Esta madrugada —me gusta levantarme al alba para escribir— escuché la voz de Olivia por primera vez. Recordé todas las calles, los viajes, las risas, los abrazos. Todas las horas que compartimos. De qué sutil materia se compone la emoción, hermano.
Te busco en Buenos Aires. Sí. A estas horas las callecitas del bajo están desdibujadas y el sol entra perezosamente por el río. La voz de Olivia nos devuelve al verano del 82. Estamos juntos.
domingo, 17 de septiembre de 2017
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