miércoles, 7 de julio de 2010
Solar Impulse
Día de fuego en Madrid. Literalmente no se puede estar en la calle. Mientras todo el país hace tiempo esperando la hora del partido que enfrentará a España con Alemania por una plaza en la final del Mundial 2010, André Borschberg, a bordo del Solar Impulse -un avión impulsado exclusivamente con energía solar- intenta batir un record: volar 24 horas seguidas con un avión solar utilizando la energía acumulada durante las horas de sol.
Proyectos como el Solar Impulse ponen de manifiesto que el cambio es posible. Si se puede utilizar la energía solar para volar incluso de noche, ¿cómo no va ser posible aplicarla con éxito a los automóviles, los ordenadores, la calefacción, etc.? En días como hoy, con España achicharrada, más si cabe. ¡Toda esta energía desperdiciada! Hace falta voluntad política para modificar las cosas. No sólo a través de primas a las renovables, sino recortando impuestos a las fuentes ecológicas, invirtiendo fuertemente en I+D+i y penalizando el uso de fuentes contaminantes. Si no, ocurrirá como con el coche eléctrico en los años noventa (véase la excelente Who killed the electric car? en YouTube).
El primer paso es tomar conciencia de lo que nos jugamos.
El Sáhara, el centro de Australia, el desierto de Almería, el NOA argentino, los estados fronterizos con México de los EEUU, los propios desiertos mexicanos... ¿Por qué razón no se instalan macroproyectos de centrales generadoras de energía como la que existe en Sevilla construida por Abengoa? Centrales que combinen energía solar con eólica u otras. Un mix. ¿Qué clase de intereses son los que obligan a seguir utilizando el petróleo hasta la última gota, el carbón o la energía nuclear?
Se me dirá -y con razón- que la cantidad brutal de energía que necesita nuestro mundo no alcanza a producirse con "molinillos" y "plaquitas", como dicen los antirrenovables con la mala leche que los caracteriza. Como si la contaminación del planeta no fuera con ellos.
El mundo desarrollado se caracteriza por el despilfarro. Sorprende ver el número de oficinas iluminadas a altas horas de la noche en ciudades europeas. ¿Por qué no poner una tarifa absurdamente abusiva para aquellos que desperdicien la energía en estupideces? ¿Que tú eres tan listo que dejas las luces 24 horas encendidas en tu oficina de postín...? No problem, majete. Te va a llegar una factura inflada un 500 por cien el próximo mes. Si lo repites una serie de veces -porque tú lo vales- te cortamos la luz, te instalas una serie de bicicletas estáticas en tus oficinas y a bajar tripa generando electricidad (en la M40 de Madrid a la altura de Pitis hay un gimnasio muy "cool" con vistas a la calle que contemplado desde la carretera de circunvalación parece el Sol, luces para aburrir. Obviamente para nada).
El coste real del despilfarro lo pagamos entre todos. Es como el tema de los fumadores: la factura de su lento suicidio la pagamos los no fumadores, tanto en lo que respecta a la inhalación de sus malos humos en los bares como al pago de la Seguridad Social. Un caso de insolidaridad más.
Es preciso educar a los más jóvenes de otra forma completamente distinta. Tal como vamos el mundo no puede aguantar mucho más.
Cuando se critica frontalmente la energía solar, la eólica, la maremotriz o las decenas de combinaciones "verdes", se suelen obviar temas cruciales como la contaminación, la posibilidad de mareas negras, la contaminación radiactiva, la gestión de los residuos nucleares, etc. ¿Cuál es el coste real de desastres como el de la plataforma de BP en el Golfo de México, el Prestige, Chernobyl, el Exxon Valdez...? Hay que sumarlo todo en la hoja de Excel: la destrucción del hábitat marino, la pérdida de puestos de trabajo en la pesca, lo perjuicios causados al turismo. Durante AÑOS. La nuclear está muy bien. Y luego ¿qué hacemos con los residuos? ¿Los enterramos en el jardín privado del presidente de Endesa? ¿Se los encasquetamos al Tercer Mundo?
Es como si estuviéramos ciegos y no viésemos que el mundo necesita otra forma de interacción. No podemos esquilmarlo todo y esperar que no ocurra nada. En 2012 seremos 7.000 millones de almas sobre el planeta. And counting...
El gobierno alemán anuncia que para 2050 el cien por cien de su producción energética podría ser renovable. Incluso antes si se acelera el proceso de investigación y desarrollo de nuevas respuestas. En el contexto europeo, Dinamarca (y la propia España) son ejemplos a seguir. Véase la página web de la Agencia Danesa de la Energía.
Mientras escribo, Borschberg vuela sobre Suiza silenciosamente y no pagará ni un céntimo de combustible. Este es el camino. No hay otro.
El vuelo -preludio de una próxima vuelta al mundo "solar" pilotada por Bertrand Piccard, un personaje con nombre y maneras propias de Phileas Fogg o cualquier otro héroe de Julio Verne- puede seguirse en tiempo real en el siguiente link. Vuelo de 24 horas con energía solar.
Son las 18:56 hora de Suiza. Según los indicadores de la cabina del avión quedan 2 horas y 30 minutos de luz para seguir cargando. En este momento, el avión genera energía al 31,53 % de su capacidad. Queda una larga noche por delante.
El futuro ya está aquí. Bien por Piccard y su equipo. Así es como se hace, caballeros...
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