tienen vida propia.

Qué decir... mi viejo es un tipo único. Todo lo que hace lo hace bien. "Cuatro de copas" hace referencia a nuestro juego nacional, el truco, una especie de mus del Río de la Plata.

¿Cómo? ¿Que tu viejo te dedica un tango-milonga? Pará un cachito... eso no le pasó ni a Gardel. Entre otras cosas porque los padres de los cantores solían estar desaparecidos en combate. Andá a emborracharte ahora mismo!

Un cuatro de copas en el truco no vale nada. Tienes que ser un genio para ganar con cartas como esa. Las cartas que te depara la suerte.

Así llegamos a este país, con un cuatro de copas. Sin dinero, sin familia, sin contactos. Sin nada.

Hoy la familia ha crecido y todos somos razonablemente felices, entre otras cosas, porque no hemos vendido nuestra alma al diablo y conservamos la independencia y la libertad, los valores supremos en nuestra forma de medir las cosas.

Papá, mamá, habéis hecho magia. Y con un cuatro de copas.

Aquí va el texto de la canción y, a continuación, el primer boceto de la música con aire de milonga sureña. En breve la grabaremos con los Rufianes Melancólicos.

Va por ustedes. Por todos los que se la tienen que luchar a diario y la vida les ha repartido un cuatro de copas. Definitivamente, esa es mi gente.


CUATRO DE COPAS

letra: Abel Rasskin

                                                         a mi hijo Martín

Callecita angosta
la del árbol viejo
habitas en la sombra del olvido
y en la voz de quienes son los míos.

Viento del sur nos empuja,
cierra las puertas,
nos hiela el corazón.
A otro mundo. A escolasear con un cuatro de copas.

Pegadito al cordón de la vereda
barquito de papel te llevaste la infancia.
Cuando las aguas se volvieron rojas
te llevaste a los amigos y al vecino soñador.

Y cruzamos el charco
con el amor en los bolsillos.
A escolasear
con un cuatro de copas.

Envueltos en la bruma del río
se fueron los abuelos.

Y fuimos cuatro y fuimos uno
y fuimos cinco. Por las calles de Madrid.

Es tarde de tango
el vino entrador y la guitarra traen aires del sur.
Cuatro de copas. Ya lejano...
Hoy, cuando somos más,
que valga el recuerdo.

►♫ Cuatro de copas. Primer boceto

viernes, 25 de agosto de 2017

Mina de tango comme il faut

Anoche bailé con una mina de tango que tenía una sonrisa que te atravesaba. ¿Una mina que baila gotán y que no para de sonreír? ¿Me habré equivocado de sitio? ¿Dónde está la cara de muerta viviente? ¿Dónde quedó la mirada despectiva, el silencio sepulcral, el no sé ni quién eres?

Pues, sí. Sorpresas te da la vida.

Andrea Venturini me invitó a cantar un tanguito en la milonga del Hondo Bajo Fondo. Fue Nido Gaucho, en la versión original de Di Sarli. Qué tangazo.

Después, cerramos la sesión en el Siwa (calle Ballesta, entre putas y cafishios), el lugar más tanguero que conozco.

Cayó un cantor de Buenos Aires y estuvimos haciendo un mano a mano de tangos y milongas. Como en el viejo barrio. Momentos de gran intensidad poética. Cafetín de Buenos Aires, Malena, Tal vez será su voz, Garúa, Corrientes y Esmeralda, Por una cabeza, ¡Fueron tres años...!

Mi compadre Mauricio no pudo asistir. Acompañó brillantemente Damián a la guitarra y el que suscribe cazó la viola en varias ocasiones.

Logramos que hasta Julio cantara un tango. Qué magia inigualable tiene esta música, por Tutatis.

Rematamos la faena bailando de madrugada. No había ningún "purista pro" en la sala, así que todo fue como la seda. A los puristas pro habría que fletarlos a Marte, su planeta natal. Hablaré personalmente con Elon Musk. Es un tipo con la cabeza bien amueblada, seguro que no pone pegas. Es preciso ensayar con ciertos individuos el proyecto de migración al planeta rojo. Si la cosa va mal siempre pueden quedarse ahí, con su cara de culo perenne. Nadie los echará en falta.

Paloma me acercó en su Twizy hasta mi coche. A la altura de Plaza de España nos detuvo una furgoneta de la Policía Nacional. Se abrió la puerta y vimos seis policías gigantescos, tipo Acción Mutante, con cara de querer entrar en acción, precisamente. Yo iba en la parte de atrás del noble y diminuto vehículo eléctrico. No sé cómo logré entrar. Salir se antojaba mucho más complicado.

El oficial que hacía de jefe preguntó a mi compañera si estaba en condiciones de conducir, ya que nos había visto hacer maniobras raras por Princesa. Lo cierto es que Mártires de Alcalá estaba cortada y mi coche estaba aparcado ahí mismo.

—Sí— respondió ella con su sonrisa luminosa como un sol.

—La verdad es que este coche resulta algo cómico... — dijo el policía.

¡Nos detuvo porque el coche le resultaba gracioso! Estas cosas solo ocurren en España. Por eso, entre otras muchas cosas, es el mejor país del mundo para vivir.

Por cierto, Andrea Venturini es una profesora de tango excelente. Fui a una clase suya y me pareció una persona que sabía lo que hacía, tranquila, humilde y muy didáctica. Las clases son los miércoles en la Milonga del Hondo Bajo Fondo. Hay mucho fantasma en el mundo del tango. Andrea es todo lo contrario. Da gusto asistir a sus clases. Además, como Andrea cree en el ser humano (hay gente así, no es el producto de mi imaginación), las clases son gratuitas. Animo a todos los lectores del blog interesados en el tango a asistir. Si alguien necesita más información, estaré encantado de enviársela.

El local donde se hace la milonga del Hondo Bajo Fondo está cedido por una organización de religiosos seglares que realizan toda clase de labores sociales, a cuál más encomiable. Curas de izquierda, como tiene que ser. Como el maravilloso e inigualable PADRE LLANOS, Dios lo tenga en su gloria!!!

Gente que se deja los cojones por los demás. Hay tanto fachilla suelto por esos campos de Dios que a uno se le empaña el periscopio de vez en cuando.



Pablo es lo más grande

Mi hijo Pablo es un tipo magnífico. Me ve laburando como una bestia parda (como lo que soy) y me sorprende con un plato combinado que está exquisito. Y eso que tiene dieciséis años, la edad de pensar que tu viejo es un error de la naturaleza.
Este pibe no es de este mundo. Un capo total.


miércoles, 23 de agosto de 2017

Non ti sopporto più

Zucchero. Un genio. Davvero!

lunes, 21 de agosto de 2017

Identidad

Mi abuela me llamaba "Martencito". Mi abuelo, "Arelito". Hoy me desperté oyendo esas dos palabras, como si mis abuelos me las susurraran al oído.

Qué gente maravillosa eran mis abuelos. Currantes, sencillos, cariñosos. La mejor gente que uno pueda desear en la vida.

Después he conocido cada "pescao". La gente tiene un miedo atroz a la soledad y no se da cuenta de que, en términos generales, Sartre tenía razón. Sobre todo en esta época en que conocer gente es tan fácil. La facilidad siempre es enemiga de la profundidad. Si la cosa es fácil hay que sospechar que aquí hay gato encerrado. Si es excesivamente fácil, el gato es mastodóntico y te engullirá.

¿El infierno? ¿Qué es el infierno me pregunta usted? L'enfer, c'est les Autres !

Bueno. La verdad es que Sartre era un viejo choto. Todo el día escribiendo al lado de Simone de Beauvoir. Qué querés...

La Beauvoir, todo cariño y amor, se encargó de retratar su decadencia con precisión forense -bien, bien francesa- en "La ceremonia del adiós". Au revoir, chéri ! Leerlo es vomitivo.

Hay un tiempo para todo. Para compartir, para estar solo. Mucha gente se desespera ante la soledad y, bien encarada, disfrutando de tu trabajo y oyendo buena música, puede llegar a ser una bendición.

El problema básico no es tanto qué tiene uno. Un amor o decenas (vamos todavía, viejo lobo de mar!). El problema es qué hace uno con lo que tiene. Una relación amorosa puede llegar a convertirse en una tumba de cemento fresco. La idea del sacrificio está desterrada de la vida actual y, créame, sin sentido del sacrificio una relación sentimental está condenada al desastre. Después el papeleo, me llevo mis cosas. Siendo tío hay una ley no escrita por la que si la cosa va mal te tienes que ir tú, no ella.

Me alquilo un trastero. Me hago amigo del tipo del trastero. Me quedo a vivir en el puto trastero. Qué chupi. Me apetece tanto como pegarme un tiro en el pie.

¿El infierno....? ¿Pregunta usted por el infierno...?




domingo, 20 de agosto de 2017

Terror

Occidente no sabe cómo parar esto, entre otras cosas, porque nadie sabe cómo hacerlo.

Nuestras sociedades son abiertas, democráticas. Europa tiene un modelo de convivencia que no existe en otras partes del mundo. En nuestro territorio viven personas de credos religiosos muy diversos y a todo el mundo se le deja existir en paz. En otras naciones de la "Alianza de civilizaciones", las cosas son distintas. Los coptos de Egipto, una minoría numéricamente importante, experimentan a diario qué significa ser cristiano en el mundo musulmán.

El salvaje atentado de Barcelona es respondido con un minuto de silencio, un silencio de rabia, pero también de impotencia porque, aunque nos cueste admitirlo, no existe forma de ganar esta guerra.

Algunos pensarán que sí existe, pero eso exigiría renunciar a nuestras señas de identidad como europeos y regresar a tiempos oscuros.

El terror ha encontrado una forma de atentar prácticamente gratuita. Cualquiera puede llevar a cabo un acto terrorista que queda en la retina. Los soldados pueden ser menores de edad. Nuestro sistema jurídico ni siquiera está preparado para contemplar estas posibilidades: la realidad va por delante. Cualquiera y en cualquier momento. El terror perfecto.

Cuando ocurrió la matanza de Atocha, de la que me salvé por los pelos, el terrorismo yihadista acabó indirectamente con ETA. Era imposible superar aquello. Trece años después nuestro umbral de tolerancia al terror se ha vuelto más permisivo. Niza, Londres, París, Barcelona. La matanza de Atocha provocó la mayor manifestación de la historia de España. Hoy nos conformamos con un "tweet" y un crespón negro digital. ¿Qué nos hará reaccionar nuevamente? ¿Un artefacto nuclear? ¿Una crisis bacteriológica? ¿Los muertos han de contarse por millares o centenares de millares?

Por cada atentado que efectivamente ocurre hay otros muchos que se evitan antes de que sucedan. Nuestras fuerzas de seguridad y nuestros servicios de inteligencia trabajan incansablemente, pero no pueden llegar a todo, porque llegar a todo supondría poner cámaras y micrófonos en cada casa, instaurar un régimen de orden y mano dura.

El propio atentado de las Ramblas de Barcelona y Cambrils fue fruto de la improvisación. La suerte jugó a favor esta vez y las bombonas que preparaban en Tarragona estallaron antes de tiempo.

Se están dando las condiciones perfectas para un gobierno estilo Le Pen y los terroristas lo saben. Saben que cuanto peor, mejor. Saben que pueden cambiar gobiernos e influir decisivamente en la voluntad popular, como sucedió en 2004 tras la matanza de Atocha.

Históricamente, el pueblo alemán ha sido un pueblo culto que ha dado a la humanidad frutos de altura inigualable en todos los campos. Pensamiento, literatura, ciencia, medicina, música, tecnología. La lista de nombres de primera fila es prácticamente infinita.

¿Cuál es la gota que colma el vaso? ¿Qué hace que una sociedad culta y avanzada se transforme en una bestia sedienta de sangre y busque a "otro" para hacerle pagar todas sus desgracias? ¿Cómo un país como Alemania llegó a enviar al combate a niños de 12 años enrolados en la Hitlerjugend? Niños que hicieron pagar un precio altísimo a las tropas soviéticas que tomaron Berlín, porque luchaban de manera despiadada.

Lo que ocurrió durante los años de la Alemania nazi -solo fueron doce años y medio. Felipe González gobernó durante más tiempo- no puede excusarse de manera alguna, pero sí puede intentarse conocer el proceso que desembocó en aquel aquelarre. Aquella orgía de sangre en la que un humilde cabo que ni siquiera había nacido en Alemania dirigió el país con mano de hierro y lo convirtió en una ópera de Wagner.

¿Se puede tratar como basura a un pueblo orgulloso de manera indefinida y no esperar reacción alguna?

Inglaterra, no Alemania, incluye en su escudo la divisa NEMO ME IMPUNE LACESSIT. Es el león británico quien clama NADIE ME HIERE IMPUNEMENTE. Y así ha actuado Inglaterra cada vez que alguien ha osado "importunarla". A zarpazo limpio.

Sin embargo, fueron las potencias centrales quienes perdieron la Primera Guerra Mundial. En el caso del Imperio Austrohúngaro, la derrota supuso su disolución. Es el mundo de ayer que tan magistralmente retrata Stefan Zweig en su obra.

Alemania siguió existiendo, pero en condiciones más que precarias. A la revolución espartaquista de comienzos del 19 y el consiguiente caos, siguieron las consecuencias del Tratado de Versalles. La deuda de guerra impuesta por las potencias vencedoras era virtualmente impagable y Alemania perdió todo su imperio colonial al tiempo que las partes productivas de su territorio, como es el caso de la cuenca del Ruhr o el Sarre, fueron ocupadas por tropas extranjeras para cobrar dichas deudas (que terminaron de pagarse en octubre de 2010).

Los años veinte fueron un desastre. Cuando las democracias son débiles los tiburones económicos se ceban con ellas. Todos los procesos hiperinflacionarios comparten características similares. Los tiburones actúan igual que lo hacen los fondos de inversión que apuestan en corto y solo sueltan la presa cuando esta ha muerto. Nadie está a salvo. Países, empresas, materias primas, divisas, lo que sea. El Banco Popular era el buque insignia del Opus Dei, la ultrísima-ultraderecha. No hay nada más a la derecha. Da igual, si los tiburones huelen la sangre irán a por el animal enfermo. Y no dejarán ni los huesos. "Son las leyes de la evolución, solo los más fuertes sobreviven", como gustaban recordar los propios nazis.

La República de Weimar apenas podía responder a la situación, no sabía qué hacer ni cómo manejar el caos.

La crisis del 29 fue la puntilla. Y el resto es historia. Nadie creyó que aquello fuera posible y, sin embargo, ocurrió. Apareció un partido fuerte, capitaneado por un iluminado. Las fronteras se cerraron, se saltó a la torera la imposición de Versalles de mantener un ejército testimonial y, lo más importante: se buscó un chivo expiatorio, alguien a quien culpar de todos los males que aquejaban a Alemania. Y funcionó. Vaya si funcionó. Porque incluso los alemanes más reticentes se dejaron arrastrar por la marea de entusiasmo nacional que invadió las calles del país desde enero de 1933. Uno a uno, Hitler recuperó todos los territorios continentales perdidos en 1918. El imperio de ultramar, convertido en un sueño continental, lo recuperaría mediante el concepto de Lebensraum. Puso la máquina de imprimir billetes al rojo vivo e ideó una política de obras públicas que mejoró las cifras de paro nacional. Volkswagen, Autobahnen, vacaciones en el Mediterráneo italiano. Ya en 1935 se aprobaron las leyes raciales de Nüremberg y no pasó nada. El odio funciona. El odio vende.

Solo tras la derrota de Stalingrado el pueblo alemán empezó a despertar del sueño. Desde el 30 de enero de 1933 hasta el 2 de febrero de 1943, silencio. Salvo claro está una minoría de alemanes disidentes que pagaron con sus vidas. Durante 10 años todo fueron victorias. Y a nadie le importó la situación de los que sufrían. Se repetía el esquema de las sociedades primitivas: se sacrifica a cuchillo a una serie de víctimas propiciatorias bien identificadas y los dioses "hacen llover". Ante situaciones desesperadas se requiere una solución mágica. Está inscrito en nuestro ADN. Nadie se sustrajo al influjo de aquella magia negra. No fue solo el Volk alemán. No. Fueron Martin Heidegger, Ernst Jünger, Carl Schmitt, Wilhem Furwängler o Herbert von Karajan. Los espíritus más exquisitos: nazis convencidos. Como la Wunderkind del régimen, Leni Riefenstahl.

El triunfo de la voluntad. Las ideas más locas de Nieztsche hechas realidad. A veces pasa desapercibido que desde enero de 1933 hasta el momento en que Alemania invade Polonia transcurren poco más de seis años y medio. Y el país pasa de ser un caos perfecto a convertirse en un puño de hierro que golpea inmisericorde, con uno de los ejércitos mas avanzados del mundo. El espíritu humano es así. En cortísimos plazos de tiempo puede avanzar lo indecible y el combustible preferido para esta clase de procesos es el odio, el deseo de aplastar a otros. La ciencia nunca avanzó tanto como en los años de la Segunda Guerra Mundial. En tiempos de paz se cría grasa. La máquina funciona perfectamente aceitada si está en guerra, si odia día y noche.

El esquema se repite con precisión matemática. Grecia es puesta de rodillas. Aparece Amanecer Dorado y logra una cuota de presencia nacional importante.

¿Cuál es el factor que lleva a un partido marginal con un ideario irracional y alimentado por el odio puro a convertirse en alternativa real de poder?

En mi opinión, se trata de una combinación de diversos factores pero hay un elemento fundamental que aparece siempre en todos los procesos de radicalización extrema: el miedo cerval, primario.

En los primeros discursos de Hitler, este hace gala de un desprecio absoluto por el sistema de partidos: los odia a todos por igual. Grita como un enegúmeno que ninguno ha sabido resolver los problemas del pueblo alemán. Y el auditorio aúlla enfervorecido. Promete acabar con todos ellos, sin excepción. Y eso mismo hizo.

Para intentar parar la amenaza terrorista, Europa debería renunciar a todo eso que la convierte en un lugar único, tolerante y de fronteras abiertas. Debería convertirse en un estado policial. Y retrocederíamos décadas.

Los signos externos están ahí. Brexit, Trump, Le Pen, Viktor Orban, Amanecer Dorado.

Los cisnes negros. Nadie cree que eso sea posible. Pero ocurre.

¿Cuántos minutos de silencio nos separan del monstruo? ¿Cuál es la siguiente jugada?
















jueves, 17 de agosto de 2017

Margot

miércoles, 16 de agosto de 2017

Fecalismo

El reputado periódico El País está perdiendo facultades. En su edición de hoy, 16 de agosto de 2017, publica en portada un artículo intitulado "Los mojitos de las playas, nido de bacterias fecales".

Líbreme el cielo de poner en duda la autenticidad de semejante aseveración. Pero, ¿acaso no es menos cierto que el fecalismo también campea a sus anchas en el otrora Mare Nostrum, cuna de la civilización que, de seguir por este camino, pronto le quitará  la exclusividad al Mar Muerto? ¿Y qué decir de las monstruosas aglomeraciones en los arenales misturados en turbio contubernio con toda clase de sustancias orgánicas e inorgánicas, plásticos, colillas, tampax, pañales? Sugiero incorporar restos de hospital a las playas, ya que es lo único que uno podría echar de menos si se pusiera a catalogar aquello.

¿Podemos engullir paellas en la alegre compañía de hooligangs tatuados hasta en los párpados por un precio cerrado de 8,75 euros y estar completamente seguros de que la materia fecal no se oculta tras los diminutos cangrejos de piscifactoría y las chirlas de Lidl?

¿Acaso la definición de materia fecal no debería extenderse a ciertos bípedos implumes que se empeñan en venir año tras año a la Piel de Toro, páramo de Quijotes, tierra de conejos y hacen todo aquello que jamás se les ocurriría hacer en sus tristes, grises y patéticos países?

En las etapas evolutivas del ser humano se ha producido un paso de "lo sucio" a "lo limpio". Eso nos ha permitido alargar considerablemente la esperanza de vida. Todo iba bien hasta que apareció el turismo de masas. Una horda de borrachos, amorfos y vociferantes seres capaces de colapsar las redes de aguas negras. Las de la paciencia y las de la mera convivencia.

El turismo de masas es al descubrimiento del viaje lo que Juego de Tontos a la historia de la literatura.

En buena hora España se ha convertido en un destino turístico de todo a 100. Nuestro país vale para bastante más que esta vocación, este destino fecal. Y fatal a fe mía...!

El País se equivoca. Intoxica al pueblo español. Los mojitos de la playa no son el principal nido de bacterias fecales.

Que también.

¿Apetece un mojito...? (Foto © Augusto Khágate)






martes, 15 de agosto de 2017

¿Qué está superado?

Oigo a menudo que el debate entre izquierda y derecha es algo superado, del pasado. No es cierto. Tenemos tecnología y conocimiento de sobra y sin embargo el mundo sigue muy mal repartido.

Se puede tener dinero y ser de derechas. Es comprensible. Tienes un montón de dinero y no estás dispuesto a compartirlo. Natural. Muy humano. Además, eres muy religioso y piensas que un Dios justo y bondadoso te premiará en la otra vida por haber sido un cabrón egoísta y avaro. La falta de oxígeno en el cerebro causa estragos.

Pero ¿qué decir del que no tiene nada y es de derechas? Un pobre diablo que defiende las ideas y las propiedades del amo.

La explicación es de carácter teológico. En su infinita sabiduría, Dios creó al pobre de derechas porque en este mundo tiene que haber de todo.

Lo que no se dice no existe

Sí. Así es. En este mundo repleto hasta los topes, inclemente, de marchantes de hombres y almas. De máquinas que se han instalado en las tripas, ingenios mecánicos que bombean sangre al cerebro, a los músculos, al centro del diafragma.

Si no dices las cosas se desvanecen en el aire. Mueren antes de nacer. La única posibilidad de Dios es el lenguaje.

Hay que despertar a quien duerme a nuestro lado, abrazar con desesperación, jurar que la vida no pudo ser antes o después.

Mentirle y mentirte si es preciso. Decirle que lo es todo, que te pegarás un tiro en la sien si le llega a pasar algo, que nunca pudiste imaginar que existiera un ser que te completara de aquella manera. Porque los individuos tomados de uno en uno no son nada. Menos que nada.

Solo aquello que se dice puede llegar a ser. Porque mañana podrías viajar y no regresar. Ir a ese hotel de cinco estrellas que arderá hasta los cimientos. Encontrar la muerte en una esquina, a plena luz del día. Repetir la pelea con aquel marinero portugués cuya navaja esquivaste de milagro. Morir de contramano entorpeciendo el tráfico.

Y entonces de nada te valdrá llorar a mares. Nadie estará para escucharte cuando la angustia trepe por tu garganta y no te deje dormir nunca más.

Llevarse las palabras de cariño, de entrega sin límites a la tumba. Soltarlas a destiempo, decírselas a un animal, a un desconocido que no volverás a ver ni en sueños. Arrastrándote por las milongas para ver si alcanzas a reconocerme entre todo ese humo y esa gente.

No hablar cuando es preciso, cuando el futuro del Universo depende de una sola palabra.

Ese es el verdadero infierno.

jueves, 10 de agosto de 2017

Una república hermana se desangra

En el mes de agosto de 1939, hace ahora 78 años, el mundo se sorprendía ante un pacto de no agresión firmado por dos potencias que se odiaban a muerte. Se trataba del pacto germano-soviético que suscribieron Hitler y Stalin, enemigos irreconciliables. Al primero, el pacto le otorgaba carta blanca para invadir Polonia y, al segundo, le compraba tiempo para reorganizar sus propias tropas, descabezadas por las salvajes purgas de los años 30.
La izquierda de todo el mundo, vertebrada en torno a los partidos comunistas de Occidente, guardó un espeso silencio ante este tratado. De un día para otro, la crítica feroz de la Alemania nazi, que ya había aprobado las leyes de Nüremberg y se había anexionado Austria, Checoslovaquia y diversos territorios en disputa, desapareció del ideario de los partidos progresistas como por arte de magia. Había que seguir los dictados de Moscú.
Hoy, agosto de 2017, la izquierda calla ante lo que sucede en Venezuela.
¿Qué significa ser de izquierdas? ¿Se puede permanecer en silencio ante los continuos atropellos a los derechos humanos denunciados, entre otros organismos, por la ONU o la propia Amnistía Internacional? ¿Resulta admisible cambiar continuamente las reglas del juego democrático cuando los resultados son adversos? ¿En nombre de qué ideales pueden tolerarse presos políticos en el año 2017? ¿La estrepitosa caída del bloque soviético no enseñó nada sobre lo que significan los regímenes totalitarios de partido único y economía estatalizada?
Venezuela se desangra. Su economía es un desastre sin paliativos. La población soporta a diario la carencia de suministros básicos y de medicinas. Asimismo, el nivel de violencia cotidiana genera tal cantidad de muertes al año que sitúan al país en niveles de guerra civil.
¿Ser de izquierdas supone permanecer callado cuando los que cometen crímenes son los tuyos? Entonces estamos dando por bueno el mantra de la mafia. “Sí, es cierto, son unos hijos de puta… pero son NUESTROS HIJOS DE PUTA”.
No. No se puede ser tan cínico. Se supone que la izquierda tiene un componente ético del cual carece la derecha, una preocupación por los más débiles, por aquellos que no le interesan a nadie.
Hoy en día no resulta tan sencillo cometer atrocidades y que queden impunes. No es la misma situación que se dio en los años 40 en los campos de concentración. Existe Internet y los teléfonos móviles. La reciente primavera árabe dio buena muestra de lo que significan los modernos medios de comunicación en manos de una población enardecida. Cuando vemos en los medios de todo el mundo a patrullas de motoristas golpeando salvajemente a muchachos que difícilmente superan los 20 años, que no parecen ser “miembros de la oligarquía”, no hacen falta más explicaciones. Eso no puede ser. Y punto.
Nunca he entendido aquello de "mis muertos son distintos de los tuyos". Es obvio que la Alemania nazi provocó los sufrimientos de la Segunda Guerra mundial pero, ¿hacía falta bombardear Dresde cuando no era un objetivo militar? Cien mil muertos de un lado se parecen terriblemente a cien mil muertos en el otro bando.
Dejando a un lado la talla intelectual del supuesto conductor de esta ¿revolución popular? que no admite comparación alguna con personajes como Robespierre, Lenin o el propio Fidel, ¿qué pretende el régimen bolivariano? ¿Crear una Corea del Norte en América del Sur?
Los partidos comunistas de Europa se desmarcaron de los dictados de Moscú creando la vía del eurocomunismo, apostando por respetar el juego democrático. En ese orden de cosas, Santiago Carrillo participó en la transición democrática y posibilitó alcanzar pactos con las fuerzas vencedoras de la Guerra Civil española.
Venezuela es un país maravilloso, de arraigada tradición democrática. En los años posteriores a la Segunda Guerra  arribaron europeos de todas las nacionalidades (italianos, españoles y portugueses, principalmente, pero también alemanes, checos, holandeses, polacos, judíos de distintas naciones, etc.). Durante los años 70 y 80, llegaron perseguidos de las dictaduras del Cono Sur, aquellas que hicieron conocer el término desaparecido en el mundo entero. Todos ellos fueron recibidos con los brazos abiertos y se incorporaron a la vida académica, cultural y económica del país.
Es imposible cerrar los ojos ante lo que está ocurriendo, porque es grotesco. Ningún intelectual de izquierdas –bien alimentado y acostumbrado a las garantías democráticas– podría adaptarse a vivir allí. Porque, entre otras cosas, en un régimen de partido único hay que cerrar la boca permanentemente. No hay voces críticas, porque acaban en el gulag.
Hay que cerrar la boca como cuando Hitler y Stalin decidieron darse un abrazo.
¿Se puede ser intelectual y no ser crítico? Eso no es un intelectual, sino un genuflexo paniaguado.
La izquierda no puede ser esto. La izquierda no le revienta la cabeza a los pibes universitarios. Eso no es izquierda. Es simplemente una dictadura más.

sábado, 5 de agosto de 2017

Olivia

Ella vino al mundo. ¿Te acordás, hermano, cómo nos quisimos siempre? Esos años de incertidumbre, de hacerse. Juntos.

El salón de tu nueva casa. Poner el corazón sobre la mesa y tu guitarra, la misma que atravesó décadas. Como si fuera el hilo invisible. Mano a mano, los dos.

De madrugada mandaste la foto de Olivita. Su primera foto. Un Buenos Aires invernal, paisaje de agosto. Recordé la foto de Naúm junto al sillón. Cómo lo echo de menos al loco.

Tan lejos de casa tuvimos que reconstruir la familia de cero, con los restos del naufragio. Y tu viejo era el tío mayor, el que conocía la vida y la gente. Alguien a quien escuchar y tomar nota. Porque sabía que el compendio de las pasiones humanas es reducido, repetitivo y predecible. Un prodigio de sentido común.

Vos, hermano querido, hermano del alma, siempre regalando luz. Siempre la mano tendida, sonriente, presto al abrazo.

No he conocido a nadie como vos, que haya transitado los caminos más oscuros, los infiernos más temidos y sea tan buena gente. Que se dé así.

Cuando nos despedimos en Ezeiza no pude darme la vuelta. Vos sabés. Esta distancia hija de puta. La terrible idea de no volver a verte. Y eso que tenemos la edad de Naúm cuando nos conocimos. ¿Estaremos empezando?

Si hay alguien que merezca toda la felicidad del mundo sos vos, Raulito querido. Y cuando uno te ve así, radiante, abrazado a ella, piensa que todo es posible, que hasta los sueños pueden ser.

Hasta la justicia divina.




viernes, 4 de agosto de 2017

Por culpas que nunca tuvimos

El Polaco canta Romance de Barrio.

Sí. Es más fácil renegar y partir que vivir sin olvidar.

Manzi. Poetazo.