Esta noche no dormí bien. Tuve el sueño ligero y vinieron a verme todos los fantasmas. Hacía un frío de cementerio inglés, nieblas del puerto de Valparaíso que se habían pegado a las sábanas. De buena mañana bajé a tomarme un café y descubrí que habían puesto un nuevo cartel en la solitaria parada de autobús.
"Todo está bien. Sigan comprando", decía en grandes letras helvéticas sobre fondo blanco.
Entonces me sentí mejor, mucho mejor.
sábado, 2 de abril de 2011
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