Un poema de la uruguaya Idea Vilariño, enamorada de Juan Carlos Onetti. Enamorada y desenamorada. La luz que brilla con el doble de intensidad y el frío devastador que deja su ausencia. De aquel al que nunca debió amar y al que nunca logró olvidar.
Hace algún tiempo escribí desde Lisboa la crónica de la muerte de un montañero español que pereció en el Himalaya, en plena juventud y en pos de un ideal de perfección. Citaba entonces un texto de Joyce que ha marcado toda mi vida, el momento en que un marido de mediana edad descubre que la esposa a la que ama más que a nada en este mundo nunca ha podido olvidar a su amor de juventud y nunca lo ha querido como a aquel recuerdo, guardándolo para sí, llorándolo a solas. "Qué pobre papel he hecho en tu vida..." se lamenta entonces Gabriel.
Defendía entonces la tesis de que es mejor entrar en ese otro mundo de sombras en plena lucha a brazo partido con una pasión devastadora que ir marchitándose lentamente con la edad.
No es así. La pasión mata los sentidos, ahoga la razón. Y te destruye. Es un fuego estéril. No deja nada a su paso. Escombros, tierras yermas para siempre.
Y las pasiones a edades maduras rayan la imbecilidad.
Después de este sesudo análisis forense que no sirve para una mierda porque pienso seguir enamorándome hasta que se apague el sol —tranquilas, chicas, hay ruso loco para rato y para todas—, ahora sí, el poemilla.
Nota a pie de página. El poema es de hace algunas décadas. Si necesitas que te cosan algo busca La Retoucherie más cercana o hazlo tú mismo, coño.
Con sabor a tango, desencuentro, sin palabras, buscándote y fuimos. Con sabor a muerte.
Ya no será
Ya no será
ya no
no viviré contigo
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
miércoles, 1 de noviembre de 2017
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