martes, 14 de noviembre de 2017

Troilo

Con los amigos comentamos a menudo con qué orquesta nos sentimos más identificados a la hora de bailar gotán.

Di Sarli es un valor seguro. Muchos optan por D'Arienzo, el rey del compás. Con el debido respeto, lo encuentro algo metronómico. Qué decir de Pugliese... personalidad que trasciende la mera cuestión del valor artístico porque fue un referente moral. Don Osvaldo es un rara avis.

Me recuerda esto una conversación con Isis Abellán -una bailarina de tango estupenda con muchos años de experiencia-, precisamente en una mesa de milonga, con el ambiente eléctricamente cargado para los dos. Sostenía ella que no debe separarse lo humano de lo artístico a la hora de valorar a un artista. Mi opinión no coincide. El artista no suele ser un dechado de virtudes. Si analizamos con lupa las vidas de muchos creadores y pretendemos juzgarlos con criterios aplicados al común de los mortales nos quedamos sin artistas.

El artista suele considerar que está más allá del bien y el mal. Absolutamente extremo en sus actos de generosidad y de crueldad. No tiene medida. Puede cortarse una oreja y entregártela, y clavarte el mismo puñal en el pecho mientras sonríe con un destello demoníaco. Tiene algo de niño inconsciente, no sabe a ciencia cierta cuándo hiere, ni cuánto.

Por fortuna esto no siempre es así. Depende de cómo esté amueblada la cabeza, la capacidad que tenga el sujeto de reírse de sí mismo y su temple a la hora de recuperarse de un éxito, ya que hay gente que no lo logra jamás.

Pero esa es otra historia.

¿Y el que suscribe? Reconociendo la magnitud de los grandes nombres citados, me declaro perdidamente enamorado de la orquesta de Troilo. ¿Cantores...? Fiorentino y Alberto Marino. Goyeneche me gusta más cuando levantó el vuelo en solitario. En la orquesta del gordo hay un manejo del tempo muy sutil y elaborado. Sus versiones de tangos para bailar las encuentro extremadamente "cantabiles" y eso me hace sentir en casa. Y su fuelle, sin palabras... Los rubatos más soñadores de la historia.

Troilo es irrepetible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con la arrogancia de considerarse artista y eximirse, a través de tales razonamientos, de cualquier responsabilidad de herir al prójimo.