Un poema de la maravillosa Wislawa Szymborska. Per te.
Alma se tiene a veces.
Nadie la posee sin pausa
y para siempre.
Día tras día,
año tras año
pueden transcurrir sin ella.
A veces sólo en el arrobo
y los miedos de la infancia
anida por más tiempo.
A veces nada más en el asombro
de haber envejecido.
Rara vez nos asiste
en las tareas pesadas,
como mover los muebles,
cargar las maletas
o recorrer caminos con zapatos apretados.
Cuando hay que cortar carne
o llenar solicitudes,
generalmente está de asueto.
De mil conversaciones
toma parte sólo en una,
y no necesariamente,
pues prefiere el silencio.
Cuando el cuerpo nos empieza a doler y doler,
escapa sigilosamente de su hora de consulta.
Es algo quisquillosa:
con disgusto nos ve en la muchedumbre,
le repugna nuestra lucha por supuestas ventajas
y el rumor de los negocios.
La alegría y la tristeza
no son para ella sentimientos distintos.
Sólo cuando se unen
está presente en nosotros.
Podemos contar con ella
cuando no estamos seguros de nada
y tenemos curiosidad por todo.
De los objetos materiales
le gustan los relojes con péndulo
y los espejos que trabajan afanosos
aunque no mire nadie.
No dice de dónde viene
ni cuando se irá de nuevo,
pero evidentemente espera esa pregunta.
Según parece,
así como ella a nosotros,
nosotros a ella
también le servimos de algo.
jueves, 14 de septiembre de 2017
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1 comentario:
"cuando no estamos seguros de nada y tenemos curiosidad por todo"
...
Hermoso
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